Historias del subsuelo

Siete joyas escondidas de la Barcelona subterránea

La capital catalana ofrece desde baños árabes, hasta estaciones de metro fantasma, pasando por una enorme red de túneles

Depósito del rey Martí en Barcelona
Depósito del rey Martí en BarcelonaAyuntamiento de Barcelona

Cada año, Barcelona recibe a millones de turistas atraídos por la obra de Gaudí, los edificios modernistas del Eixample y el frente marítimo de la ciudad olímpica. Sin embargo, también existe una Barcelona subterránea que, aunque no es tan famosa como la de otras ciudades como Nápoles, esconde joyas que pueden ser visitadas.

El depósito del Rey Martí

El depósito del rey Martí, descubierto en 2001, es una de estas joyas. Está ubicado junto a la Torre Bellesguard, una especie de castillo que Gaudí ideó sobre los restos de la última fortaleza en la que vivió el rey Martí I el Humano en el siglo XV. El depósito, de casi 600 metros cuadrados, se construyó debido a la existencia de una mina de agua que cruza la propiedad. Tras la reforma realizada en 2016, ahora luce los arcos y las bóvedas con su carácter original, dejando visibles las huellas del agua y la cal.

Estaciones fantasma

Bajo la superficie de la Ciudad Condal se encuentran historias misteriosas y esotéricas en las llamadas Estaciones Fantasma. Hay hasta 12 estaciones de metro que nunca han sido utilizadas o que han sido cerradas por diversas razones, entre las que se encuentran las famosas estaciones de Gaudi (L5), Banco (L4), Ferrán (L3), Correos (L4) y Travessera (L3).

Visitar estas estaciones no es tarea fácil, ya que implica pegarse a las ventanillas del metro en servicio y mirar a través de los cristales a toda velocidad para ver los espectros del pasado. Otra opción es conseguir una de las 300 plazas que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ofrece anualmente durante el "Primavera Cultural" de la ciudad.

Refugios antiaéreos

El Refugio 307, ubicado en el barrio de Poble Sec, fue construido durante la Guerra Civil para proteger a la población de los bombardeos. Fue excavado por los propios vecinos del barrio y aún se encuentra en buen estado. Cuenta con tres entradas de acceso a la calle Nou de la Rambla y tiene cerca de 400 metros de túneles con una altura de 2,10 metros y una anchura que oscila entre 1,5 y 2 metros. El refugio tenía varias estancias, como aseos, fuente, enfermería, sala para niños y hogar. El sótano del Cortijo Guinardó es otro refugio de la Guerra Civil bien conservado. El edificio era una masía del siglo XV y el refugio cuenta con paredes y techos de ladrillos de distintos tipos debido a la escasez de materiales. También cuenta con luz eléctrica y pozo.

Red de túneles

La red de alcantarillado de Barcelona, diseñada en 1886 por Pere Garcia Faria, también es un lugar sorprendente para visitar. El conjunto de túneles mide alrededor de 1.700 kilómetros y las excavaciones forman todo tipo de laberintos. Algunos son estrechos como tuberías y otros grandes como verdaderas calles subterráneas. Sin embargo, por razones de seguridad, no se pueden leer los números de las calles que recorren.

Caballerizas del Palau Güell

El sótano del Palau Güell, que solía ser una caballeriza, es otro lugar impresionante en la Barcelona subterránea. Las columnas de ladrillos con capiteles fungiformes y el techo abovedado destacan, y en su época llegaron a existir cuadros individuales de caballos con comederos. El cochero y el mozo de cuadra disponían cada uno de su propia habitación en este espacio

Baños árabes

Finalmente, la sala Sidecar, en la plaza Real, es un lugar ideal para tomar una bebida y disfrutar de la sala subterránea, que aún es un templo del indie rock en la capital catalana. También se puede disfrutar de un baño árabe relajante en Aire Barcelona, junto al mercado del Borne, donde se aprovechó un antiguo espacio subterráneo. Es decir, donde se aprovechó un antiguo aljibe romano para construir un spa de lujo.

En definitiva, Barcelona tiene mucho más que ofrecer debajo de su superficie, y explorar su lado subterráneo puede ser una experiencia fascinante y sorprendente para aquellos que deseen descubrir la ciudad desde una perspectiva diferente. Además de las joyas mencionadas en este texto, hay muchos otros lugares subterráneos en Barcelona que vale la pena explorar, desde antiguos restos romanos hasta túneles secretos utilizados por espías durante la Guerra Civil. Así que la próxima vez que visites Barcelona, no te pierdas la oportunidad de explorar su lado subterráneo y descubrir los tesoros ocultos que la ciudad tiene por ofrecer.