Glaciología

Ningún humano en la historia ha visto esta parte del planeta. Y no, no está bajo el agua

Científicos de Cambridge han creado el mapa más detallado hasta la fecha, revelando cordilleras, ríos y valles.

Cartografía
La Antártida, sin un metro de hielo.Pritchard, H., et alPritchard, H., et al

Unos 34 millones de años atrás, se produjo un gran cambio en nuestro planeta. Y el disparador fue el cometa que se llevó por delante a los dinosaurios. A pesar de que actualmente lo conocemos como el continente blanco, la Antártidano siempre ha estado cubierta de hielo: el continente se mantuvo sobre el polo sur sin congelarse durante casi 100 millones de años. Luego, hace unos 34 millones de años, se produjo un cambio climático drástico en el límite entre el Eoceno y el Oligoceno. El clima cálido de invernadero, estable desde la extinción de los dinosaurios, se enfrió drásticamente, creando una especie de "casa de hielo" en los polos que ha persistido hasta la actualidad.

De ese modo, el paisaje original ha estado escondido bajo una capa de hielo de kilómetros de espesor para la mirada de todos los humanos que hemos habitado el planeta.

Durante años, el British Antarctic Survey ha estado sobrevolando el continente helado austral, utilizando radar, ondas sonoras y mapas de gravedad para determinar la forma del lecho rocoso secuestrado bajo el hielo. Y ahora, con toda esta información, ha creado el mapa de la Antártida (bajo el hielo) más detallado hasta la fecha, revelando cordilleras, antiguos cauces fluviales, cuencas y llanuras.

Este avance, publicado en Nature y liderado por Hamish Pritchard, del British Antarctic Survey, proporcionará información crucial a los científicos que buscan comprender la compleja interacción entre la tierra y el hielo a medida que la Antártida continúa transformándose bajo el cambio climático.

“Esta es la información fundamental que sustenta los modelos informáticos que utilizamos para investigar cómo fluirá el hielo por el continente a medida que aumenten las temperaturas – explica Pritchard en un comunicado -. Imagina verter jarabe sobre un pastel de roca: todos los grumos, todas las protuberancias, determinarán adónde irá el jarabe y a qué velocidad. Y lo mismo ocurre con la Antártida: algunas crestas retendrán el hielo que fluye; las depresiones y las partes lisas es donde ese hielo podría acelerarse".

De este modo, si se eliminaran los 27 millones de kilómetros cúbicos de hielo que cubren la Antártida, ¿cómo se vería el continente? La respuesta es Bedmap3, el mapa que incluye datos recopilados desde aviones, satélites, barcos y equipos de trineos tirados por perros para catalogar el paisaje oculto de la Antártida. Los 277 estudios de espesor de hielo utilizados para compilar el mapa aportaron 82 millones de puntos de datos, completando importantes lagunas en el mapa anterior.

Una de esas lagunas es el punto donde el hielo que cubre la Antártida alcanza su máximo espesor. Estudios anteriores lo habían situado en la Cuenca del Astrolabio de la Tierra de Adelia. Sin embargo, el nuevo mapa revela que la verdadera posición es 76,052 grados Sur, 118,378 grados Este, donde un cañón sin nombre produce un espesor de hielo de 4.757 metros.

Al crear un mapa más preciso de la forma de la base del hielo, Pritchard y sus colegas pudieron calcular con mayor precisión la cantidad de hielo existente. El volumen total de hielo es de 27,17 millones de kilómetros cúbicos, con una superficie de 13,63 kilómetros cuadrados. El espesor medio del hielo, incluyendo las plataformas de hielo, es de 1948 metros. En pocas palabras: si todo el hielo de la Antártida se derritiera, el nivel del mar aumentaría 58 metros. Esto coincide con estudios anteriores, pero con algunas modificaciones.

“En general, ha quedado claro que la capa de hielo antártica es más gruesa de lo que pensábamos originalmente y tiene un mayor volumen de hielo asentado sobre un lecho rocoso situado por debajo del nivel del mar – añade Peter Fretwell, coautor del estudio -. Esto aumenta el riesgo de derretimiento del hielo debido a la incursión de agua oceánica cálida en los límites del continente. Lo que Bedmap3 nos muestra es que tenemos una Antártida ligeramente más vulnerable de lo que pensábamos”.