Tecnología

Estos nuevos robots “blanditos” pueden explorar terrenos desconocidos

Una investigación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha dado a luz un nuevo tipo de robot blando capaz de rodar, girar y orbitar objetos para explorar superficies

Esta imagen muestra la trayectoria que el robot siguió para cartografiar el límite de un espacio confinado.
Esta imagen muestra la trayectoria que el robot siguió para cartografiar el límite de un espacio confinado.Jie Yin, de la Universidad Estatal de Carolina del NorteEurekalert

Los robots ya están entre nosotros, pero no son como imaginamos. Lejos se encuentran de aquellos sueños de Isaac Asimov y compañía, pero mantienen la misma esencia desde que Josef Čapek inventó la palabra “robotnik” en 1920, el origen de la actual “ robot ” y, a su vez, derivado de “robota”, que en checo significa “trabajo duro”. Los robots son máquinas tremendamente variadas pero que tienen en común eso: nos aligeran el trabajo llevando a cabo tareas duras, aburridas o simplificables. Por eso un robot de cocina es un robot y, bajo ese amplísimo término paraguas se encuentran un tipo de autómatas bastante desconocidos: los robots blandos y eso es lo que han creado un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

Los robots blandos son extraños a la vista. Su “cuerpo” está formado por materiales flexibles y, en lugar de articulaciones complejas, motores y sistemas eléctricos, confían en las propiedades físicas de los materiales que los forman. Dicho de otro modo: sus “tejidos” reaccionan al entorno cambiando de forma y en ese cambio se produce el movimiento. Esto los convierte en verdaderos agentes autónomos, cuyos desplazamientos no dependen de los comandos humanos, sino de la forma y las propiedades de aquellos materiales que los constituyen. Los robots que nos ocupan hoy son una suerte de diminutos anillos de elastómeros, flexibles y transparentes, enroscados sobre sí mismos como si fueran un tornillo retorcido en forma de anillo.

Rueda, giran y orbitan

En estos casos se suele hablar de una “inteligencia física”, pero dista mucho de ser inteligencia, simplemente hablamos de materiales y formas que responden a cambios en el entorno de una manera específica. Por ejemplo: estos anillos responden a los cambios de temperatura, eso provoca en ellos contracciones y dilataciones que, a su vez, generan movimiento. Para ser más específicos, estos robots blandos necesitan que la superficie sobre la que se encuentran esté, al menos a 55 grados Celsius. De este modo, la diferencia entre el suelo cálido y el aire fresco hace que el anillo se contraiga, pero solo por la parte más cercana al suelo. Esto provoca un movimiento giratorio, como si estuviéramos viendo el disco de un vinilo.

Según en qué posición coloquemos el anillo, podrá incluso rodar como un neumático y, al chocarse con algún objeto, el movimiento giratorio lo mantendrá pegado a este, haciendo que rodee su base, como si estuviera explorando su perímetro. Y esta es la clave, porque lo que los investigadores pretenden es que este robot blando explore terrenos de manera autónoma. La idea sería soltar a toda una jauría de pequeños anillos, algunos diestros y otros zurdos en función de en qué sentido gira la espiral del anillo. De este modo, podrían tomar caminos opuestos cuando choquen con algún obstáculo, reduciendo la posibilidad de que queden zonas sin explorar.

Algunos problemas

Todo esto suena muy bien, pero no está exento de problemas. O, más bien, de un cargamento entero de ellos. Estos robots blandos funcionan muy bien en el laboratorio, pero para ello necesitan dos condiciones muy particulares. Un suelo a más de 55 grados centígrados y que, por si fuera poco, sea extremadamente liso. Esto no significa que no podamos partir de este diseño y adaptarlo a condiciones más hostiles (realistas, más bien), pero no es algo trivial. Porque, aunque los ejemplos actuales de robots blandos sean objetos realmente sencillos y de composición elegante, no existe ninguna regla que prohíba aumentar su complejidad una vez los comprendamos mejor. De ese modo, podríamos darles nuevas funciones, mucho más interesantes y útiles en el mundo real.

No obstante, la tecnología de los robots blandos está en un momento de exploración, investigando cómo puede aprovechar las propiedades mecánicas de algunos materiales y, lo que es igualmente importante: qué formas podemos otorgarles a esos materiales para sacar lo mejor de ellos.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El término robot blando tiene, mayormente, el uso que hemos empleado en este artículo. Sin embargo, en algunas ocasiones muy puntuales puede usarse para referir a robots con componentes blandos para interacciones humanas.

REFERENCIAS (MLA):

  • “Defected Twisted Ring Topology For Autonomous Periodic Flip-Spin-Orbit Soft Robot” Proceedings of the National Academy of Sciences