Biografía definitiva
«La sexualidad de Pessoa era su escritura»
Richard Zenith firma la biografía más completo de uno de los autores imprescindibles del siglo XX
Cuando falleció en 1935, el portugués Fernando Pessoa solamente había llevado a imprenta un libro de poemas. El resto, las miles de páginas escritas, acabó en un baúl que tomaría dimensiones míticas por contener una de las más fascinantes obras literarias del siglo pasado. Pessoa y los muchos heterónimos que creó merecían una biografía que pudiera calificarse como completa y eso es lo que ofrece el libro del estadounidense Richard Zenith que acaba de publicar en nuestro país Acantilado. En sus casi 1.500 páginas, el estudioso hace en «Pessoa. Una biografía» una concienzuda labor de ir a todas las fuentes posibles para seguir los pasos del autor portugués.
«Pensaba que serían dos o tres años de trabajo. Finalmente fueron trece años», explicó el biógrafo en declaraciones a este diario apuntando que tuvo que estudiar los 23.000 documentos del célebre baúl, además de materiales de otros fondos, algunos de ellos inéditos. «Pessoa se interesaba por todo: política, religión, sociología, literatura... Era un lector voraz y escribió muchos géneros, como la poesía, el teatro o el ensayo. Parte del trabajo que he tenido ha sido eliminar cosas porque no hay que contarlo todo. Este es un libro en el que no hay crítica literaria. Es para los lectores comunes. También quería contextualizar el tiempo de Pessoa porque me estaba dirigiendo al público anglosajón», comentó el estudioso.
Uno de los grandes rasgos de la literatura de Pessoa es su capacidad para crear varios heterónimos, varias voces distintas con su propia identidad y personalidad. «Algunos ven todo esto como un juego literario, pero es mucho más», en palabras de Zenith. Y es que ese mundo propio empezó a ponerse en marcha a muy temprana edad, cuando el portugués tenía seis años y creó a Chevalier de Pas. “Es un juego, pero es algo que también está conectado a la propia psicología de Pessoa porque desde niño crea personajes imaginarios con los que juega. El primero de los que crea es Chevalier de Pas y Pessoa escribió cartas a sí mismo en nombre de Chevalier de quien también crea un rival. Con 13 años, ya con su familia durante un año en Portugal, destaca como buen estudiante, pero no tiene amigos. Se inventó un periódico ficticio que ha sobrevivido. Allí escribían varios poetas y periodistas de los que inventó el nombre y, en algunos caso, incluso la biografía de ellos», matizó el biógrafo.
¿Son estos textos una buena fuente para escribir una biografía? Richard Zenith se mostró prudente argumentando que «la fuente más importante de la vida de Pessoa es su obra. Todo es muy autobiográfico, pero de una manera distorsionada, por lo que hay que tener que ir con mucho cuidado. Fernando Pessoa era muy insociable. Tiene amigos de adulto, pero de niño sus amigos son los libros. Fue un niño bastante solitario. Durante su infancia en Suráfrica tiene algunos amigos en la escuela, pero él se dedicó especialmente a leer y pasó a ser el mejor de su clase. Ya adulto fue muy reservado, no contaba mucho de su intimidad».
Uno de los aspectos que ha sido objeto de polémica en los estudios sobre el autor del «Libro del desasosiego» es su homosexualidad. Cuando se interroga a Zenith sobre este particular aclaró que «no lo defino como homosexual. Prefiero no definirlo mucho en esto. La biografía tiene mucha interpretación, pero quería que tuviera una visión cinematográfica, poniendo lo que sabemos de manera que el lector pueda llegar a sus propias conclusiones. Es una biografía, pero no la biografía. Es verdad que hay mucha poesía homoerótica en Pessoa, sobre todo en la época de 1910 tanto en inglés como en portugués. Por sus notas sabemos que murió virgen, aunque eso quiere decir que fuera asexuado. En todo caso, Pessoa vivía la sexualidad de una manera muy suya. Su sexualidad era la escritura. El de su sexualidad es un tema complejo que abordo de muchas maneras a lo largo del libro, pero con algún cuidado de no llegar a afirmaciones demasiado concluyentes».
Richard Zenith reconoció que mientras trabajaba en la biografía localizó, procedentes del celebérrimo baúl, varios inéditos literarios que todavía esperan ver la luz. «Hay muchas prosas mientras que de poesía no hay casi nada inédito. Es un material muy fragmentario porque era un autor ambicioso, pero también muy perfeccionista», concluyó.