Ciencia

Biden se convierte en un vampiro

Se ha descubierto una nueva especie de vampirópodo, un animal parecido al pulpo, que se ha llamado Syllipsimopodi bideni. Su sorprendente anatomía lleva a proponer un nuevo modelo de la evolución de vampirópodos, pulpos, calamares y sepias.

Reconstrucción artística del nuevo vampirópodo Syllipsimopodi bideni, parecido a un calamar largo
Reconstrucción artística del nuevo vampirópodo Syllipsimopodi bideniK. Whalen

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Joe Biden se despertó convertido en un monstruoso vampiro. Pero no se trataba de una metamorfosis sino de un homenaje: han descubierto una nueva especie de vampirópodo y la han nombrado Syllipsimopodi bideni en honor al presidente de Estados Unidos.

Si el escarabajo Gregor Samsa se despertó sorprendido por sus “numerosas patas”, el nuevo vampirópodo (un animal parecido al pulpo) también tiene demasiadas extremidades: diez brazos, cuando los vampirópodos hasta ahora se caracterizaban por tener solo ocho. Y el hallazgo cambia el entendimiento sobre la evolución de estos cefalópodos que se tenía hasta el momento.

El descubrimiento ha sido posible gracias al análisis de un fósil de 328 millones de años de edad. Se descubrió en Montana y se donó al Museo Real de Ontario en 1988. Es un fósil que se conserva particularmente bien, pero nadie lo había analizado a fondo. El estudio, realizado por un equipo del Museo Americano de Historia Natural y de la Universidad de Yale, se publica en Nature Communications y desvela varias sorpresas.

Una sorpresa tras otra

La primera es, quizá, la mera existencia de este fósil. Los vampirópodos se parecen a los pulpos, y no tienen estructuras duras en su interior. Por eso es difícil que fosilicen y, efectivamente, no hay apenas fósiles de este orden. Con todo, se conocen numerosas especies extintas de vampirópodos, y también una que todavía vive: el Vampyroteuthis infernalis, o calamar vampiro. Al contrario que en los pulpos, sus ocho brazos están unidos por una capa de piel.

La segunda sorpresa del nuevo fósil es su edad: es demasiado viejo. Hasta ahora no había fósiles de vampirópodos tan antiguos, y este es el primero que data de hace 328 millones de años. Así, los registros fósiles de este orden se han ampliado en casi 82 millones de años.

Pero la sorpresa decisiva es que tenía demasiados brazos, todos con ventosas preservadas en el fósil. Antes de este descubrimiento, el número de brazos era una de las características que distinguían a los calamares y las sepias (Decabrachia), que tienen diez, de los pulpos y el calamar vampiro (Vampyropoda), que tienen ocho.

El juego del calamar

El equipo investigador apunta a que el Syllipsimopodi bideni podría haber jugado un papel similar al de los calamares actuales. Tiene forma de torpedo y sus aletas podrían haberle ayudado a nadar. Un par de brazos es bastante más largo que los otros cuatro, al igual que ocurre con los “brazos” más largos que tienen los calamares (estrictamente, sus únicos dos tentáculos).

Por esta razón, el equipo científico piensa que este nuevo vampirópodo podría haber sido un depredador de aguas medias que hubiera aprovechado los brazos largos para capturar a sus presas y los cortos para manipularlas. Podría haber empleado las ventosas de sus brazos para extraer amonites pequeños de su concha o, quizá, se habría aventurado mar adentro para capturar braquiópodos, bivalvos u otros animales marinos con concha.

Además, al igual que el calamar y el calamar vampiro, esta nueva especie de vampirópodo tiene un vestigio de esqueleto interno llamado gladius. Es semitransparente y plano, y en el caso de los pulpos se ha reducido a un estilete.

Hasta ahora, se sospechaba que los pulpos evolucionaron del calamar vampiro eliminando los dos filamentos que tiene este último, que a su vez serían vestigios de brazos. Pero no había evidencias claras de esta teoría. Por fin, se ha descubierto el primer vampirópodo con diez extremidades funcionales, que hasta ahora es el único.

Homenaje al presidente

Por eso el Syllipsimopodi bideni parece confirmar que el ancestro común a los vampirópodos y a los calamares y sepias también tenía diez brazos. Así, el hallazgo reformula el modelo evolutivo de la subclase que abarca a todas estas especies: los coleoideos, es decir, los cefalópodos con concha interna.

Precisamente de los brazos de este nuevo animal deriva el nombre del género, Syllipsimopodi, que quiere decir “pie prensil” en griego. Se ha elegido porque este es el cefalópodo más antiguo conocido que tiene ventosas en los brazos, que proceden, evolutivamente hablando, del pie de los moluscos.

El parecido del nombre de la especie, bideni, con el presidente de Estados Unidos no es ninguna casualidad. Cuando el equipo investigador entregó el artículo a la revista, acababa de tener lugar la toma de posesión de Joe Biden, especialmente memorable debido al asalto al Capitolio que ocurrió pocos días antes, el 6 de enero de 2021.

Así, quisieron homenajear al presidente y, sobre todo, su compromiso con la ciencia. Christopher Whalen, el investigador principal del estudio, destaca que se sintió alentado por los planes de Biden para frenar el cambio climático antropogénico y por “su sentimiento general de que los políticos deberían escuchar a los científicos”. En un momento en el que la reforma de la Ley de la Ciencia española está en trámite parlamentario, este sentimiento resuena más que nunca.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El nombre científico Vampyroteuthis infernalis significa, literalmente, “calamar vampiro del infierno”. Sin embargo, el calamar vampiro es inofensivo para el ser humano. Vive en las profundidades del océano, entre 600 y 900 metros de profundidad, donde el nivel de oxígeno es bajísimo: solo el 3 %. Se alimenta de peces, pequeños invertebrados o, más comúnmente, de los desechos orgánicos que caen desde profundidades oceánicas menores. Es capaz de generar su propia luz y de emitir destellos constantes para despistar a sus atacantes. Además, en lugar de tinta, como el calamar habitual, el calamar vampiro puede expulsar una sustancia mucosa y bioluminiscente para confundir a sus depredadores.

REFERENCIAS (MLA):

  • Whalen, Christopher, et al. “Fossil coleoid cephalopod from the Mississippian Bear Gulch Lagerstätte sheds light on early vampyropod evolution”. Nature Communications, 2022. http://dx.doi.org/10.1038/s41467-022-28333-5