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Geofísica

Confirmado por la ESA: la anomalía del campo magnético de la Tierra no hace más que crecer y es preocupante

Del tamaño de media Europa y en constante expansión, una misteriosa "abolladura" en el campo magnético de la Tierra sobre el Atlántico Sur amenaza la tecnología satelital y la seguridad de los astronautas,

El planeta Tierra con dos (o tres) de los continentes que más discordia han generado Wikiimages Pixabay

La tecnología que orbita nuestro planeta se enfrenta a una amenaza invisible pero muy real. Los satélites que cruzan una vasta región del Atlántico Sur están más expuestos a partículas de alta energía procedentes del espacio, lo que dispara el riesgo de sufrir fallos técnicos y averías. No es un problema menor, y afecta también a los astronautas a bordo de las estaciones espaciales, que ven cómo aumenta su exposición a la radiación al transitar por esta zona concreta del globo. Esta amenaza natural se suma a otros riesgos que ponen en peligro la infraestructura orbital, donde incluso un satélite muy valioso para el futuro de la Tierra puede enfrentarse a decisiones que comprometen su operatividad.

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De hecho, el culpable de esta vulnerabilidad tiene nombre propio: la Anomalía del Atlántico Sur. Se trata de una especie de «abolladura» en el campo magnético terrestre, un área inmensa entre Sudamérica y África donde el escudo que nos protege del cosmos presenta una intensidad magnética mucho más débil de lo normal. Y el problema no deja de crecer. Los datos más recientes confirman que, desde 2014, su superficie se ha expandido en un área equivalente a la mitad de Europa continental mientras su campo sigue debilitándose.

Para desentrañar este misterio, la Agencia Espacial Europea (ESA) mantiene una vigilancia exhaustiva a través de su misión Swarm. Desde 2013, un trío de satélites idénticos se dedica a cartografiar con una precisión sin precedentes las variaciones del campo magnético, una misión que permite monitorizar su evolución, tal y como han publicado en ScienceAlert. Gracias a su trabajo, los científicos están empezando a comprender la complejidad de un fenómeno que tiene en vilo a la comunidad internacional.

El origen del problema, en las entrañas de la Tierra

En este sentido, la hipótesis más sólida apunta a las profundidades del planeta, a miles de kilómetros bajo nuestros pies. Los investigadores creen que una gigantesca masa de roca supercaliente, conocida como la gran provincia de baja velocidad de cizalladura africana, podría estar interfiriendo en el núcleo terrestre. Esta perturbación en el geodínamo sería, en última instancia, la causa directa del debilitamiento magnético que se observa en la superficie.

Asimismo, las mediciones de los satélites Swarm han desvelado uno de los rasgos más desconcertantes del fenómeno. Justo debajo de esta área debilitada, el flujo magnético parece invertirse de forma anómala, como si una parte del campo, en lugar de proyectarse hacia el espacio, estuviera regresando hacia el núcleo del planeta. Esta peculiaridad añade una capa más de complejidad al estudio de una de las estructuras más extrañas de nuestro campo magnético.

Por otro lado, la misión europea también ha permitido comprender que la anomalía no es un bloque homogéneo. Los datos revelan un comportamiento distinto en sus extremos, con dinámicas diferentes en la zona más cercana a las costas sudamericanas y en la que se aproxima al continente africano, lo que demuestra que su evolución es mucho más intrincada de lo que se pensaba inicialmente.