Astronomía

Este es el mapa más preciso hasta la fecha de toda la materia del universo

Un equipo de la Universidad de Chicago ha combinado datos de estudios de energía oscura y observaciones del Telescopio del Polo Sur para comprender cómo evoluciona el universo.

Mapas del cielo desde el telescopio Dark Energy Survey (a la izquierda) y el Telescopio del Polo Sur (a la derecha), la superposición de ambas imágenes les permite crear el mapa de distribución de la materia
Mapas del cielo desde el telescopio Dark Energy Survey (a la izquierda) y el Telescopio del Polo Sur (a la derecha), la superposición de ambas imágenes les permite crear el mapa de distribución de la materiaYuuki OmoriCrédito al autor

La materia es tan común como fascinante. Tanto es así que estamos rodeados de materia y nosotros mismos estamos formados por ella. Sin embargo, a escala universal, esta materia forma únicamente una tercera parte del universo. Es más, esta materia se divide en dos muy distintas entre ellas: la materia normal o bariónica y la materia oscura. La primera es la que conforma todo lo que podemos ver y medir, la segunda la que no, o al menos de forma directa, ya que no interactúa con la luz de ningún tipo. Para medir y localizar los dos tipos de materia, un equipo formado por más de 150 investigadores de distintas universidades ha juntado los datos del proyecto Dark Energy Survey y del Telescopio del Polo Sur para crear el mapa más preciso de toda esta materia hasta la fecha. Así tratarán de comprender su distribución por el universo.

Datos, datos y más datos

Los telescopios son los ojos que apuntan al universo, y como tal, recogen una enorme cantidad de datos. A diferencia de nuestros ojos, cuyas imágenes son procesadas por el cerebro y normalmente olvidadas a no ser que sean especialmente relevantes, las imágenes de los telescopios se almacenan en miles de discos duros a la espera de ser procesadas y contextualizadas por astrónomos. En este caso concreto, se han tomado y analizado los datos obtenidos durante 6 años de dos telescopios que barren el cielo nocturno con objetivos muy diferentes en sus diseños.

The Dark Energy Survey se encuentra en Chile y lleva desde 2013 cartografiando cientos de millones de galaxias y buscando patrones que ayuden a comprender cómo la energía oscura acelera la expansión del universo. En cambio, el Telescopio del Polo Sur trata de medir la radiación de fondo de microondas, una radiación que se encuentra en todo el universo conocido y que es una de las pruebas que mejor soportan el modelo del Big Bang. Son estas diferencias las que permiten crear un modelo más robusto que utilizando únicamente una medida, ya que los datos obtenidos por uno de los telescopios han de ser validados por el otro para que entren a formar parte del estudio.

El resultado apoya el modelo actual… Pero…

La mayoría de los resultados obtenidos por el equipo concuerdan con la teoría actual de la formación y evolución del universo, pero también muestran que existen algunas aristas que convendría pulir. Concretamente, las lecturas de muestran un universo con menos “islas de materia” de las que predice el modelo. Es decir, que parece que esta materia se encuentra mucho más separada de lo que sugiere la teoría. De todas formas, todavía faltan estudios independientes que confirmen los resultados hallados por el equipo, ya que es imposible evitar cierto margen de error en las mediciones con los métodos actuales.

Aun así, estudios como este exploran una nueva visión sobre cómo establecer sinergias entre telescopios ideados para fines muy distintos, y abren todo un nuevo campo para tratar de comprender los entresijos que el universo dándole una nueva utilidad a los métodos de una forma creativa. En palabras del astrofísico Chihway Chang, uno de los autores de los estudios: “Creo que este ejercicio mostró tanto los retos como los beneficios de hacer este tipo de análisis. Se pueden hacer muchas cosas nuevas cuando se combinan diferentes ángulos en la observación del universo”.

El misterio de la oscuridad

Anteriormente en el artículo se ha nombrado que la materia forma una tercera parte del universo, pero que esta materia se encuentra dividida en la materia bariónica y la materia oscura. La materia bariónica, es decir, la que forma la totalidad de los planetas, estrellas y galaxias es apenas un 20% de toda la materia, lo que, sumando los porcentajes, conforma un 4% del universo.

La materia oscura sigue trayendo de cabeza a los astrofísicos, ya que se pueden observar los resultados de sus interacciones gravitacionales con nebulosas estelares o con el movimiento de las galaxias, pero no emiten ni absorben ningún tipo de radiación, por ello es tan increíble complicado situarla en un mapa. Los esfuerzos de los astrónomos en mapearla podrán servir, además, para llevar a cabo misiones espaciales de forma segura, especialmente las que tengan como objetivo, o dependan de un viaje por zonas interestelares e intergalácticas, aunque en este caso se trate de un futuro muy, muy lejano.

QUE NO TE LA CUELEN

  • La materia oscura y la antimateria son conceptos muy distintos. La antimateria es como la materia normal, solo que la carga de los componentes que forman los átomos está invertida, es decir un protón de antimateria (denominado antiprotón) tendrá carga negativa, mientras que un electrón de antimateria (denominado antielectrón o positrón) tendrá carga positiva, al contrario que sus contrapartes de la materia.

REFERENCIAS (MLA)