Neurociencias

Extraen una canción de Pink Floyd del cerebro y así es cómo suena

Un equipo de la Universidad de Berkeley señala que “ha comenzado a descifrar el código" para interpretar no solo el contenido de las ondas cerebrales, también su significado.

Representación artística de un cerebro
Tu cerebro cuando escucha música electrónicaPixabayPixabay

Sin duda es uno de los santos griales de las neurociencias: traducir lo que pensamos. Pues ahora parecería que estamos un poco más cerca de ello. Después de una década de investigación, los científicos lograron recrear una canción a partir de grabaciones cerebrales con la ayuda de IA, y nos permiten escuchar la pista. Y en este caso se trata de una obra de Pink Floyd.

En un comunicado sobre esta investigación, el neurólogo Robert Knight responsable del estudio publicado en PLOS Biology, señala que ha "comenzado a descifrar el código" para interpretar no solo el contenido de las ondas cerebrales humanas, sino también el significado detrás de ellas. Aunque otros estudios han logrado "traducir" el contenido de las ondas cerebrales, ningún otro ha sido capaz de piratear, hasta este punto, la "prosodia", un término formal para el "ritmo, el acento y la entonación" que "tienen significado, aquellas que las palabras por sí solas no transmiten".

Para llegar a estos resultados, los neurólogos del Centro Médico Albany de Nueva York conectaron a 29 participantes a más de 2600 nodos de electroencefalografía intracraneal (iEEG) mientras escuchaban "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd".

Lo que los autores descubrieron fue que cuando colocaron nodos específicamente sobre el centro de procesamiento auditivo del cerebro, la circunvolución temporal superior, que se encuentra justo encima y detrás de nuestras orejas, pudieron recopilar los mejores datos que finalmente se tradujeron en la extraña aproximación del clásico del rock progresivo.

Los datos sin procesar obtenidos de las grabaciones de iEEG luego se ejecutaron a través de un software de inteligencia artificial que, como describe la declaración de Berkeley, se usó para "decodificar la actividad cerebral y luego codificar una reproducción. El lenguaje es más del lado izquierdo del cerebro, sin embargo, la música está más distribuida, con un sesgo hacia la derecha".

Ahora, si lo que nos preocupa es que alguien pueda husmear en nuestro cerebro y obtener nuestros pensamientos, el equipo de Knight señala que no hay motivo para ello porque, a menos que use regularmente una gorra con miles de electrodos, nadie podrá grabar su cerebro. Al menos a corto plazo.

Ahora la pregunta clave es, ¿cómo suena? Obviamente los científicos han grabado el sonido procesado por la IA y este es el resultado.