Animales
Descubren que los dragones de Komodo tienen dientes de hierro
Un estudio del King’s College London ha encontrado hierro en los temibles dientes del dragón de Komodo
Un nuevo estudio ha descubierto que los dragones de Komodo son incluso más sofisticados de lo que pensábamos. Los lagartos más grandes del mundo, con hasta 3 metros de longitud, combinan una mordedura venenosa con armas microbiológicas y, según esta última investigación, dientes de hierro. O, mejor dicho: dientes recubiertos con bastante hierro a lo largo de sus serrados bordes. Todo esto hace de los dragones de Komodo verdaderas máquinas de matar y, sin duda, genera un dato interesante para los fabricantes de preguntas de Trivial, pero también nos habla sobre cómo podrían haber sido los dientes de los dinosaurios.
Sin embargo, empecemos por el principio. El esmalte es una sustancia muy dura que recubre nuestros dientes, los protege del desgaste y es, básicamente, la parte externa de los mismos, la que vemos. El principal componente de estos dientes es el fosfato cálcico, también conocido como hidroxiapatita. De hecho, estamos hablando de un porcentaje tan elevado como el 94%. El otro 6% corresponde a diferentes sustancias orgánicas e inorgánicas que contribuyen notablemente a las propiedades de nuestros dientes. Pues bien, según una reciente investigación del King’s College London, muchos reptiles tienen algo de hierro en sus dientes y, algunos, lo han logrado más que otros.
Dragones de metal
En su momento, la comunidad científica debatió sobre si los dragones de Komodo abatían a sus víctimas infectándolas o envenenadas con su mordedura para luego esperar. Con el tiempo, los investigadores parecen decantarse por una opción mixta, planteando que ambas son parcialmente correctas. Los dragones de Komodo producen una sustancia venenosa y, de hecho, tienen sistemas complejos entre sus dientes para administrarla con cada mordida. En su momento se creyó que este veneno era producto de una bacteria tóxica que habitaba en su boca. En realidad, sus bocas están llenas de microorganismos de lo más variados y, algunos, pueden ser perjudiciales, pero no son responsables del veneno en sí mismo.
Pues bien, a toda esta cuestión se suma que, estos lagartos de 80 kilos han acumulado una gran cantidad de hierro a lo largo su aserrado reborde que los hace especialmente resistentes. Y es que, los dientes de estos reptiles no son lisos, ni siquiera afilados como el filo de un cuchillo de chef. Son, más bien, como el de un cuchillo aserrado, capaces de desgarrar tejido de una forma más irregular, para que penetre en él venenos o, incluso, esas bacterias que viven en su boca. Porque, aunque no sean tóxicas como tal, las mordeduras inoculan bacterias. Es más, las mordeduras humanas tienden a infectarse, por lo que no es descabellado imaginar que las del dragón de Komodo pueda hacer lo propio con sus temibles dientes.
Dinosaurios, los otros dragones
Los extraños dientes de los dragones de Komodo no son los únicos serrados del mundo animal. Algunos dinosaurios terópodos, en su momento, ya contaban con bordes rugosos para desgarrar a sus presas. Los investigadores, por lo tanto, se plantearon si aquellos dientes también podían contener una gran cantidad de hierro. Por desgracia, no contamos con la tecnología necesaria para determinar la presencia de hierro en los dientes de los dinosaurios, aunque sí que sabemos, por ejemplo, que las estructuras del esmalte de algunos de ellos habían cambiado para asegurar que el diente se desgastara menos y, así, mantuviera su borde afilado durante más tiempo.
Por otro lado, en esta duda acerca de los dientes de los dinosaurios, a la complejidad técnica se une otra que podríamos llamar metodológica, porque no nos llegaría con analizar un par de especies para saber si tenían hierro, habría que analizar a cada una de las conocidas. En el caso de los reptiles vivos sabemos que las diferentes especies de una familia pueden mostrara niveles muy diferentes de hierro en sangre. Por ejemplo, el dragón de Komodo pertenece a la familia Varanidae, como los lagartos monitores (o varanos), que parecen tener una cantidad de hierro especialmente baja en sus dientes comparados con otros reptiles. Los dragones de Komodo son, por lo tanto, una excepción entre sus parientes, como podía haberlo sido cualquier dinosaurio extinto.
En resumen: a pesar de que el dragón de Komodo fue descubierto en 1910, seguimos encontrando sorpresas, y lo mismo ocurre con otras tantas especies que creemos tener “muy vistas”. Poco a poco, la tecnología nos ofrece nuevas miradas con las que analizar una misma realidad, y tenemos que estar dispuestos a reevaluarla.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Los dragones de Komodo son los lagartos vivos más grandes del mundo porque, a pesar de lo que mucha gente cree, los cocodrilos no son lagartos, de serlo, los dragones de Komodo podrían competir poco con sus 80 kilos frente a la tonelada que llegan a pesar algunos ejemplares de cocodrilo. Ni siquiera el pariente extinto gigante del dragón de Komodo, el megalania, podía acercarse con sus 7 metros y 600 kilos.
REFERENCIAS (MLA):
- "Iron-coated Komodo Dragon Teeth and the Complex Dental Enamel of Carnivorous Reptiles." Nature Ecology & Evolution, 2024, doi:10.1038/s41559-024-02477-7.
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