Sociedad

Ciencia

¿Cuántos pangolines equivalen a una unidad astronómica?

Una pregunta tan extraña encierra la esencia de lo que es medir, sus absurdos y sus limitaciones, pero también nos habla de la complejidad de estudiar lo extremadamente grande.

Representación conceptual de la hilera de pangolines con la que medir la distancia entre la Tierra y el Sol.
Representación conceptual de la hilera de pangolines con la que medir la distancia entre la Tierra y el Sol (Autoría de Arcadi García)Arcadi García

El pangolín (Manidae) es un animalillo que se ha puesto tristemente de moda. No porque sea el mamífero más traficado del mundo y el mercado negro de sus escamas sea salvaje y cruel, sino porque un artículo sugería su papel como intermediario del SARS-CoV-2 entre los murciélagos y nosotros. Con las semanas aquella hipótesis ha caído en el olvido y, aunque sigue siendo posible, no parece la explicación más probable.

Sin embargo, este extraño animal se ha convertido en un icono de Internet, lo cual es sinónimo de chascarrillos, campañas para su protección, memes y todo tipo de preguntas absurdas. Preguntas como la que sugirió la bióloga y profesora Nieves González en un directo de divulgación científica de la comunidad Scenio TV, “¿cuántos pangolines equivalen a una unidad astronómica?” O lo que es lo mismo: ¿Cuántos pangolines caben en fila entre el Sol y la Tierra?

Hay preguntas tontas, pero son las mejores

Es más que probable que medir el espacio con pangolines te haya parecido ridículo, y lo es, pero lo cierto es que siempre hemos medido el espacio de forma bastante caprichosa. En codos, brazos, pies… ¿Qué es una milla? ¿Y una milla náutica? Lo mismo ocurre con el volumen: una hemina son cuatro celemines y un celemín cuatro cuartillos, lo mismo que una azumbre. Menos mal que la mayor parte del mundo hemos unificado los criterios y usamos una forma de medir objetiva y razonada, como el metro. ¿No? Si has pensado esto trata de responder a la siguiente pregunta ¿qué es un metro?

La respuesta parece fácil, es decir, son 100 centímetros, o una milésima parte de un kilómetro, pero estamos haciendo lo mismo que cuando relacionábamos celemines y heminas. ¿Por qué un metro mide lo que mide y no un poquito más o un poquito menos? ¿Hay algo que haga su medida menos arbitraria que la de una braza o un pangolín?

En parte sí, pero posiblemente no como te imaginas. En el siglo XVIII nace el metro (del griego μετρέω “medir”) y es definido como una diezmillonésima parte de la distancia entre el polo norte y la línea ecuatorial, pero no en línea recta atravesando la corteza Terrestre, sino “caminando” sobre su superficie como hacemos nosotros (lo que matemáticamente se conoce como una geodésica). Pero ¿por qué entre el polo norte y el ecuador? A grandes rasgos: porque sí. Lo de dividirlo entre 10.000.000, en cambio, sí tenía más sentido, ya que era la única forma de hacer manejable aquella medida. En cierto modo seguía siendo casi tan caprichoso como el resto de las medidas. Y ese casi tiene su justificación, porque hay que reconocer que, por enrevesado que sea basar una unidad de medida en la distancia entre el polo norte y el ecuador, es una distancia relativamente estable, mucho más consistente que las creadas a partir de las variables longitudes de nuestras partes corporales. Y ese es el punto clave.

Definición original del metro
Definición original del metroGlobe Atlantic

Pero hay más. Dicha unidad de medida, definida a partir de las distancias sobre nuestro planeta, tenía que ser conservada de algún modo, por lo que se creó una barra metálica de exactamente un metro de longitud. Es infinitamente precisa por aquello de que no solo mide un metro, sino que ella misma es el metro. Sin embargo, la aleación de platino e iridio de la que está hecha no es igual de perfecta. La temperatura y el paso del tiempo pueden alterar su longitud ligeramente, por lo que hacía falta algo mejor y más estable.

El metro, como tantas otras unidades de medida se ha redefinido para volverlo más “universal”, menos dependiente de caprichos. Por eso, ahora tenemos una definición mucho más satisfactoria: un metro es la distancia que recorre la luz en el vacío durante una 299.792.458ª parte de un segundo. Por supuesto, la definición de segundo también trae su historia, pero al menos hay algo seguro: se basa en la velocidad de la luz en el vacío, que es la misma independientemente de que el objeto que la emita se mueva. Vamos, es una constante.

Por eso sabemos que un pangolín malayo adulto (Manis javanica) mide de media 0,59 metros, o 0,000319 millas náuticas, como prefieras.

Un gritón de pangolines

Sabiendo esto es más fácil entender que solo hay dos cosas malas de medir las distancias en pangolines. En primer lugar, que no todos los pangolines miden lo mismo, por lo que es una unidad algo arbitraria, como los brazos y las pulgadas, y, en segundo lugar, que nadie más los usa, así que costaría entendernos y tendríamos que pasarnos la vida convirtiéndolos al Sistema Internacional de Unidades. De hecho, hay otro problema, porque si la distancia se vuelve muy grande, el pangolín es difícil de manejar. Es como si intentáramos medir una ballena en milímetros, es posible, pero está muy lejos de ser útil. Aunque claro, si las distancias se vuelven realmente grandes ese problema surge también con los metros e incluso con los kilómetros. Por eso necesitamos algo nuevo, como las unidades astronómicas.

Como hemos dicho antes, una unidad astronómica se define como la distancia entre la Tierra y el Sol. Ojo, asumiendo que nuestra órbita alrededor del Sol fuera, aproximadamente, de 149.597.870.700 metros, o dicho en kilómetros: 149.598.870. Gracias a ello, en lugar de decir que la distancia entre el Sol y Plutón es de 5.906.380.000 kilómetros, podemos referirnos a ella como 39,481 unidades astronómicas. O para abreviar, treinta y nueve unidades astronómicas y media. Esta es la importancia de saber cómo medir, pero, solo por curiosidad ¿cuánto es una de esas unidades astronómicas en pangolines?

Una unidad astronómica
Una unidad astronómicaHuritisho

Con un sencillo cálculo y asumiendo que un pangolín son 0,59 metros, la distancia entre la Tierra y el Sol podría albergar en fila a 253.555.713.051 pangolines. Un cálculo hecho por primera vez en el mismo directo donde surgió la pregunta, concretamente por un usuario llamado Custodien_op. Y si te preguntas cómo leerlo, se hace así: doscientos cincuenta y tres mil quinientos cincuenta y cinco millones setecientos trece mil cincuenta y un pangolines. Algo que el conocido divulgador de astronomía y astrofísica Alex Riveiro ha calificado como “un gritón de pangolines”. Y si quieres saber cómo cambia si tomamos otras especies de pangolines como referencia, AQUÍtienes este enlace a la calculadora de pangolines que ha desarrollado el ingeniero aeronáutico Roberto García.

Por suerte, los pangolines no se utilizan demasiado en ciencia. De hecho, cuando la distancia se vuelve todavía más grande hablamos de años luz. Que es la distancia que viaja la luz en un año. Algo que hasta ahora puede que nos sonara un poco marciano, pero como hemos visto sigue la misma idea que la definición actual de metro, que llevamos usando desde preescolar. De este modo sabemos que, por ejemplo, la estrella más cercana al Sol esté a 276.363 unidades astronómicas, que convertimos a tan solo 4,3 años luz, algo mucho más manejable. Aunque hay una última vuelta de tuerca, porque existe una unidad algo mayor que el año luz y que la comunidad de astrofísicos suelen preferir para sus investigaciones: el pársec.

La galaxia más cercana

Un pársec equivale a 3,261 años luz, una distancia realmente descomunal y su definición, para los neófitos, es igual de descomunal:

"Un pársec equivale a la distancia a la que una unidad astronómica subtiende a un ángulo de un segundo de arco.”

Para entenderlo, piensa en cómo cambia el horizonte cuando viajas en coche. Los objetos más cercanos parecen pasar más rápido que las montañas del fondo. A medida que cambias tu perspectiva, la ubicación de los objetos cambia más o menos en función de su lejanía. Es lo mismo que ocurre cuando sitúas tu pulgar ante ti y cierras alternadamente los ojos. El dedo parece moverse cuando cierras el ojo izquierdo y abres el derecho, y al hacer lo contrario, da la sensación de que vuelve a su posición original. Ese es el truco llamado paralaje, solo que hace falta aplicarlo a lo bestia para conocer a qué distancia está una estrella.

Nuestros ojos están muy cerca el uno del otro para que podamos detectar cambio alguno en una estrella por mucho que los entrecerremos. Sin embargo, podemos convertir a la Tierra entera en nuestros ojos. Si fotografiamos una parte del cielo nocturno hoy y repetimos la acción dentro de 6 meses, cuando la Tierra se encuentre en el lado contrario de nuestra órbita, será como si cada una de esas imágenes fuera la percepción de dos enormes ojos planetarios.

Es más, conocemos la distancia entre ambos ojos, exactamente dos unidades astronómicas: la distancia de la Tierra al Sol sumada a la distancia del Sol a la Tierra. Con esa idea podemos construir un triángulo isósceles, de esos que tienen dos lados iguales y uno diferente. El lado distinto será esa distancia Tierra-Sol-Tierra de dos unidades astronómicas y formará la base de nuestro triángulo. El vértice que nos falta como pico superior del triángulo será la estrella o lo que sea que tratamos de medir. Ahora solo queda partir nuestro triángulo por la mitad, uniendo la estrella al Sol con una línea vertical. Ya tenemos un triángulo rectángulo, esos que tienen un ángulo recto, de 90 grados, como los que forma el suelo con la pared. Sabemos que su base medirá una unidad astronómica, porque lo hemos partido por la mitad, pero lo que nos interesa es el ángulo que forma su punta. El pico donde está la estrella.

El parsec, como un caso particular de paralaje.
El parsec, como un caso particular de paralaje.Francisco Javier Blanco González

Y aquí está la clave final, cuando ese ángulo mide un segundo de arco (1 grado se divide en 60 minuto y cada minuto en 60 segundos), esto es, 0,000278 grados, entonces podemos decir que la línea horizontal que une a la estrella con el Sol medirá exactamente 1 pársec. Es algo complejo, pero igual de caprichoso que el centímetro con el que mides si cabrá una nueva estantería entre el escritorio y tu cama.

Puede gustarte más o menos, desde luego, pero es lo convenido, y en ello reside su utilidad. La ciencia ha acordado usar las mismas unidades de medida, seas español o británico (sí, incluso los científicos británicos trabajan con metros, litros y kilos). Si esa uniformidad, sería un verdadero suplicio compartir conocimiento técnico entre grupos de investigación situados en puntos contrarios del mundo, que es la clave de nuestro sistema actual de Big Science. Así que, lamentablemente, no aconsejamos que un artículo científico mida nada utilizando pangolines. Aunque por suerte, no todo el mundo se dedica a publicar investigaciones científicas, así que, por si pretendes utilizarlo en algún lugar, que sepas que un pársec equivale, aproximadamente, a ciento noventa y un mil doscientos seis billones de pangolines.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No está demostrado que los pangolines fueran el hospedador intermedio del SARS-CoV-2. De hecho, con los datos que hay ahora mismo se trata de una hipótesis relativamente improbable.
  • Ningún científico utiliza pangolines como unidad de medida, pero si lo hicieran tendrían que hacer un análisis de errores como el que detalla el físico y profesor Adrián Baños.
  • Un pangolín equivale a 19,667 sun japoneses o 0,295 sab de los mayas.

REFERENCIAS (MLA):

  • Barrell, H. "The Metre". Contemporary Physics, vol 3, no. 6, 1962, pp. 415-434. Informa UK Limited, doi:10.1080/00107516208217499. Accessed 7 May 2020.
  • Carroll, Bradley W, and Dale A Ostlie. An Introduction To Modern Astrophysics. Cambridge University Press, 2018.