Medio Ambiente
Los "lobos" que atacaron a las ovejas de Aras de los Olmos eran realmente perros de rehalas
El peligro potencial es mayor ya que el lobo no suele atacar al hombre, mientras que un perro asilvestrado sí que puede hacerlo
Los animales que atacaron y mataron a diez ovejas el pasado 23 de enero en la localidad valenciana de Aras de los Olmos eran realmente perros, probablemente perdidos de alguna rehala, y que campan por el monte asilvestrados.
Así lo asegura el informe molecular realizado en Barcelona con muestras de saliva y de heces recogidas en los cadáveres y en la zona donde ocurrió el ataque, y que descartan totalmente la presencia de lobos en ese suceso. El informe todavía no se ha concluido pero los primeros datos ya son incontestables, y además, coinciden con los indicios, también inequívocos, que se recogieron en la necropsia.
Por lo que respecta a la saliva, no hay dudas de que son de perros. Respecto a las heces, el dato no es tan concluyente al haberse hallado tanto de perro como de zorros, si bien se descarta que estos hayan podido atacar a las ovejas pues el zorro sólo se atreve con animales de menor porte como gallinas o conejos.
Los datos coinciden con la necropsia ya que las mordeduras sobre los cuerpos de las ovejas no era probable que fueran de lobo porque estos atacan sobre todo al cuello y matan al animal por asfixia, algo que no sucedió con las ovejas de Aras de los Olmos que estaban cosidas a dentelladas.
Además, si el ataque lo hubieran realizado los lobos se hubieran comido en parte a sus víctimas ya que el lobo caza para comer, mientras que el perro, y más si es de caza, está entrenado para matar a la presa pero no se la come ya que espera a que el cazador la recoja y la aproveche.
El origen de los perros muy probablemente sea de una rehala, es decir, un grupo de perros que se utilizan en las monterías para "alzar" a las presas y llevarlas hacia los puestos donde aguardan los cazadores para abatirlos. Estos canes es frecuente que se pierdan en el monte o que, llegada la noche, no vuelvan con su dueño por lo que acaban quedando a su suerte y se asilvestran en el monte.
Aunque socialmente el lobo puede generar más temor, el peligro potencial del perro es mayor, ya que los lobos no suelen atacar al hombre salvo contadas excepciones, y al igual que otros animales silvestres prefieren distanciarse de las personas, mientras que una jauría de perros asilvestrados sí que podrían atacar a cualquier ser que se les cruce.
Durante los últimos días, los agentes forestales han poblado la zona de cámaras de trampeo para ver si podían localizar a algún lobo, algo que no ha sucedido. Estas cámaras podrán utilizarse para tratar de localizar a los perros que, sueltos por el monte, suponen un riesgo muy elevado.
Fue el pastor de la ovejas quien alertó de la posibilidad de que fueran lobos, algo que amplificó mediante una rueda de prensa la organización agraria AVA a la que pertenece el ganadero afectado.
De momento, pese a que el lobo se considera fauna silvestre, al no haberse detectado todavía su presencia en la Comunitat Valenciana, no hay ningún protocolo para indemnizar los posibles daños que pueda ocasionar pues no hay un peligro real.
Sin embargo, si se consiguiera localizar a los perros asilvestrados sería relativamente sencillo comprobar si su ADN coincide con el de los canes atacantes. Además, todos los perros de rehalas están identificados mediante chip o tatuaje por lo que sería posible reclamarle la responsabilidad al dueños de los animales.
Con este informe que en unos días se hará oficial, se descarta la presencia de lobos, pero se constata la de perros asilvestrados, lo que de facto, es más preocupante.
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