Exploración Espacial

Dos noticias de la ISS. La buena: se han resuelto los problemas de agua. La mala: es por beberse la orina

Para ser justo hay que decir que la orina pasa por cuatro procesos diferentes de filtración antes de volver al cuerpo de los astronautas

NASA
La astronauta Kayla Barron mostrando uno de los filtros que reciclan la orinaNASANASA

Si en un futuro cercano la NASA, la ESA y otras agencias espaciales planean enviar tripulaciones para realizar misiones de larga duración en la Luna y Marte una de las claves fundamentales es la autonomía: no depender de la Tierra. Para enfrentarse a este desafío, la NASA está desarrollando sistemas de soporte vital que evitarán las misiones de reabastecimiento desde la Tierra. Y una de las claves es el elemento líquido, el agua. O sus subproductos.

Los sistemas que permitirán la autonomía en el espacio deben ser de naturaleza regenerativa y de circuito cerrado, lo que significa que reciclarán alimentos, aire y agua sin desperdicio alguno. Actualmente, las tripulaciones a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) dependen de un Sistema de Soporte de Vida y Control Ambiental (ECLSS) para satisfacer sus necesidades. Este sistema recicla el aire a bordo de la estación al pasarlo por filtros que eliminan el exceso de dióxido de carbono producido por las exhalaciones de la tripulación.

El sistema también utiliza deshumidificadores avanzados para capturar la humedad de la exhalación y transpiración de la tripulación y la envía al Montaje de Purificación de Agua (WPA por sus siglas en inglés). Otro subsistema, llamado Urine Processor Assembly (Montaje de Procesado de Orina o UPA), recupera y destila el agua de la orina de los astronautas. Los sistemas regenerativos también tienen la ventaja de reducir drásticamente los costes de las misiones y en este caso las mejoras en los sistemas de purificación de agua aumentaron el porcentaje de recuperación de la misma, que pasó del 93 al 98%.

 

El modo en que el procesador de orina recicla y purifica el líquido es bastante simple. Primero, el agua recuperada pasa a través de una serie de filtros especiales y es tratada por un reactor catalítico que descompone cualquier resto de contaminantes. El sistema verifica los niveles de pureza del agua mediante sensores especiales, agrega yodo para evitar el crecimiento microbiano y luego almacena el agua purificada para el consumo de la tripulación. Cada tripulante necesita casi 4 litros de agua diaria para consumo, preparación de alimentos e higiene

“El procesamiento es fundamentalmente similar a algunos sistemas de distribución de agua terrestre, solo que se realiza en microgravedad - explica el comunicado

de la NASA -. En términos estrictos, la tripulación no bebe orina: está bebiendo agua que ha sido recuperada, filtrada y limpiada de tal manera que es más limpia que la que bebemos aquí en la Tierra. Tenemos muchos procesos implementados y muchas pruebas de campo para brindar confianza de que estamos produciendo agua potable y limpia”.

Christopher Brown, del equipo del Centro Espacial Johnson que administra el sistema de soporte de vida de la Estación Espacial Internacional, explicó cómo este logro sitúa a la NASA en el camino para realizar un sistema de soporte de vida regenerativo: “Este es un paso adelante muy importante en la evolución de los sistemas de soporte vital. Digamos que recogemos 100 litros de agua. Pierdes dos de ello, pero el 98% restante sigue dando vueltas y vueltas. Mantener eso funcionando es un logro bastante impresionante”.