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Pedro Simón gana el Premio Primavera de Novela

El escritor Dimas Prychyslyy obtiene el Premio 25 Primaveras con “No hay gacelas en Finlandia”

Pedro Simón (i), Premio Primavera de Novela 2021 por "Los ingratos", y Dimas Prychyslyy (d), Premio 25 Primaveras de Novela por "No hay Gacelas en Finlandia", durante la presentación de las obras ganadoras de ambos galardones literarios que ha tenido lugar este viernes en Madrid. EFE/Chema Moya
Pedro Simón (i), Premio Primavera de Novela 2021 por "Los ingratos", y Dimas Prychyslyy (d), Premio 25 Primaveras de Novela por "No hay Gacelas en Finlandia", durante la presentación de las obras ganadoras de ambos galardones literarios que ha tenido lugar este viernes en Madrid. EFE/Chema MoyaChema MoyaEFE

Los escritores Pedro Simón, con “Los ingratos”, y Dimas Prychyslyy, con “No hay gacelas en Finlandia”, han ganado respectivamente el Premio Primavera de Novela y el Premio 25 Primaveras que han convocado la editorial Espasa y Ámbito Cultural/El Corte Inglés y que están dotado respectivamente con 100.000 euros y 20.000 euros. El galardón, que fue creado en 1996, cumple este año su XXV aniversario y con ese motivo se ha querido también apostar por las nuevas voces literarias, aquellas que marcarán el futuro de nuestras letras. Por este motivo se ha creado, con carácter excepcional y sólo para esta convocatoria, el premio 25 Primaveras, al que se han presentado novelas únicamente de autores con menos de treinta años y cuyo lanzamiento se hará al mismo tiempo que el Premio Primavera de Novela.

“Los ingratos” está ambientada en 1975, cuando, en uno de esos pueblos de España que no tardarán demasiado en vaciarse, llega la nueva maestra con sus hijos, dos chicas y un niño, a través de cuya mirada se nos cuenta esta historia. El escritor y periodista Pedro Simón aseguró que “escribir es recuperar cosas del trastero. Escribir tiene que ver con esto, abrir cajas, mover cosas tuyas que han muerto y no dejar que mueran. Volver a las relaciones con la gente que estuvimos”. Su novela es una vuelta “a esa España del Simca, cuando se fumaba, se conducía sin cinturón de seguridad y se iba de un sitio para otro, sobre todo a las ciudades. Es la España del Un dos, tres. En esos años hubo una generación de personas que nos educamos en el por favor, el perdón y el gracias. La primera la decíamos por un concepto utilitarista; perdón por la educación católica, para aliviarte a ti mismo y que no vinieran los monstruos y los fantasmas por la noche; pero gracias lo decimos, poco, y, sobre todo a esa gente que ha hecho posible que estemos aquí. A ese matrimonio de agricultores que trabajaban de sol a sol. Hay un momento en el libro que se habla de la señora Trini. Su hijo vuelve 20 años después y lo hace hecho un San Luis: engominado, con zapatos limpios... pero llega tarde al entierro de su madre. Así es como creo que nos hemos comportado. Es una imagen que retrata perfectamente nuestra ingratitud con las generaciones anteriores”.

Pedro Simón, autor también de “Peligro de derrumbe”, recordó precisamente ayer que su madre era “maestra rural”: “Fue una época en que llegabas a sitios donde no podías hacer demasiados amigos. Eran lugares en los que salías de casa a las cinco de la tarde y regresabas a la diez de la noche y los límites era una carretera o un linde. Era un mundo más fácil que el que viven los jóvenes de ahora. Las trampas hoy son más peligrosas que antes. Son más complejas las relaciones con los otros, con la autoestima, con las pantallas. Los que nacimos entonces tuvimos más suerte que los chavales que viven en esta sociedad. La tecnología supone un gran avance en unos aspectos, pero una gran putada en otros”.

La soledad del escritor

Dimas Prychyslyy reconoció que su original título partió de “una discusión con mi pareja. Me lo dio ella”. Para el autor “es una metáfora que pretende simbolizar la libertad”. Su novela parte de un protagonista, Mario, dependiente de una librería, que ha sido despedido. Así que dedica las ocho horas de su jornada no laboral viajando en el metro. En uno de esos traslados encuentra en el suelo de un vagón un papel con algo escrito: la lista de la última compra que uno hace en la vida. A partir de ahí, la novela, con una original estructura, entrelaza diversas historias de personajes, generalmente procedente de los márgenes de la sociedad, y se unen existencias, en principio, sin relación alguna. Estas páginas en realidad abordan a esa generación de “jóvenes que se comunican a través de las pantallas y de gente mayor que combate la soledad también con pantallas”.

Para Dimas Prychyslyy, “La forma de relacionarnos ha cambiado y durante la pandemia aún más. Eso tan cliché de que las redes alejan a los que están cerca y acercan a los lejanos es verdad. Y sin son extraños, caracteres introvertidos, opacos, como los de mi novela, eso se complica. Mi libro es un retrato de una sociedad que está hiperconectada y, a la vez, sumida en la soledad”. El autor se ha fijado en esos seres orillados, sobre los que pocos posan la mirada o que son intencionadamente marginados debido a los prejuicios de la sociedad. Son las mujeres que viven en la calle, los ancianos que no se atreven a salir de su casa o las personas censuradas por su identidad social. “De la última literatura, lo que me interesa mucho es su intención de contar la historia de hoy pero desde el lado más silenciado”.

Para Dimas, que asegura que “el escritor es un tipo de lector que ha tocado techo a través de las lecturas que le nutren, de ese canon que lo va formando”, todavía no se ha profesionalizado lo suficiente la literatura y argumenta que “si te quieres dedicar a esto, tienes que reclamar tiempo y enfrentarte a las críticas, siempre tan condescendientes, la voz de esos que recomiendan que te busques trabajo. Incluso hoy no se considera una profesión, sino hobby. Eso no ocurre en otras profesiones. Esto solo ocurre en la literatura, que es un trabajo solitario, invisible. Hay que hablar de la soledad del escritor, de ese duro insistir en su trabajo, porque en la escritura tú eres tu propio enemigo y debes desafiarte a diario en ella”.

El jurado del Premio Primavera ha estado presidido por Carme Riera y compuesto por Antonio Soler, Gervasio Posadas, Fernando Rodríguez Lafuente y Ana Rosa Semprún (secretaria con voto). Mientras que El jurado del Premio 25 Primaveras ha estado integrado por Alba Carballal, Javier Aznar, Andrea Abreu, Jerónimo Carmona y Luisa Paunero (secretaria con voto).