28-M

El tranvía de Colau, la unión que casi nadie quiere en Barcelona

El polémico proyecto en la Diagonal de Barcelona no gusta a nadie salvo a ERC. El PP y Trias lo rechazan, mientras que Collboni planea paralizarlo y retrasarlo

Ada Colau y el consejero de Territorio, Juli Fernàndez (ERC), en las obras del tranvía
Ada Colau y el consejero de Territorio, Juli Fernàndez (ERC), en las obras del tranvíaEUROPA PRESS

Fue uno de los últimos grandes proyectos que Ada Colau vendió como alcaldesa de Barcelona antes de arrancar la precampaña. La lideresa de Barcelona en Comú alcanzó un acuerdo con Esquerra –vía el Govern de Pere Aragonès– para encarrilar la financiación y unir los dos extremos del tranvía por la Diagonal por su tramo central, una obra que debe ejecutarse en el siguiente mandato. Sin embargo, el proyecto no gusta a casi nadie, con el PP y Trias a la contra y el PSC dispuesto a revisarlo por completo tras las elecciones.

«Parte la ciudad en dos», denunció ayer el alcaldable popular, Daniel Sirera. Cuando el tranvía de la Diagonal se ponga en funcionamiento, el tráfico en la ciudad de Barcelona será absolutamente caótico, abundó para señalar que «se producirán unos atascos salvajes que harán que la ciudad esté mucho más contaminada» alrededor de las calles más céntricas, de Balmes, Aribau y Muntaner. «La afectación de los semáforos del tranvía es diferente a la de los vehículos», una situación que, a su juicio, comportará más retenciones de tráfico.

«Collboni y Colau, Colau y Collboni han declarado la guerra al transporte privado, pero en cambio no han hecho nada para mejorar el transporte público», clamó Sirera.

La primera fase del tranvía abarca el tramo comprendido entre la plaza de las Glòries y la calle de Girona e incorpora tres paradas nuevas (La Monumental, Sicilia y Verdaguer). También habrá un intercambiador entre metro, bus y tranvía frente al Museu del Disseny (Glòries). Unas obras que ya están en marcha. De la segunda fase, la que debe unir Verdaguer con Francesc Macià y cruzar todo el centro de Barcelona, está encargado el proyecto ejecutivo. Por tanto, el próximo gobierno municipal solo tendría que sacar a concurso las obras para terminarlo.

Sin embargo, el proyecto no convence a nadie a día de hoy. El candidato posconvergente a la alcaldía, Xavier Trias, también está en contra si de él depende. «No pienso continuar. Esto se quedará en Verdaguer», aseguró el dirigente en una entrevista reciente tras admitir y lamentar que el tramo anterior –el pactado entre Colau y el Govern de ERC– no se pueda frenar porque ya está adjudicado. Un rechazo que se suma al de Sirera (PP), Anna Grau (Ciudadanos) y Eva Parera (Valents).

Tampoco ha cuajado el proyecto en el seno de la formación socialista. El candidato del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, planea paralizarlo de cara al siguiente mandato. «La conexión [de los tranvías] una vez llegados a Verdaguer y estando a tres kilómetros de Francesc Macià no digo que no sea una prioridad, pero no digo que se haga el próximo mandato, creo que tenemos que dejar reposar los cambios que se han hecho en el Eixample», aseguró en un coloquio reciente.

Todavía en materia de movilidad, Sirera propuso ayer que el transporte público sea gratuito para los jóvenes hasta los 25 años «en situaciones de crisis o de inflación». «Si de mí depende y tenemos esta opción, haremos que este abono para jóvenes sea gratuito hasta que tengan 25 años. Es viable y posible».

Por otro lado y en el capítulo de compromisos electorales, Colau prometió un abono gratuito de un año al servicio de alquiler público de bicicletas de la ciudad para los 113.000 jóvenes barceloneses de entre 16 y 20 años, para «que se animen a utilizar la bicicleta».