Redes sociales
Un estudio vincula los selfies con índices más altos de delgadez
“Ver selfies podría ser más dañino que otros tipos de fotografías para las personas que son vulnerables a desarrollar trastornos alimentarios”, señala un estudio.
Las redes sociales influyen en nuestra conducta a niveles que la ciencia comienza a comprender. Desde nuestro voto, a la capacidad de minar nuestra autoestima o promover adicciones. Y el último de los hallazgos es que los selfies que publicamos tendrían un vínculo no solo con la delgadez, sino también con desórdenes alimenticios.
En un nuevo estudio publicado en Plos One, los participantes tendían a calificar los cuerpos de las mujeres como más delgados cuando los veían en fotografías de selfies que en fotografías tomadas desde otros ángulos. Estudios previos sugerían que ver selfies podría afectar los juicios de los espectadores sobre el atractivo de los sujetos de la fotografía y podría, en algunos casos, conducir a comparaciones que afecten la percepción que tenemos de nuestro propio cuerpo. Sin embargo, dicha investigación es limitada y se ha centrado más en la percepción de rostros en fotografías que en cuerpos.
Para intentar resolver las lagunas, un equipo liderado por Ruth Knight de la Universidad York St John y Catherine Preston de la Universidad de York, evaluaron los juicios de las participantes femeninas en respuesta a fotografías desde diferentes ángulos de 10 modelos voluntarias vestidas con ropa deportiva. En total participaron del experimento más de 240 mujeres mayores de 18 años que debieron rellenar un cuestionario que, entre otras preguntas, evaluaba la presencia de desórdenes alimenticios
Excluyendo los rostros, el cuerpo de cada voluntario fue fotografiado desde varios ángulos: desde una perspectiva externa tradicional, un selfie tomado a un brazo de distancia, un selfie tomado con un palo de selfies, o desde la propia perspectiva del voluntario, con la cámara mirando hacia abajo desde la barbilla.
Al analizar los resultados, el equipo de King y Preston, descubrió que las participantes tendían a juzgar los cuerpos en las imágenes de selfies como más delgados que los cuerpos en las imágenes en perspectiva externa, sin embargo, no hubo diferencias significativas en las calificaciones de atractivo. Se consideró que las imágenes con la barbilla hacia abajo eran menos delgadas que las selfies y las menos atractivas de todas las perspectivas analizadas.
También encontraron cierta evidencia de que los participantes con un nivel más alto de ciertos síntomas de trastornos alimentarios tendían a calificar los cuerpos en las selfies de manera más favorable. Sobre la base de este hallazgo y de hallazgos anteriores de otros estudios, los investigadores sugieren que ver selfies podría ser más dañino que otros tipos de fotografías para las personas que son vulnerables a desarrollar trastornos alimentarios.
Los resultados resaltan vínculos potenciales entre el uso de las redes sociales y la satisfacción corporal. Sin embargo, los investigadores señalan varias limitaciones del estudio, como un pequeño número de participantes y la falta de coincidencia precisa de los ángulos de las fotografías entre los modelos voluntarios, diferencias que podrían haber influido en los juicios de las voluntarias. De acuerdo con las autoras, deberían realizarse nuevos estudios que profundicen en la relación existente entre cómo nos vemos y cómo valoramos los selfies ajenos.
“Muchos de nosotros vemos selfies todos los días mientras navegamos por el creciente número de plataformas de redes sociales – concluye el estudio -. Sabemos que los filtros pueden cambiar la forma en que aparecen los cuerpos. Esta investigación sugiere que el ángulo desde el que se toma la foto puede cambiar nuestros juicios sobre el tamaño del cuerpo, de modo que cuando consumimos imágenes en Internet, incluso simples selfies sin filtro, lo que vemos no es necesariamente una representación precisa de la vida real”.✕
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