En julio de 2015 tuvo lugar en Madrid uno de los más mediáticos y controvertidos robos de arte contemporáneo sucedidos en España. Cinco cuadros de Francis Bacon eran sustraídos del domicilio de José Capelo, un empresario que había sido pareja del pintor británico al final de su vida. Capelo vivía en el cuarto piso de un edificio situado en la plaza madrileña de la Encarnación y era allí donde guardaba celosamente lo que había sido un regalo de uno de los artistas más celebrados y cotizados del siglo XX.

No fue hasta dos años más tarde que la Policía pudo recuperar tres de las pinturas, retratos de Capelo por Bacon. En la misma operación se detuvo a los cabecillas de aquel robo, pero no aparecieron todas las piezas. Dos de ellas permanecen en paradero desconocido, pero es probable que pronto puedan ver la luz.

Arthur Brand, un investigador neerlandés dedicado a la localización de obras de arte desparecidas y con varios éxitos en este tema a sus espaldas, ha divulgado en su perfil de Twitter una serie de fotografías y un vídeo en los que aparecen los dos retratos robados de Bacon. Que no se trata de copias o falsificaciones lo avala que las piezas conservan anotaciones y etiquetas originales de los marcos, así como lo que parece ser una dedicatoria manuscrita del pintor a Capelo. Brand, en conversación con este diario, explicó que las imágenes fueron obtenidas por un coleccionista extranjero al que le fueron ofrecidas ambas pinturas por cuatro millones de euros.

Alguien llamado Jason es quien está tratando de cerrar en la actualidad la operación de venta de las obras de arte. Se sabe que el pasado mes de mayo quiso reunirse con un comprador en una cafetería madrileña, hecho que vendría a confirmar la sospecha policial de que los cuadros nunca salieron de la ciudad. Brand también apunta que es probable que las piezas se encuentren a día de hoy en la capital de España.

Lo que resultará es muy difícil venderlas al tratarse de pinturas fichadas por la Policía y también buscadas por Interpol. Muy probablemente ese es el motivo por el que se ofrecen a un precio inferior al que tendrían en el mercado internacional. A este respecto, el galerista Guillermo de Osma apunta, en conversación con LA RAZÓN, que “dos cuadros como estos, de 35,5 por 30, 5 centímetros tienen un valor real de entre ocho y diez millones de euros. Los dos cuadros es muy complicado poder venderlos ilegalmente porque no tienen permisos y están debidamente fichados por la Policía que es a quien llamaría si me los ofrecieran”.

Brand ha puesto este material gráfico en manos policiales. A este respecto, la Brigada del Patrimonio está trabajando con estas imágenes desde hace semanas, además de saber de los varios intentos para vender estos cuadros. Sin embargo, tal y como han asegurado fuentes de la brigada a este diario, no se tiene la total certeza de que sean los originales. Tampoco parece que se haya informado a José Capelo sobre las últimas novedades de un caso que permanece abierto.

El investigador cree que la publicación de las fotografías y el vídeo podrían ayudar a identificar el apartamento en el que se guardan los retratos de Capelo por Bacon. Tal vez de esta manera se pueda concluir un caso que ha ocupado numerosas páginas en los medios y que, involuntariamente, arrojó nueva luz sobre la etapa final de la vida del gran artista inglés.