“El cazador celeste”: ¿Cómo se comunica el ser humano con la divinidad?
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Créase o no, lo divino existe. Como concepto, al menos, pues la divinidad, la idea de divinidad, está tan arraigada en la cultura y en la historia de la civilización que no puede pensarse en la humanidad sin hacerlo en la presencia de lo divino o lo que es lo mismo quizá: sin la presencia de lo invisible, eso que está ahí como ausente, el lugar donde habita el pasado, todo el pasado, hecho de mitos y de ritos antes de que éstos dieran paso a la Historia.
Octavo libro del editor y escritor italiano Roberto Calasso, «El cazador celeste» intenta llegar, a través de los mitos que alimentaron la imaginación humana, a ese pasado remoto que existe antes de que existiera el tiempo, un territorio mágico pero secretamente vinculado con lo divino, con lo sagrado. Una visión del mundo que llegó a trascender el propio mundo de la Prehistoria y encontró su espejo en las constelaciones ceslestes, en lo cósmico, una región situada entre Sirio y Orión y donde se encuentra «El cazador celeste» que da título a este libro.
Tiempo de caza
Dividido en catorce capítulos, comienza donde empieza, en la historia de la humanidad, el tiempo de la caza, un momento que enseguida pasó a formar parte del territorio mítico y quedó eternizado como un tiempo sagrado, inaccesible pero siempre perdurable en lo invisible. Mitos y leyendas que permitieron que el ser humano se separase de la naturaleza a cambio de ofrecer máscaras y disfraces para ocultar lo que no puede revelarse, lo que es invisible.
Mitos y leyendas como la de Artemisa, o Diana, la diosa de la caza, con los que se abre la obra, son los que conforman la textura de este libro que se hunde en las profundidades de lo humano y que se despliega hacia múltiples lecturas y hacia otros textos pretéritos que rondan, especialmente, las antiguas culturas griega y védica. Un viaje de ensueño hacia la noche de los tiempos pero en un presente continuo, que permanece y retorna, aparentemente, de manera eterna.
Entre el ensayo y la narración, a mitad de camino entre el fragmento y lo discontinuo, Roberto Calasso transita por la poesía, por el mito, por la leyenda, por la historia, con textos que atrapan al lector porque le cuentan la propia historia de su humanidad. Pero lo hace, no obstante, acercándolo al misterio de todas las cosas, ese territorio invisible que habita en ninguna parte y está en todas y que es el lugar adonde van a parar, como dice el autor, «los dioses, los muertos, los antepasados, todo el pasado».
▲ Lo mejor
Que Calasso muestra cómo todas las historias son un material exquisito para hacer literatura
▼ Lo peor
Nada, el libro está lleno de cultura, de erudición, está muy bien editado y es cercano al lector
Diego Gándara