El cadáver del canónigo emérito de la Catedral de Valencia, hallado en su casa, presenta signos de estrangulamiento

Agentes del grupo de Homicidios de la Brigada de la Policía Judicial de Valencia investigan las circunstancias de la muerte del canónigo emérito de la Catedral de ValènciaAlfonso López Benito, cuyo cuerpo sin vida ha sido hallado este martes por la mañana en su domicilio del centro de la ciudad, muy próximo a la seo.

El fallecido, que tenía signos de violencia, compatibles con la asfixia, es el canónigo de la Catedral y su cuerpo ha sido encontrado en la cama de su vivienda de la calle Avellanas y la Policía sospecha que el autor del crimen ha usado el móvil del sacerdote para mandar mensajes y simular que estaba vivo.

Desde el Arzobispado de Valencia han indicado que han tenido conocimiento del fallecimiento de Alfonso López Benito, canónigo emérito de la Catedral de València, a través de la Policía Nacional y medios de comunicación.

"Lamentamos este triste fallecimiento y estamos a disposición de las autoridades por si la colaboración del Arzobispado pudiera servir para el esclarecimiento de los hechos. Trasladamos nuestras condolencias a la familia", concluye el escueto comunicado.

La Policía Nacional se ha limitado a informar, por su parte, de que los agentes han hallado esta mañana el cuerpo sin vida de un varón en su domicilio del centro de València.

Según las fuentes, efectivos del grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valencia se han hecho cargo de la investigación y hasta el lugar también se ha desplazado la Brigada Provincial de Policía Científica.

El portero de la finca se ha encontrado el cadáver este martes por la mañana en el domicilio de la víctima, tras lo que se ha puesto en marcha el dispositivo policial, y se lo ha comunicado al presidente de la comunidad, ha explicado un hombre que trabaja en el inmueble en declaraciones a los medios. Un conocido del fallecido se ha acercado al lugar para comunicar a los agentes que alguna persona estaba utilizando el móvil del sacerdote para hacerse pasar por él, según han relatado testigos presenciales.