#SnyderCut: así es el nuevo montaje de “La Liga de la Justicia de Zack Snyder”
Después de levantar una de las campañas de fans más importantes de la historia reciente del cine, HBO estrena el nuevo montaje de la película de 2017 con más Cyborg, más Flash y, sobre todo, más cámara lenta
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Corre la primavera de 2017. El mundo no sabe qué son los coronavirus y, ni mucho menos, está pensando en una pandemia global que lo pare en seco. Zack Snyder, director de “300″, “Watchmen” y, más recientemente, “El hombre de acero” y “Batman vs Superman”, se encuentra finalizando el rodaje del que será último cimiento del proyecto cinematográfico de DC para competir con el Universo Marvel. Después de la muerte del superhéroe de Krypton, su “Liga de la Justicia” debía devolverlo de algún modo a la vida y erigir a los personajes sobre los que guiar el futuro económico de Warner Bros durante, al menos, la próxima década. Con James Wan a cargo de “Aquaman” y Patty Jenkins haciendo lo propio con “Wonder Woman”, parece que el proyecto, de corte más dramático que las historias del Capitán América y Iron Man, podría por fin ponerse en pie.
Antes de que terminara el rodaje, Snyder ya había manifestado ciertas quejas respecto al tono de la película, explicando públicamente que él deseaba “un filme más oscuro” que el que le proponían los ejecutivos. En marzo de 2017, la tragedia truncó cualquier plan del realizador cuando su hija Autumn (para la que está dedicado el nuevo montaje de la película) se suicidaba tras varios años de batalla por su salud mental. El rodaje se paró durante dos semanas y Snyder, que solo volvió para despedirse del equipo, anunció un alto en su carrera para poder lidiar con las consecuencias de tan tristes hechos.
Un metraje marcado por la tragedia
Con Snyder fuera del proyecto, aunque hubiera rodado casi en su totalidad ya la película, Warner decidió contratar a Joss Whedon como nuevo capitán del barco. Pese a que Whedon no había contentado a todo el mundo con su desempeño en “Vengadores: la era de Ultron”, la multinacional confió en su saber hacer para remontar la película y poder ofrecer un filme a la altura de las expectativas de unos fans que se volvían locos con cualquier nueva información. Con más de 25 millones de dólares nuevos en el bolsillo, Whedon decidió volver a escribir el guion de “La liga de la Justicia” y, como era de esperar, hacerla más accesible a los ojos de la compañía matriz. Después de rodar casi la mitad de las escenas de nuevo, Whedon se dio por satisfecho y estrenó la película en noviembre de 2017.
Pese a la gran expectación que había generado el proyecto, y a la salida de un Snyder que a estas alturas ya tiene más detractores que fans en el Planeta Cine, la película “apenas” superó la barrera de los 600 millones de dólares de recaudación en todo el mundo. Suponiendo ingresos menores que todas sus predecesoras y significando casi la mitad de lo que solían hacer las películas-evento de Marvel en consonancia con Disney. Si bien la apuesta no había salido del todo mal teniendo las consecuencias, rumores no confirmados sitúan el secretísimo presupuesto de la película en 600 millones, convirtiendo el filme casi en un saco roto para la franquicia de superhéroes. El descalabro fue tal que Warner decidió parar los proyectos conjuntos de la Liga de la Justicia en la gran pantalla y así la acción de las futuras películas discurriría de manera paralela o en el pasado, como “Wonder Woman 1984″.
La petición de los aficionados
Después de más de 200.000 firmas y una cantidad recaudada superior a los 30.000 dólares, aficionados de todo el mundo empezaron a reclamar el conocido como #SnyderCut: esto es, la versión que Zack Snyder tenía lista antes de apartarse de la producción. Pese a la negativa inicial y a luego jugar con las esperanzas de los fans insinuando que se podría ver en el lanzamiento doméstico del filme, Warner acabó accediendo a las presiones y financiando un nuevo proyecto, todo de la mano de un Snyder ya recuperado y listo para volver a ponerse detrás de las cámaras.
Después de la luz verde del estudio y antes de que los fans de DC puedan disfrutar de la película en su totalidad el próximo 18 de marzo en HBO (HBOMax fuera de España), surgieron varias dudas al respecto de lo que Snyder siempre había reivindicado: si lo que veremos tiene nuevas escenas, no es posible que se trate del montaje de Snyder, sino de una versión bien trabajada, siendo bien pensados, de lo que tenía en mente desde un principio y no una corrección a posteriori siendo consciente de los fallos de Whedon. Sea como sea, el #SnyderCut ya está aquí.
La nueva versión de la película
Con sus cuatro horas de duración (divididas en siete partes y un largo epílogo), una fotografía retocada a más no poder desde lo digital y unos colores apagados que se vuelven brillantes solo cuando cabe esperanza desde el guion, la nueva película de Zack Snyder, en lo formal, es un ejercicio reivindicativo y casi onanista de la versión de Whedon. No se trata tanto de zurcir de nuevo los agujeros de aquella película, que tampoco se dejaba ver con la facilidad que se le exige a un “taquillazo” en lo visual, sino que Snyder levanta una pirámide de su propia filmografía. Es extraño, sobre todo teniendo en cuenta los adelantos que nos habían dejado ver con unos efectos poco trabajados, pero el CGI en el nuevo montaje funciona a las mil maravillas y los malos, muy malos, de verdad parecen tener una personalidad propia y no obedecer a los explotados designios de un programador hastiado, como en la anterior versión.
El despliegue de los 4:3 en la relación de aspecto es, a todas luces, un “ataque de director” y la intensidad que quizá buscaba se convierte en fallida, recargando todas las tomas hacia la derecha como si estuviéramos viendo, de hecho, una tesis sobre cómo no componer la imagen, en lugar de todo lo contrario. Los mundos submarinos pierden cualquier profundidad gracias al extraño cuadro y las batallas, pese a estar limitadas en número, se dejan por el camino cualquier atisbo de espectacularidad en favor de un fondo borroso y ese “marrón” tan indigno que llena las mejores superproducciones cuando de iluminar varias capas se trata. Snyder, sabiéndose demandado, se llena de sí mismo y, para bien o para mal, entrega su película más “snyderiana” hasta la fecha.
Hasta ahí lo negativo, que bien podemos acotar exclusivamente a lo visual y tiene la importancia que cada quien le quiera dar (sobre todo teniendo en cuenta que el nuevo invento verá la luz en HBO y muchos usuarios la disfrutarán desde dispositivos no idóneos). Para alegría de los aficionados, eso sí, el #SnyderCut es una película incontestablemente superior a su primer corte estrenado en salas. El guion, ahora sí, tiene sentido y las explicaciones, pese a sucederse en una suerte de videoclip de cada uno de los miembros de la Liga de la Justicia, son suficientes y meridianas. Por momentos, uno tiene la sensación de encontrarse en un videojuego, donde la narrativa exhorta al espectador a ir aprendiendo por uso y costumbre, no por explicación directa, relegando el subtexto a quien quiera enfrentarse a la historia por una segunda o una tercera vez.
Todas las tramas, ahora sí, tienen sentido y la carga de acción sobre “Wonder Woman”, como fórmula prestada (por no decir, robada) de los trabajos de Patty Jenkins con el personaje es espectacular. Cuando uno cuenta con Gal Gadot y Jason Momoa en el reparto, y directores mejores que uno han sabido exponer la psique del personaje en otros proyectos, hay que saber tener la humildad de Snyder para reconocerlo de manera implícita y limitar sus papeles a los del mamporro limpio. Sin spoilers, es de rigor mencionar también que el nuevo montaje de “La liga de la Justicia” es la película de Cyborg que tanto se nos había prometido, dotando de un carácter y una personalidad propias al personaje de Victor Stone (Ray Fisher). Y si él es el protagonista absoluto del nuevo metraje, detrás no se queda Flash (Ezra Miller), que funciona a las mil maravillas como alivio cómico y acaba por ponernos los dientes largos respecto a su próxima película en solitario, para la que ya sabemos que contará con Maribel Verdú entre el reparto.
Al final, y como en casi todos los proyectos megalómanos de esta envergadura “La Liga de la Justicia de Zack Snyder” no es ni el café para muy cafeteros que cree su realizador ni el resultado de la presión de los aficionados sobre los grandes estudios, porque a nadie se le debe escapar que los 34 millones que ha costado la nueva inversión tienen el mismo destinatario que los 600 anteriores. La nueva versión de la película es mucho más entretenida que su predecesora, pese a lo extremo de su metraje, y da pie a que, si se quiere, la franquicia se pueda reflotar. La sensación final, pese a ser positiva, no se puede resumir más que como un caro capricho y en una mejoría, considerable eso sí, de la película final, Darkseid incluido. ¿Ha merecido la pena todo al viaje hasta aquí? Eso dependerá si usted es uno de los 200.000 que firmó la petición a Warner o de los que la verá hundida en el catálogo de la plataforma en ese “doomscrolling” del que todos somos presas. De la nula química entre Ben Affleck y Jared Leto cuando comparten una breve escena ya es mejor hablar cuando la hayan visto.