Sanidad

Cómo se combate el sobrpeso si los restaurantes informan de las calorías de sus menús

Se observan reducciones de 0,19 puntos en clientes con obesidad, según un estudio de la Universidad de Alicante, UA

David Jiménez, el autor del estudio sobre la información calórica de los menús de los restaurantes
David Jiménez, el autor del estudio sobre la información calórica de los menús de los restaurantesLa Razón

Conocer las calorías de los platos de las cartas de los restaurantes incide positivamente en la reducción del sobrepeso. Así lo evidencia un estudio realizado por el profesor David Jiménez, del Departamento de Fundamentos de Análisis Económicos (FAE) de la Universidad de Alicante, UA, en el que han colaborado distintas universidades norteamericanas. El informe confirma la utilidad de publicar el aporte calórico en los menús de las cadenas de restauración para combatir el sobrepeso.

La información de las calorías en los menús tiene efecto muy claro por el “coste moral” que supone la constatación de ingerir un alimento sabiendo que puede considerarse un exceso, lo que podría producir culpa, malestar o desasosiego, sentimientos que influyen en la decisión del cliente sobre la alimentación en relación a su nivel de peso. Peroen aquellas personas cuyo Índice de Masa Corporal, IMC, está por debajo de lo recomendado, se produce un doble efecto negativo: reducen su consumo calórico; y la información afecta a su sentimiento de “bienestar”.

Según los estudios realizados en base a datos de Estados Unidos, la reducción del es de 0,19 puntos en personas con sobrepeso. “No se trata de un gran descenso para aquellos con sobrepeso u obesidad, pero confirma que es una medida que tiene efectos positivos como política de salud contra la obesidad, y sobre la que se puede ir trabajando ante el fenómeno del sobrepeso en las sociedades occidentales. Sin duda, cuanta más información, mejor respuesta hay del consumidor, lo que se traduce en una reducción en el consumo calórico”, explica David Jiménez.

Nivel de bienestar

Pero el investigador también advierte de que hay un efecto negativo en aquellas personas con peso adecuado o, incluso, en aquellas ,cuyo IMC está por debajo del recomendado. El estudio detecta que en los casos de IMC inferior también hay una influencia en la reducción del consumo calórico por debajo de sus necesidades, además de influir en su sensación de “bienestar”.

El análisis del nivel de “bienestar” es fundamental en este trabajo, según su autor, dado que es una variable que también se ha medido en base a los datos de estudio y consumo. De hecho, se han comparado datos de territorios similares en algunos se daba el aporte calórico de los menús de los restaurantes y en otros, no.

El objetivo del análisis realizado era ver cuáles eran las diferencias en la respuesta del cliente que disponía de información calórica de su menú y de quienes carecían de esa información.

El artículo, publicado en la prestigiosa revista The Journal of the European Economic Association bajo el título ‘Publicación de las calorías en las cadenas de restauración, obesidad y bienestar del consumidor’, está firmado por los investigadores Charles Courtemanche (Universidad de Kentucky), David Frisvold (Universidad de Iowa), Marietou Ouayogode (Universidad de Wisconsin), Michael K. Price (Universidad de Alabama), y David Jiménez, de la UA.

En conclusión, este estudio constata la necesidad de mejorar la información del consumidor de determinados productos o servicios, dentro de las políticas activas de mejora de la salud pública, en concreto ante el fenómeno de crecimiento de los casos de obesidad en las sociedades modernas.

Pero, además, incide en la importancia de evaluar las medidas implementadas puesto que toda acción debe ser medida con el objetivo de aprender de las decisiones – en este caso normativas sobre la obligación de publicar el aporte calórico – para corregir o mejorar sus impactos en la sociedad. Se trata por lo tanto de aplicar medidas que se haya contrastado que mejoran los objetivos de salud pública, mientras que al mismo tiempo se minimizan los costes a los grupos de personas que menos se benefician de ellas.