Sección patrocinada por sección patrocinada

Fotografía

Peter Beard, el fotógrafo que dormía en el suelo

Andoni Canela, uno de los grandes profesionales de naturaleza salvaje, no esconde que las imágenes del artista, a quien encontraron el domingo sin vida cerca de su residencia en Long Island, marcaron su manera de trabajar

Peter Beard era un amante de la fauna africana, que retrató a lo largo de su vida
Peter Beard era un amante de la fauna africana, que retrató a lo largo de su vidaPeter Beard

Echa la vista atrás y recuerda Andoni Canela (Tudela, 1969) cómo fue ese flechazo, esa fascinación de la que habla y que sintió por la obra de Peter Beard: “La primera vez que fui África tendría veintipocos años. Eran aquellos años en que pasabas un par de meses con 100.000 pesetas, vivías en una tienda de campaña y comías por un dólar. Me había comprado un par de libros suyos, de los clásicos suyos, y me quedé cautivado. Me impresionó.

Después vino a Madrid, donde montó una exposición en el Museo de Ciencias Naturales. A finales de los 90 casi nadie le conocía en España. Fui a verla expresamente, pero no le pude conocer porque ya se había marchado. Durante el tiempo que duró el montaje durmió en la sala, in situ. No es extraño, sino propio de alguien que necesita sentir la tierra, el contacto con el suelo por haber dormido al raso durante meses. Quizá eso le otorgaba también un componente místico que le hacía aún más interesante”. El fotógrafo habla de un tirón. Teje con palabras cómo fueron aquellos años y da la sensación, sin exagerar, de que durante un tiempo está volviendo a África.

Pero, ¿qué le atrapó realmente de él? “Varias cosas. Por ejemplo, la manera tan seria con la que afrontaba sus proyectos, algo que se ve claramente en los trabajos de fauna, con los elefantes y los cocodrilos. Y luego estaba esa otra parte fascinante, de personaje público que se relacionaba con la jet set de Nueva York, sin olvidar la amistad que mantuvo con Karen Blixen, a la que retrató y dibujó en numerosas ocasiones. Su familia tenía fondos y podía vivir la aventura que quisiera sin preocuparse por la economía. Además, empezó a publicar en revistas importantes cuando el trabajo estaba muy bien pagado”, asegura.

Un personaje tan fascinante como singular, extravagante, natural al mismo tiempo, capaz de compartir el fuego y la tierra durante el tiempo que pasó en África: “En él se daban cita aspectos tan diferentes como la moda y la vida salvaje y pasaba de una a otro. Durante el tiempo en África vivía allí, con la gente local y colaboraba con los investigadores, algo que personalmente me llama la atención, pues poseía un bagaje que hoy sería casi impensable”. Una manera de trabajar en la que primaba, el ojo, el instinto: “Rastreaba la pieza, la buscaba y la seguía con el conocimiento y la experiencia del naturalista, algo bastante más complicado que poseer una buena técnica. Hoy se valora la espectacularidad de una imagen, mientras que sus fotografías eran simples, puras y naturales”, comenta.

Un hoja del diario de Peter Beard con imágenes del fotógrafo y Naty Abascal
Un hoja del diario de Peter Beard con imágenes del fotógrafo y Naty Abascallarazon

Y habla largamente de sus cuadernos, de ese universo tan particular, creado de manera artesanal, a retazos, con recortes, con letras, escrito, dibujado: “Me fascina ese sello suyo, esa marca artística le hacían único, su manera de dibujar sobre sus fotografías, de pintar sobre ellas. En algunos de mis trabajos también está presente el dibujo sobre la imagen. Y después, esa personalidad que lo convertía en un tipo excéntrico, divertido y profundamente trabajador”, dice Canela, a quien también han servido como inspiración: “Sus libros se convierten en documentos llenos de arte”, añade.

Los tiempos que Beard vivió, sobre todo a mediados de los años cincuenta del pasado siglo, son hoy irrepetibles: “Entonces, cuando él pasaba años en África no había redes, ni internet. No se parece siquiera el continente de hace 20 años a lo que es ahora. Había lugares a los que llegabas por primera vez y pisabas donde nadie antes lo había hecho. Lo que hizo él hoy ya no puede volver”, reflexiona.

Le pedimos que elija una imagen, una fotografía de entre los cientos, los miles de disparos de ese gran profesional que ha sido Beard: “En mi memoria guardo imágenes sencillas, de un antílope, un impala, que poseen ese momento único, la que él está escribiendo dentro de un cocodrilo. O aquellas de las tribus, que son espectaculares”.