Ciencia

Cómo funciona Arc: la nave espacial que puede enviar suministros a cualquier parte del mundo en solo una hora

Una empresa estadounidense quiere convertir el espacio en una autopista logística para entregar cargamentos urgentes en cualquier punto del planeta en menos de 60 minutos

Cómo funciona Arc: la nave espacial que puede enviar suministros a cualquier parte del mundo en solo una hora
Cómo funciona Arc: la nave espacial que puede enviar suministros a cualquier parte del mundo en solo una horaX (InversionSpace)

En un futuro no tan lejano, los suministros más urgentes, desde medicamentos hasta equipos de emergencia o material militar, podrían viajar desde el espacio a cualquier rincón del planeta en cuestión de minutos. Esa es la promesa de Arc, la nave orbital desarrollada por la empresa aeroespacial estadounidense Inversion, que busca revolucionar la manera en que entendemos el transporte global. Su concepto, tan ambicioso como futurista, combina la velocidad de un cohete con la precisión de un dron y la autonomía de una cápsula inteligente.

Client Challenge

Inversion fue fundada en 2021 por Justin Fiaschetti y Austin Briggs, dos ingenieros que comenzaron a desarrollar el proyecto mientras estudiaban en la Universidad de Boston. Fiaschetti, que pasó por SpaceX antes de emprender su aventura empresarial, defiende que el espacio no debería servir únicamente para enviar satélites o recopilar datos, sino también para transportar bienes físicos con rapidez. “Nos dimos cuenta de que podíamos aprovechar la infraestructura espacial para algo más que telecomunicaciones. Podíamos convertirla en una red logística global”, explicó en una entrevista reciente.

La compañía, con sede en Los Ángeles y alrededor de 60 empleados, presentó oficialmente su prototipo Arc a mediados de 2025. Su objetivo inicial es claro: permitir que los gobiernos o las fuerzas armadas puedan entregar hasta 225 kilos de carga en cualquier punto del planeta en menos de una hora, sin depender de aeropuertos, barcos o infraestructuras terrestres.

Cómo funciona Arc: la nave capaz de entregar suministros en cualquier parte del planeta

Arc es una nave espacial reutilizable del tamaño de una mesa de comedor grande: mide unos 2,4 metros de ancho por 1,2 de alto. Aunque compacta, está diseñada para resistir la reentrada atmosférica a velocidades superiores a Mach 20 (más de 24.000 km/h). Su cuerpo sustentador le otorga capacidad de maniobra en el aire y le permite desplazarse lateralmente hasta 1.000 kilómetros antes de aterrizar, algo esencial para alcanzar zonas concretas o de difícil acceso.

A diferencia de otros vehículos espaciales, no necesita pista de aterrizaje. Una vez atraviesa la atmósfera, la nave despliega un paracaídas que la desacelera y permite un descenso controlado. Además, utiliza un sistema de propulsión no tóxico, lo que facilita su manipulación inmediata tras el aterrizaje sin necesidad de trajes especiales ni equipos de descontaminación.

La clave de su funcionamiento está en su disponibilidad: las naves permanecerán en órbita durante años, listas para ser activadas en cualquier momento. Cuando se necesite enviar un cargamento, por ejemplo, material médico a una zona afectada por un desastre natural o un dron a una base militar, una Arc recibirá la orden, reentrará en la atmósfera y aterrizará de forma autónoma en el punto designado. Todo el proceso, según sus creadores, no superará los 60 minutos.

Del prototipo al modelo operativo

El primer paso hacia esta tecnología fue Ray, una pequeña cápsula de prueba de 90 kilos que Inversion lanzó en enero de 2025 a bordo de una misión de SpaceX. Aunque no estaba diseñada para regresar a la Tierra, demostró que la compañía dominaba las maniobras orbitales y los sistemas de propulsión necesarios. Ese éxito sirvió como base para avanzar en Arc, cuyo lanzamiento inaugural está previsto para finales de 2026.

En paralelo, la empresa trabaja con la NASA en el desarrollo de un nuevo sistema de protección térmica capaz de soportar las temperaturas extremas de la reentrada. También ha realizado decenas de pruebas de caída con prototipos a escala real para validar la aerodinámica y el comportamiento estructural de la nave.

Según Fiaschetti, el objetivo es que Arc sea totalmente reutilizable, capaz de volver al espacio tras ser recuperada y revisada, reduciendo los costes logísticos y medioambientales.

Aunque el proyecto nació con una vocación logística, Arc podría tener usos más amplios. Inversion la presenta también como una plataforma de pruebas para tecnologías hipersónicas, un ámbito en el que Estados Unidos, China y Rusia compiten por desarrollar los vehículos más rápidos del mundo. Su capacidad para alcanzar y soportar velocidades extremas la convierte en un laboratorio ideal para estudiar materiales, sistemas de guiado o nuevos propulsores.

En el terreno civil, las aplicaciones potenciales son igual de prometedoras. Las Arc podrían servir para entregar vacunas o material sanitario a regiones aisladas, responder ante emergencias humanitarias o incluso actuar como vehículos de retorno rápido de muestras científicas desde la órbita. “El valor está en llegar justo cuando se necesita. Que haga la diferencia en el momento exacto”, resume Fiaschetti.

Convertir esta visión en realidad no será sencillo. Inversion aún debe demostrar que puede mantener una flota en órbita durante años y operar los aterrizajes con precisión y seguridad. Pero si logra cumplir su calendario, Arc podría marcar el comienzo de una nueva era en la logística espacial y terrestre.

Por primera vez, el espacio dejaría de ser solo un destino o un observatorio para convertirse en una autopista de transporte capaz de conectar cualquier punto del planeta en cuestión de minutos. Y aunque hoy parezca ciencia ficción, la idea de recibir un paquete procedente de la órbita antes de que acabe el día ya no suena tan lejana.