Historia
Así era la Aduana Real de Carlos III que convirtió a Valencia en centro del comercio durante el siglo XVIII
El edificio, que está siendo reformado, es en la actualidad sede del Palacio de la Justicia
El espectacular edificio del Palacio de la Justicia de Valencia es seguramente uno de los que más llamen la atención a los visitantes. Situado en la calle con el mismo nombre, es la antesala de la calle Colón, una de las principales arterias comerciales de la ciudad. Pero este inmueble, sede judicial en la actualidad, no siempre tuvo estas mismas funciones.
Fue en su origen la Casa Aduana Real, construida por orden de Carlos III entre 1758 y 1802.
Por ella se canalizaba todo el comercio que, proveniente del mar, hacía de Valencia uno de los centros económicos del siglo XVIII. En 1828 se transformó en fábrica de tabacos y en 1914 comenzaron las obras de adaptación para convertirla en la sede del Palacio de Justicia.
El edificio ocupa una gran manzana rectangular y sus fachadas están compuestas por muro de ladrillo visto entre pilastras de piedra con zócalo almohadillado, y balcones con frontones rectos y curvos que se abren en el piso principal. La cornisa con balaustres, gallones y hornacinas muestra aún un gusto barroco, mientras la portada central se destaca del muro en forma de imafronte y se remata con un conjunto escultórico en el que Carlos III aparece entre dos Virtudes, obras de Ignacio Vergara.
En su interior una escalera monumental, de un puro academicismo barroco que recuerda a las de los palacios, se abre tras la puerta, dividiendo en dos el patio porticado.
Las obras de rehabilitación a las que está siendo sometido el edificio, sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, superan ya el 25 % de ejecución y finalizarán en 2025, según anunció ayer la consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez.
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