Comercio

Las costumbres ucranianas rescatan al sector valenciano de las flores

Con tradiciones fuertemente vinculadas a coronas, centros y ramos, los ucranianos relanzaron las ventas durante las pasadas Navidades

La floristería La Violeta- Lolín de Valencia estará abierta durante cinco días seguidos por Todos los Santos
La floristería La Violeta- Lolín de Valencia estará abierta durante cinco días seguidos por Todos los SantosLa RazónLa Razón

En ocasiones, un suceso tan dramático y espeluznante como es una guerra puede tener consecuencias reconfortantes y alentadoras a miles de kilómetros del lugar del conflicto bélico. En el caso de laguerra de Ucrania, que empezó hace ya casi un año después de que las tropas rusas invadieran a su país vecino, uno de los efectos en la Comunidad Valenciana se ha poducido, aunque pueda resultar extraño, en el sector de las flores.

Algo que mucha gente desconoce en España es que los ucranianos cuentan con tradiciones fuertemente vinculadas a grandes y espectaculares coronas y centros florales. Por ejemplo, la llamada «vinok», es una corona que lucen las mujeres como símbolo de pureza y fertilidad, y es uno de los pilares de las ceremonias matrimoniales.

Como no podía ser de otra manera, en Navidad también es momento de lucir grandes ramos y centros florales, sin escatimar en variedad y en gusto, dentro de las posibilidades económicas de cada uno, claro está. Gracias a esto, los miles de ucranianos que residen en Valencia desde hace meses huyendo del conflicto-en octubre eran ya casi 40.000 en toda la Comunidad Valenciana- han salvado al sector de los floricultura valenciano de unas fiestas que se preveían complicadas y deficitarias, sobre todo en el marco del escenario inflacionista que está marcando el ritmo de la economía durante los últimos trimestres.

Según explica el gerente de los floristería La Violeta Lolín, Miguel Ángel Garrido, las personas procedentes de países del Este -concretamente de Ucrania- han demostrado su pasión por las flores durante las pasadas fiestas navideñas, comprando grandes centros y ramos, con precios de entre 150 y 200 euros.

Teniendo en cuenta que antes de las fiestas Garrido mostraba su preocupación por cómo iba a afectar la subida de los precios a las compras de sus clientes, esta ha sido una sorpresa que, además, ha hecho que las ventas fueran un 30 por ciento superiores a las de las pasadas Navidades.

Los valencianos, sin embargo, se han mostrado más prudentes, asegura Garrido, quien explica que la compra media en este caso se ha situado entre los 15 y 20 euros, con ramos y centros mucho más pequeños y discretos.

Resultados económicos aparte, el propietario de la floristería más antigua de Valencia explica que han sido unas Navidades con mucho ambiente, sobre todo durante Nochebuena y Navidad. «Eran las primeras navidades ‘normales’ tras la pandemia, y se ha notado».

Por otra parte, La Violeta Lolín cuenta ya con su propia marca registrada con el fin de poder patentar sus creaciones. Situada en el Mercado de las Flores de Valencia, en la Plaza del Ayuntamiento, el negocio cuenta con otra sucursal en el también valenciano barrio de Benimaclet. Garrido puede presumir de ser la tercera generación de un comercio que nació en 1904 y que, a base de esfuerzo y superación, sigue progresando año tras año.