Testimonios de la tragedia

«En menos de cinco minutos el agua alcanzó el metro y medio»

Un cerrajero que bajó a la calle a por material alertó de la crecida del agua. Eso le salvó la vida.

Tareas de limpieza en la pedanía valenciana de La Torre
Tareas de limpieza en la pedanía valenciana de La TorreLa Razón

Voro es una hombre de 81 años que vive solo en una vivienda en planta baja en la pedanía valenciana de La Torre. Desde que faltó su mujer, sus hijos están encima de él, le cuidan y vigilan de cerca para que no le falte de nada. La noche del martes, preocupados por las previsiones meteorológicas, sus hijos le llamaron varias veces. «A las ocho y media de la tarde hablé con mi padre y me dijo que estaba todo normal, que no había agua ni nada», comenta su hija Chelo. Veinte minutos después su casa tenía metro y medio de agua. La providencia quiso que un cerrajero que estaba haciendo una reparación en el segundo piso bajó a la furgoneta a por herramientas y vio llegar la avenida de agua. Avisó a la vecina de la casa donde estaba realizando la reparación y ésta se acordó inmediatamente de Voro. Eso le pudo salvar la vida. Cuando subió el agua, el cerrajero y el anciano ya estaban en el segundo piso viendo como la calle con sus coches desparecía bajo su ventana.

Allí pasaron al noche los tres, aunque sin pegar ojo. A la mañana siguiente, las agua ya había descendido y Voro pudo entrar a su casa por la terraza posterior donde una escalera le comunica con la casa de su vecina y salvadora. Todo estaba arrasado. El armario del dormitorio estaba encima de la cama, la estantería que antes llegaba al techo, volcada y la cocina deshecha.

Su yerno y sus dos nietos acudieron en cuanto pudieron a recogerle. Accedieron a La Torre andando entre un paisaje apocalíptico de coches amontonados.

Voro, a salvo en casa de su hija, sigue en shock mientras ella se afana en reunir las medicinas y algunos aparatos médicos que el hombre precisa y que se han perdido. Tan solo pudo coger las llaves de su casa y la tarjeta SIP. «Verte sin casa es muy duro, pero verte así con 81 años es mucho peor». Además, dos amigos suyos han fallecido y ayer se consiguieron recuperar ocho cuerpos sin vida de un garaje en la calle de atrás de su vivienda. Su yerno y su hijo volvieron ayer a la casa y recuperaron algo de ropa. Este fin de semana toda la familia arrimará el hombro para sacar el barro de casa de Voro. La vida sigue.