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Antonio Fernández Montoya “Farru”: “Aunque hubiese nacido en Moscú sé que bailaría”

Comienza una gira y por cuarto año lleva su espectáculo de Navidad en familia, «Farrucos y Fernández», por distintas ciudades de España
Ruben mondeloLa Razón

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HHablar de «Farruco» es hacerlo de baile, de estirpe flamenca. Antonio Fernández Montoya, «Farru», nieto del gran «Farruco», pertenece a la generación más joven. Por cuarto año consecutivo inicia gira con su espectáculo «Farrucos y Fernández», una zambomba navideña y flamenca en la que embarcó a casi toda la familia.
«Farru» lleva desde los dos años subido en el escenario, ha actuado con artistas como Paco de Lucía, Tomatito, Beyoncé, Björk o Marc Anthony. También ha hecho cine y como modelo fue fotografiado por Avedon y elegido por revistas como «Vogue» o «Woman». Esta gira «Farrucos y Fernández» le va a llevar por Tenerife, Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Granada o Jerez, entre otras.
–¿Hay cosas que se llevan en la sangre?
–Más que genético es la transmisión familiar, si hubiese nacido en Moscú igual bailaba otra cosa, pero bailaría seguro. Hay cosas que se heredan casi sin querer, te levantas, escuchas, ves y vas absorbiendo, aunque sea inconscientemente.
–Ha tenido buena escuela
–De las mejores. No presumo de nada, pero de eso sí.
–Sin embargo, buscó su propio territorio.
–Sí, soy un corazón inquieto que nunca me he conformado con el diamante recibido, sino que he querido pulirlo a mi manera, siempre he tenido inquietudes y he buscado mi historia.
–Y bebe de otras fuentes, no solo del flamenco.
–Me encantan otros tipos de música y baile, soy muy aficionado al ballet, Barýshnikov, Nureyev, Boca, igual que Gene Kelly o Michael Jackson . No estudié danza clásica, pero me interesa y he cogido cosas de ella.
–Este espectáculo nació casi de casualidad, ¿no?
–Sí, en Sevilla, me ofrecieron un teatro para hacer algo que me apeteciera y pensé en la familia, pero no sólo con los profesionales, también con los que son flamencos de corazón, pero no de profesión. No convencí a todos, pero somos veintiuno en el escenario.
–Y salió una zambomba flamenca.
–Como era Navidad quise dar un argumento más allá de lo religioso. Hay una historia y villancicos, la mayoría compuestos por mí y algunos tradicionales. Una Navidad gitana por bulerías.
–Dice que este espectáculo tiene magia, ¿por qué?
–Mucha, porque es de verdad, ha nacido muy de corazón y esa es su esencia.
–Y mensaje.
–Para nosotros es muy importante transmitir valores, un mensaje de amor, de hermanamiento, de cariño y unión, de perdón y que resulte didáctico para los niños, que valoren la familia y todo esto se les quede en la retina.
–Baila, canta, toca, dirige, compone, coreografía… ¿con qué se queda?
–Yo soy bailaor, pero me considero gran aficionado al flamenco, me gusta estudiarlo y practicarlo. Siempre digo que soy un guitarrista frustrado porque la guitarra me gusta mucho y el cante me viene de mi padre.
–Su faceta compositora es menos conocida
–Lo hago hace tiempo, pero la sombra, me permite expresar cosas que con el baile no puedo y me aporta mucho personalmente, los artistas vivimos en un mundo ficticio muchas veces separado de la realidad, pasamos mucho tiempo solos, fuera de casa, en aviones y escribir te hace decirte cosas a ti mismo, reflexionar y eso es muy importante.
–¿Cómo es un cumpleaños con Madonna?
–Fue en Niza y ella quería flamenco. Camuflada me había visto actuar en Madrid y en su cumpleaños pidió que fuera yo. Era un secreto y cuando me lo dijeron no me lo podía creer. En un momento sonó Michael Jackson y me sacó a bailar. Estuvo humilde, no como diva, nos traía de comer.
–Y lo de modelo fotográfico.
–Los artistas somos un poco camaleónicos, lo he hecho y sigo esporádicamente. Esto y el cine son una asignatura pendiente, dos cosas que me interesan mucho y me gustaría retomar, sobre todo el cine, pero compaginarlo con las giras es difícil.
–¿Qué es el flamenco para usted?
–Una manera de ser, más allá de la música o del baile, ser flamenco es una condición.
–¿Se puede concebir sin pasión?
–Yo no, no podría porque uno y otro van de la mano. El flamenco es una cultura, una manera de ser y sentir y la pasión y la magia tienen que estar presentes.
–¿De dónde surge la magia?
–De la verdad. Cuando se expresa algo con mucha verdad y bondad, con humildad, surge la magia, la improvisación, el duende. Si haces un gesto y dos mil personas dicen ¡ole! a la vez, si eso no es mágico, que venga Dios y lo vea.

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