Sociedad

El arroz con costra más grande del mundo se reparte entre los más necesitados

El famoso plato de Elche ofrece 1.200 raciones en centros sociales

Los "costreros" que han cocinado el arroz con costra mas grande del mundo, con motivo de las fiestas de Elche, se disponen a preparar las más de un millar de raciones que repartirán entre centros sociales, de menores y geriátricos del municipio y de otras localidades de la provincia de Alicante.
Los "costreros" que han cocinado el arroz con costra mas grande del mundo, con motivo de las fiestas de Elche, se disponen a preparar las más de un millar de raciones que repartirán entre centros sociales, de menores y geriátricos del municipio y de otras localidades de la provincia de Alicante.Manuel LorenzoAgencia EFE

La ciudad de Elche ha cocinado un año más el arroz con costra más grande del mundo, un plato típico de la gastronomía ilicitana del que se han repartido en esta ocasión 1.200 raciones en centros sociales de menores y geriátricos del municipio y de otras localidades alicantinas.

La Gestora de Festejos Populares es la organizadora de este evento desde 2008 con motivo de las fiestas patronales de Elche, suspendidas por segundo año consecutivo por la pandemia.

Para la preparación de este suculento plato se han necesitado una costrera de grandes dimensiones y 90 kilos de arroz, 75 de conejo, 45 de pollo, 25 de embutido, la misma cantidad de tomate triturado, 20 litros de aceite de oliva, 85 docenas de huevos, 3 kilos de sal y 200 gramos de azafrán.

En el proceso han participado una treintena de personas, a las que previamente se les ha realizado una prueba PCR para cumplir con los protocolos higiénico-sanitarios frente al Covid. En esta edición, el objetivo ha sido netamente solidario, y las 1.200 raciones han sido acompañadas de un refresco y una cerveza sin alcohol.

Antes de su distribución, el alcalde de la ciudad Carlos González, miembros del equipo de gobierno local formado por PSPV-PSOE y Compromís, y las reinas y damas de las fiestas de Elche han asistido al tradicional corte del arroz.

González ha destacado el esfuerzo por “mantener viva” esta tradición popular, a la que se ha añadido este año el matiz solidario. “Esta acción humaniza la fiesta y es el reflejo de que Elche es una ciudad solidaria”, ha subrayado.

También ha mostrado su satisfacción por ser partícipe de un acto en el que se produce la “fusión de la tradición culinaria y festera y la profunda vinculación solidaria de los ilicitanos”. Este plato se remonta al año 1490, cuando aparece en el recetario de Ruperto de Nola, cocinero real de Fernando Nápoles, aunque por aquel entonces su nombre era arròs en cassola al forn, por su origen catalán.

En Elche, el arroz con costra se come desde mediados del siglo XIX, y debido a la Guerra Civil española y los años posteriores de la hambruna, hubo una paralización en su elaboración original y pasó a llamarse costravuida, pues apenas contenía arroz y algo de huevo en ocasiones.

La característica del arroz con costra de Elche, a diferencia del de otros lugares, es que se cuece con una chapa de metal encima con brasas, la llamada costrera. Y fue en la década de los años 60 del siglo XX cuando se hace muy popular gracias al auge del sector del calzado, pues muchos emigrantes llegaron a la ciudad para trabajar y abrieron restaurantes en los que en la carta existía este plato.

A partir de esa época, el arroz con costra comienza a degustarse por primera vez fuera de las casas. Su popularidad le incluyó en 1974 en los folletos de promoción gastronómica elaborados por el entonces Ministerio de Información y Turismo, el mismo año en el que en Elche se celebra el primer concurso de arroz con costra.

El organismo de turismo autónomo VisitElche ha iniciado el proceso para declarar el arroz con costra como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Comunitat, con la finalidad de poner en valor este plato, en colaboración con la Asociación de Amigos del Arroz con Costra, entidad que desde hace varias décadas vela por el respeto de las tradiciones gastronómicas de la ciudad de Elche, y el investigador Salvador Castaño, encargado de un estudio pormenorizado de los orígenes de esta receta.