Ecología

Poblar España con bisontes: el peligro de añorar lo que nunca tuvimos

Existe un movimiento que busca introducir bisontes europeos en los bosques de nuestro país para que vivan en libertad, una buena estrategia de recuperación si no fuera que España jamás albergó esta especie

Dos machos de Bison bonasus
Dos machos de Bison bonasus (Rusia)Alexandr FrolovCreative Commons

¿Por qué Europa no tiene grandes bestias? En África hay jirafas y rinocerontes, en Asia elefantes y tigres, incluso américa tiene pumas. Es fácil pensar así, de una forma sesgada y dicotómica, contraponiendo dos extremos (tener grandes animales o no) sin reparar en que es una cuestión de grado (cuántas especies grandes conservamos). Lo cierto es que Europa sí tiene megafauna, precisamente muy similar a la de América. Tenemos osos pardos, alces, e incluso algunas diminutas poblaciones de osos polares. Sin embargo, tendemos a centrarnos en lo que hemos perdido más que en lo que tenemos.

Tal vez por esto se ha generado tanto revuelo alrededor de la figura del uro, un bóvido antepasado de nuestras actuales vacas y toros domésticos. El uro era una bestia de metro ochenta de altura y más de 1500 kilos, más de tres veces el peso de un toro de lidia. Si imponente figura encandiló a los nazis, que intentaron recuperarlo e introducirlo de nuevo en la naturaleza. De hecho, algunos científicos siguen intentando recuperar a la especie que ya lleva extinta 400 años. Claro que esta no es la única vía que los entusiastas plantean para la recuperación de grandes animales de nuestro continente. En la lista se encuentra también el bisonte europeo (Bison bonastus), una especie casi amenazada que algunos particulares pretenden introducir en libertad en nuestro país. Esta iniciativa podría ser un intento interesante de recuperación de la especie, si no fuera que, según los expertos, el bisonte europeo jamás habitó nuestra península.

Bisonte europeo
Bisonte europeoMichael GäblerCreative Commons

Resilvestración

A nadie se le escapa que nuestra especie ha supuesto un gran impacto ecológico. Nuestra bonanza ha supuso un notable aumento de la caza, lo cual tuvo un mayor impacto en las especies más grandes. El motivo es que, por un lado, abatir a un único ejemplar de la megafauna, puede alimentar a un grupo de personas durante bastantes días, optimizando el tiempo que dedican a labores de caza, haciendo que se vuelvan objetivos relativamente frecuentes. Por otro lado, existen menos ejemplares en libertad respecto a las especies de menor tamaño, haciendo que cada pieza cobrada suponga un impacto mayor y, finalmente, el menor número de crías por gestación y la larga duración del embarazo en los animales grandes hacen que tarden mucho en recuperarse de un aumento de la caza (si es que se recuperan).

Estos son algunos de los motivos que empujaron al uro a la extinción. Por supuesto, no son los únicos, ya que no podemos omitir los cambios que ha experimentado el clima y cómo estos han ido afectando a sus hábitats. La situación del bisonte europeo es similar. Con sus dos metros de altura y sus 800 kilos, estamos ante un animal descomunal del que, por desgracia, solo quedan unos 5000 ejemplares, de los cuales, tan solo 3500 viven en libertad o semilibertad.

Reserva del Bisonte Europeo de San Cebrián de Mudá
Reserva del Bisonte Europeo de San Cebrián de Mudálarazon

Visto así, puede parecer una gran idea poblar nuestra península con esta majestuosa especie, creando reservas para ellos e introduciéndolos en nuestros bosques. El problema, como decíamos antes, es que no tenemos constancia de que este animal llegara a habitar alguna vez nuestra península.

Estepario, no europeo

Puede parecer sorprendente esta afirmación, a fin de cuentas, uno de los símbolos más icónicos de nuestro país son los bisontes pintados en las bóvedas de la cueva de Altamira. ¿Cómo es posible si no se trata de una especie peninsular? La respuesta se fundamenta en cuestión de detalles. Por supuesto que han existido bisontes en nuestras tierras, pero no eran europeos (ni americanos, por supuesto) sino esteparios. Los bisontes esteparios eran una especie notablemente mayor, propia de un clima extremadamente frío que no se corresponde con el que tenemos ahora.

Bisonte de las cuevas de Altamira
Bisonte de las cuevas de AltamiraJaneb13Creative Commons

De este modo, una larga lista de instituciones y expertos han alzado la voz para advertir de los peligros de esta iniciativa. Por un lado, introducir una especie absolutamente ajena ya supone un problema, pero por otro, hay un conflicto en cuanto a las ubicaciones elegidas. Se plantea introducir algunos ejemplares en lugares especialmente cálidos, impropios para el animal. Del mismo modo, el gran peso de los ejemplares alteraría el suelo, afectando a los animales que sí son endémicos y poniendo en riesgo, de forma indirecta, a especies tan protegidas como el lince ibérico.

Más allá de este intento de justificar la introducción fauna exótica apelando a la recuperación de la especie, se encuentran otros dos con algo menos de calado. Por un lado, se ha tratado de argumentar que fomentar la introducción de bisontes europeos supondría un retorno económico por parte del turismo ecológico, algo que en ningún caso sería suficiente para compensar un posible riesgo ecológico que ponga en peligro nuestro patrimonio natural. En segundo lugar, se ha hablado de un valor cinegético que redunda en el mismo argumento y problema que el ecoturismo. Tendremos que esperar para ver si el futuro de España incluye bisontes, pero por ahora, la opinión de los ecólogos es unánime: entraña más peligros que beneficios.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Actualmente nuestro país acoge a unos 100 ejemplares en semilibertad, repartidos por distintos núcleos zoológicos. Esto podría cambiar pronto ya que existe la intención de solicitar que sea reconocido como “introducción benigna”, permitiendo así que se establecieran poblaciones de una especie amenazada no autóctona.

REFERENCIAS (MLA):