
Ciencia
Descubren que las embarazadas 'moldean' el cerebro de sus hijos a través de sus bacterias
Una investigación en ratones desvela un vínculo inesperado: los microbios maternos son cruciales para el desarrollo cerebral del feto, una conexión que podría verse alterada por prácticas como las cesáreas o el uso de antibióticos

La salud cerebral de un bebé podría empezar a forjarse mucho antes de lo que se pensaba, y el secreto no estaría en la genética, sino en un lugar inesperado: la comunidad de microbios que habita en el cuerpo de la madre. Un reciente estudio realizado en ratones apunta a que la microbiota materna desempeña un papel crucial en el desarrollo del cerebro del feto, influyendo directamente en su estructura neuronal mientras todavía se encuentra en el útero. Este hallazgo, que de momento se basa en modelos animales, abre una nueva y fascinante vía para comprender la conexión entre el entorno materno y la neurobiología de su descendencia. Estos descubrimientos no solo cambian nuestra visión sobre la gestación, sino que también abren un debate sobre cómo estos factores iniciales podrían influir en el futuro de la longevidad humana y la calidad de vida en etapas avanzadas.
En concreto, la investigación se centró en una región cerebral muy específica: el núcleo paraventricular del hipotálamo. Se trata de una zona de gran relevancia, pues está estrechamente ligada a funciones tan determinantes como la regulación del estrés y la modulación del comportamiento social en la vida adulta. Los experimentos revelaron que los ratones nacidos y criados en un ambiente completamente libre de gérmenes presentaban un número de neuronas notablemente inferior en esta área en comparación con los roedores que crecieron en condiciones normales.
De hecho, uno de los descubrimientos más importantes de este trabajo, tal y como explican en ScienceAlert, es que este efecto parece tener su origen exclusivamente durante la gestación. Los científicos comprobaron que existe una ventana crítica prenatal en la que la flora materna ejerce su influencia, ya que al introducir microbios en los ratones estériles después de su nacimiento, la reducción de neuronas en el núcleo paraventricular no se revertía. Esta modificación neuronal, además, demostró ser duradera y persistía en los animales hasta bien entrada su edad adulta. Comprender estas conexiones tempranas es vital, ya que podría abrir caminos hacia la prevención o el desarrollo de futuras curas para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Posibles consecuencias de prácticas médicas actuales
En este sentido, los resultados del estudio plantean nuevas e importantes preguntas sobre cómo ciertas prácticas médicas extendidas en la actualidad podrían interferir en este proceso. Intervenciones como las cesáreas, por ejemplo, impiden que el neonato entre en contacto directo con la microbiota del canal de parto, un primer baño de microorganismos que la ciencia considera cada vez más fundamental. Esta ausencia de exposición inicial podría alterar este delicado equilibrio biológico desde el primer momento de vida del recién nacido.
Asimismo, el uso de antibióticos durante el embarazo es otro factor que preocupa a los investigadores. Si bien son herramientas médicas indispensables en muchas ocasiones, su uso puede mermar la diversidad de la flora bacteriana de la madre, lo que a su vez podría limitar la variedad de señales microbianas que recibe el feto. Se abre así una puerta crucial a futuras investigaciones para determinar si estas alteraciones podrían tener consecuencias en el desarrollo cerebral a largo plazo y, sobre todo, cómo podrían mitigarse sus efectos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar