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¿Cómo ha tratado la literatura los atentados del 11-S?

Desde que en 2001 cambió la historia de la humanidad, numerosos autores han reflejado en sus obras lo acontecido, sea a través de la novela, el reportaje o, incluso, el humor
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¿A partir de cuándo es menos “atrevido” escribir sobre una desgracia? ¿Qué tiempo de luto deben respetar los escritores antes de reflejar un duelo con su literatura? Escribir sobre el dolor de toda una sociedad, ¿es audacia o talento? Cuando en 2006 Jay McInerney publicó “The good life”, recibió toda una ola de críticas liderada por el también novelista y periodista Norman Mailer, quien le reprochaba no haber esperado diez años antes de escribir sobre los atentados del 11-S. Mailer defendió que toda tragedia real necesita, mínimo, de toda una década de madurez antes de tratarla en el mundo de la ficción. Sin embargo, a McInerney le pasó como a John Updike: prefirieron reflexionar a través de la pluma en lugar de en silencio.
En el caso de Updike, asumió el reto incluso antes que su compañero, pues publicó el relato “Varieties of religious experience” en 2002, así como “Terrorista”, en 2006. Este último libro narra la historia de Ahmad, un estudiante que decide consagrarse a la yihad con 11 años. Y las críticas llovieron: rechazaban que se pusiera demasiado en la piel de los islamistas, ya que el autor expresaba todo lo que al protagonista le pasaba por la cabeza antes de matar o cometer una atrocidad.
Hoy se cumplen 19 años desde que tuvo lugar el 11-S, un acontecimiento que cambió la historia de la humanidad. Cuatro atentados terroristas suicidas se produjeron en Nueva York provocando 2.996 muertos: en las Torres Gemelas del World Trade Center y en el edificio del Pentágono. Este episodio precedió a la guerra de Afganistán y a la adopción por parte del Gobierno de EE UU la denominada “guerra contra el terrorismo”. Casi dos décadas después, este día se sigue recordando con dolor y respeto, así como la literatura cada vez puede narrar lo acontecido con mayor distancia. ¿Cómo han tratado los libros el 11-S hasta ahora?

Entre la novela, el reportaje y... El humor

Una novela que sobrecoge e hipnotiza en este ámbito es la de “El hombre del salto”, de Don DeLillo. Publicada en 2007, el autor narra la historia de Keith Neudecker quien, cubierto de cenizas y cristales rotos, deambula por las calles de Manhattan hasta llegar a la casa de su mujer y su hijo. Un arranque que el autor enmarca el mismo 11 de septiembre de 2001: “Ya no hay un antes, tan solo queda un después, ¿pero cómo imaginarlo siquiera?”, plantea. La crítica ha llegado a calificarla como “obra maestra”, valorando la capacidad que tiene la escritura para ayudarnos a comprender nuestra realidad.
Asimismo, destaca la obra de Philip Roth: publicó en 2007 “Sale el espectro”, una novela donde el protagonista, álter ego del autor, aquejado de cáncer de próstata, abandona su retiro para regresar a Nueva York, justo después del 11-S. Parecido ambiente propone Jonathan Franzen en “Libertad" (2010): los protagonistas, una familia de clase media, reflejan sus peripecias en un escenario que retrata las consecuencias del atentado a las Torres Gemelas, omnipresente en cada detalle.
En un estilo más afín al reportaje, Lawrence Wright, periodista de “The New Yorker”, publicó en 2006 “La torre elevada”. A través de cerca de 500 entrevistas que realizó durante 5 años, el autor ofrece una lección de periodismo. Tal fue así que le valió el Premio Pulitzer al esclarecer la historia del auge de Al Qaeda y sus líderes, del fundamentalismo y los fallos de los servicios de inteligencia que culminaron en el atentado que hoy cumple aniversario.
En cuanto a esclarecer lo que ocurrió, toda información es bienvenida. Al menos eso pensarían Sid Jacobson (guionista) y Ernie Colón (dibujante) cuando en 2007 publicaron “El informe 11 S”. La obra transforma el informe oficial de la comisión del 11-S en una novela gráfica que permite digerir y entender la investigación de los atentados.
También fue premiada “Netherland”, de Joseph O’NEill: la novela fue elegida como una de las 10 mejores del año por “The New York Times” en 2008 y obtuvo un gran reconocimiento de público y crítica. En el escenario del 11-S, el autor narra la historia de un holandés dedicado a las finanzas que decide quedarse en Nueva York, aunque su familia marcha tras los atentados.
Pero el 11-S no solo ha sido narrado en clave de novela o de reportaje, sino que también ha sido material para las fantasmagóricas páginas de Stephen King o, incluso, para el humor. En el caso del autor de “El resplandor”, se trata de la obra “Las cosas que dejaron atrás”, publicada en 2008: se centra en el sentimiento de culpa de un funcionario de una de las Torres Gemelas, que por capricho propio no fue ese día a trabajar y, por tanto, se salvó de una muerte segura. Asimismo, del mismo escritor, destaca “La torre oscura VI: Canción de Susannah” (2004), donde los personajes juegan con una máquina en el World Trade Center y se preguntan qué sucedería si las torres sufrieran un colapso.
Y, por último, ¿humor? Sí, humor. Ken Kalfus dio de qué hablar con “Un trastorno propio de este país” (2006). Narra la historia de Marshall y Joyce, enzarzados en un amargo proceso de divorcio y que, por los pelos, se escapan de la muerte el 11 de septiembre. A través del humor negro, relata cómo Marshall esquivó una de las torres mientras caía y Joyce pierde uno de los vuelos secuestrados por unos minutos.