Ecología

Electricidad para salvar a los tiburones

España es el segundo mayor comercializador de tiburones del mundo y esto tiene implicaciones preocupantes

Dos tintoreras nadan haciendo círculos bajo los buceadores.
Dos tintoreras nadan haciendo círculos bajo los buceadores.Gonzalo Pérez MataLa Razón

Los tiburones llevan cruzando los mares desde hace más de 400 millones de años. Sus siluetas ya eran reconocibles y, aunque con el tiempo se han adaptado a nuevas reglas de juego, no han necesitado cambiar demasiado. Sus formas aerodinámicas, su musculatura y las hileras de dientes siempre dispuestos los convierten en predadores feroces, preparados para la supervivencia. Es curioso pensar que se encuentren amenazados precisamente ahora, en el presente, tras tanto tiempo sobreponiéndose a catástrofes, habiendo sobrevivido a 4 de las 5 mayores extinciones masivas que ha sufrido la Tierra (entre ella la de los dinosaurios no avianos).

La mayoría de las especies de tiburones no están acostumbrados a ser cazados, motivo por el que pueden permitirse una menor tasa reproductiva que otros peces. En principio, esto podría ser un equilibrio aceptable para ellos y, de hecho, durante mucho tiempo funcionó, pero nuestros sistemas de pesca han desestabilizado la balanza y las capturas, aunque no sean tan numerosas como podríamos imaginar, son suficientes para que muchas especies estén perdiendo población de una forma alarmante.

Escasez de escualos

En 2007, la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza indicó que un 43% de los tiburones, rayas y quimeras estaban en peligro. Más de una década después, nos llega la mala noticia de que ninguna de las especies amenazadas ha experimentado una verdadera mejoría. Y, lo que, es más, 11 de ellas han empeorado lo suficiente como para entrar a formar parte de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La solución no parece fácil, pero un nuevo plantea una propuesta electrizante que podría cambiar las cosas.

La situación no parece sencilla. Por lo que han revelado recientes estudios, limitar las capturas en determinadas zonas no tiene el resultado que se esperaría. Mientras que una protección total sí reduce las capturas, una protección parcial que no cuente con las debidas figuras de protección puede no suponer una ayuda. Así pues, aunque evidentemente habrá que seguir reforzando la protección legal de estas especies y limitar las capturas, hay otras formas complementarias en las que conviene atajar el problema. Por ejemplo, sabemos que parte de las capturas no son buscadas, sino que se deben a la pesca con palangre de peces grandes, como pueden ser los atúnidos. ¿Habría alguna forma de reducir las capturas indeseadas?

Electricidad disuasoria

Nadie pretende ocultar que en nuestro país hay un problema serio con la captura de tiburones. En nuestro caso, no solo caemos en la pesca involuntaria, sino en una captura dirigida para cercenar las aletas de estos peces y venderlas en el mercado asiático por 500 euros el kilo. Si dejamos este caso de lado, el kilo de tiburón o de raya es más barato que el de los atunes que persiguen muchos barcos. Estos pescadores están interesados, por lo tanto, en minimizar las capturas involuntarias de tiburones, que ocupan anzuelos que podrían rentabilizar mejor con un atún. La solución que proponen un grupo de investigadores se basa en un pequeño dispositivo que disuade a los tiburones con descargas eléctricas de baja intensidad. No pretende aturdir, sino aprovechar el sentido extra que tienen estos peces para detectar campos electromagnéticos y que pierdan así el interés por los anzuelos.

Tras testarlo, los investigadores han descubierto que, efectivamente, las capturas de tiburones parecen haberse reducido en un 91% (para el caso de las tintoreras) y en un 71% para las rayas. Estos resultados son realmente esperanzadores, pero cuentan con otra cara que también merece nuestra atención. Parece ser que, en el estudio, también se han visto reducidas las capturas de atún rojo en un 42%, un porcentaje nada desdeñable. En parte, esto podría deberse a motivos externos, ya que las capturas se han reducido en general, pero si fuera así, también habría que ser cautos con los resultados en tiburones y rayas.

Otro aspecto relevante de este dispositivo es su precio, que asciende a unos 20.000 dólares para 2000 anzuelos cada 3 o 5 años. Esto sería unos 7000 dólares al año. Los propios investigadores apuntan que tal coste es modesto para la mayoría de operaciones comerciales de pesca en el caso del atún y, aunque pueden tener razón, limita las aplicaciones de este sistema. Recordemos que un 80% de la flota pesquera comercial la constituyen actividades a pequeña escala que no buscan precisamente capturar atunes. De hecho, todavía desconocemos bastante las consecuencias que tiene esta actividad a pequeña escala en las poblaciones de escualos, ya que la mayor parte de información sobre sus capturas viene de las pesquerías industriales.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Los peces cartilaginosos, en general, tienen una reproducción lenta, por lo que la pesca, incluso cuando es poco acusada, les afecta más que a otras especies.

REFERENCIAS (MLA):