
Medio Ambiente
Alerta en el Mediterráneo valenciano: el aumento de la temperatura en el mar provocará fenómenos meteorológicos "más extremos"
Los expertos aseguran que el calentamiento del océano conlleva la llegada de gotas frías, danas o huracanes

Hace apenas unos días, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) alertaba del aumento de la temperatura del Mar Mediterráneo en unos seis grados. Un dato que hacía saltar las alarmas y que demuestra que el cambio climático es más que una realidad. Las consecuencias de este calentamiento son diversas y variadas. Y todas negativas. Así lo defiende el director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José Tena, quien asegura que ese fenómeno hará que "vayamos a tener fenómenos meteorológicos extremos". "Hay mucha energía almacenada en forma de calor y eso va a provocar que la circulación atmosférica, que va de la hidrosfera a la atmósfera, conlleve fenómenos meteorológicos extremos, como gotas frías, danas o huracanes".
Según el experto, uno de los ejemplos más claros es la reciente ola de calor que hemos vivido en junio. "Es extremo y es algo que no era normal para la época del año. No puede predecir si en agosto va a haber una gota fría, pero sí que si llegan esos fenómenos atmosféricos, van a ser más extremos", añade Tena.
Él y su equipo han sido testigos de cómo el Mediterráneo 'hierve' a altas temperaturas. "Hemos visto desde hace años como la temperatura del Mediterráneo está alcanzando dos y tres grados por encima de las habituales. En verano, es verdad que nos llama mucho la atención. Pero dentro de los proyectos de investigación que llevamos a cabo en el instituto está el de colocar sensores de temperatura en diversos puntos del mar de la Comunitat, que toman información cada media hora todo el año. Hace cinco años, la temperatura del Mediterráneo en los meses de enero y febrero era de una media de doce grados. Este año, la media esos meses se ha situado en 14. Es verdad que ha habido algún día más frío, pero apenas uno o dos días. Además, hemos encontrado anomalías en las cuatro estaciones", afirma Tena.
Para el experto, el aumento de temperatura del Mediterráneo "es algo que nos tiene que hacer reflexionar". "El mar es el gran termo regulador de nuestro planeta. Le cuesta mucho calentarse y le cuesta mucho enfriarse. No es como el aire. Entonces, esa energía acumulada de los mares y océanos se transmite a la atmósfera para generar las corrientes de aire, generan los ciclos en la atmósfera", argumenta.
Tanto es así, señala, que el problema que tenemos en la actualidad es que "como la temperatura atmosférica está aumentando, no dejamos que el mar se enfríe, lo que tiene una implicación directa en el movimiento de las corrientes atmosféricas y produce fenómenos meteorológicos como una dana, gota frías, huracanes... No dejamos enfriarse al agua del mar y eso es un problema", añade el director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la UCV.
¿Qué implicaciones medioambientales tiene este hecho? Tena lo tiene claro: "Estamos alterando la vida de todos los organismo que viven en el mundo marino". "Estamos haciendo que muchos peces vean alterados sus ciclos vitales, los momentos en los que se tienen que reproducir. Pero también sus ciclos alimenticios. Ocurre con los peces, con los invertebrados, con los pulpos... Muchas especies se van en busca de aguas más frías", asegura.
En este sentido, el experto afirma que también hay que tener en cuenta que el Mar Mediterráneo "es un punto caliente de biodiversidad". "Es la temperatura quien marca la línea maestra del funcionamiento ecosistema y ahora está totalmente desconjuntado".
Tena asevera que esto es consecuencia del cambio climático. Advierte que este tema se "está politizando demasiado, algo que en el fondo es malo". Pero sí asegura que es un fenómeno global que "está alterando mucho nuestro planeta". "Podemos hacer algo, sí. No se puede negar la evidencia de que hay un cambio global". ¿Qué se puede hacer? "Lo primero y más sencillo es llevar a cabo acciones que minimicen la emisión de gases que favorezcan el efecto invernadero. Además de tener hábitos saludables, que se lleve a cabo una reconversión energética en los hogares, en el transporte. Ese es uno de los retos más importantes que tenemos", concluye el el director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la Católica.
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