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Astronomía

¿Cuándo se podrá saber algo nuevo de 3I/Atlas?

El cometa interestelar que fascinó a la comunidad científica ha desaparecido temporalmente tras el resplandor solar, pero pronto podría volver a ofrecer respuestas sobre el origen más antiguo del universo

La última fotografía oficial del ATLAS se remonta al 27 de agosto de 2025 Espacio Misterio

Desde que se descubrió el pasado julio, 3I/Atlas ha captado la atención de astrónomos y observadores del cielo de todo el mundo. Su paso por el sistema solar no solo ha despertado la curiosidad del público, sino también el asombro de la comunidad científica, que ve en él una oportunidad única para estudiar material que se formó mucho antes de que existiera la Tierra. Sin embargo, justo cuando más preguntas empezaban a surgir, el cometa se desvaneció detrás del resplandor del Sol, obligando a suspender temporalmente las observaciones.

3I/Atlas es apenas el tercer objeto interestelar detectado en la historia, tras ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). A diferencia de los cometas “locales”, que orbitan nuestro Sol en trayectorias predecibles, estos visitantes provienen del espacio interestelar, es decir, de fuera de nuestro sistema solar. Su velocidad y composición los delatan: se mueven demasiado rápido como para estar ligados gravitacionalmente al Sol.

El descubrimiento de 3I/Atlas fue posible gracias a una serie de observaciones realizadas a principios de 2025 con el sistema Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS), de la Universidad de Hawái, el mismo que ha permitido detectar otros cuerpos cercanos potencialmente peligrosos para la Tierra.

Lo que distingue a este cometa, sin embargo, no es solo su origen, sino su antigüedad. Según cálculos de varios equipos, entre ellos, el de la Universidad de Cambridge y el Observatorio Europeo Austral, el material que lo compone podría haberse formado hace más de 7.000 millones de años, incluso antes del nacimiento de nuestro propio Sol.

El resplandor del Sol, un obstáculo inevitable

Ahora mismo, los telescopios que siguen su trayectoria no pueden observarlo. 3I/Atlas ha quedado oculto tras la intensa luz solar, una situación conocida como “conjunción solar”, que impide la detección de cuerpos cercanos a la línea visual del Sol. No se trata de un fenómeno inusual, pero sí de un paréntesis frustrante para los científicos, que esperaban seguir recopilando datos sobre su composición química y comportamiento.

Hasta entonces, las observaciones han revelado que el cometa presenta una actividad inusualmente alta, con una cola de polvo y gas más extensa de lo esperado para un objeto interestelar. Las imágenes captadas por los rovers marcianos Perseverance y Zhurong mostraron incluso un resplandor visible desde la superficie del planeta rojo: un hecho histórico, ya que nunca antes un cuerpo interestelar había sido fotografiado desde otro planeta.

¿Cuándo se podrá volver a saber de 3I/Atlas?

Los astrónomos estiman que 3I/Atlas volverá a ser visible a partir de mediados de noviembre, cuando se aleje lo suficiente del resplandor solar. En ese momento, telescopios terrestres y espaciales, entre ellos el James Webb Space Telescope y el Very Large Telescope de Chile, retomarán el seguimiento.

Los objetivos científicos son claros: determinar con mayor precisión su composición isotópica, el tipo de hielo y polvo que contiene, y si su estructura difiere de los cometas del sistema solar. Algunos investigadores esperan que 3I/Atlas aporte pistas sobre cómo se formaron los primeros sistemas planetarios de la galaxia, o incluso sobre los procesos que dieron origen a los ingredientes básicos de la vida.

Además, su trayectoria, ligeramente curvada al acercarse al Sol, pero aún hiperbólica, indica que, tras su breve paso por nuestro vecindario cósmico, abandonará definitivamente el sistema solar para continuar su viaje interestelar. La ventana de observación será corta, pero extremadamente valiosa.

Más allá de los datos científicos, 3I/Atlas representa un recordatorio simbólico del avance humano en apenas unos siglos. “En 400 años hemos pasado de mirar las estrellas a observar objetos que vienen de otros sistemas estelares”, decía el físico de partículas británico Brian Cox en una entrevista a la BBC.

Cuando el brillo solar se atenúe y 3I/Atlas vuelva a asomar en los cielos, los telescopios del mundo volverán a apuntar hacia él. Será un breve regreso antes de la despedida definitiva de uno de los objetos más enigmáticos que se han documentado en nuestra galaxia.