KAFKA, EINSTEIN Y LOS PREJUICIOS CONTRA LOS JUDÍOS
Piensen en cualquier asunto relacionado con, por decirlo con el subtítulo de este libro, las «Contribuciones de los judíos al mundo moderno», echando un vistazo simplemente al índice. Y encontrarán todo: reflexiones terminológicas, asuntos de ciencia, literatura, filosofía, economía, internet, moda, deportes, cine, televisión y música, arte, periodismo, justicia, política... Este es el gran mérito de este trabajo formidable de Diego Moldes, que no es judío pero siempre se ha interesado por este mundo, colaborando con el Centro Sefarad-Israel y una revista judía de cultura, y dirigiendo la Fundación Hispanojudía y una asociación que lucha contra el antisemitismo. Y justamente da inicio a todo –con el pretexto de que Einstein conoció a Kafka en un café de Praga en 1911, coincidiendo así el científico más influyente moderno y uno de los autores clave del siglo XX– de manera muy interesante, desde el léxico que empleamos. El autor aclara que «semita» califica a los pueblos y lenguas semíticas, por lo que estarían dentro también árabes, hebreos, arameos, fenicios, acadios y otras lenguas, de modo que habría que hablar, más que de «antisemita», de «judeofobia» o incluso «antijudaísmo». Porque este es el objetivo del libro: luchar contra el prejuicio hacia el judío «en este incierto siglo XXI, producto de los nuevos-viejos totalitarismos, el neofascismo y el neonazismo, que, de nuevo, condenan al pueblo hebreo por ser simplemente un pueblo inteligente, esforzado y trabajador».
Apoyándose al comienzo en un iluminador ensayo de Sartre de 1946, Moldes aborda las falacias que han sufrido los judíos en campos o actitudes en las que se han generalizado una serie de ataques repetitivos que no han recibido otras religiones y que forman parte del imaginario colectivo. Algo parecido, dice, a lo que ocurre con respecto a la islamofobia, el «odio al moro», en España.
Y siempre el mismo pez comiéndose la cola: «Al antisemita no sólo le importa un bledo que un hombre o una mujer judíos sean inteligentes y trabajadores, antes bien, lo convierte en una característica más para sus intereses antisemitas», lo cual genera acusaciones de usura o egoísmo, que según el autor son ascendentes en todo el mundo. El libro así desenmascara tópicos y, sobre todo, pretende glosar los logros de multitud de personas judías o de tal ascendencia, haciendo que recordemos el libro «Los judíos vieneses de la Belle Époque» (2016), época en la que, según su autor Jacques Le Rider, el antisemitismo «se erige en un verdadero código cultural».
Toni Montesinos