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Antonio Elorza: «Podemos no nació del 15-M, sino de grupos favorables a ETA»

El historiador y ensayista hace balance en el décimo aniversario de la revolución de los indignados
Alberto R. RoldánLa Razón

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Mayo 2011. Al calor de una gran crisis económica, el malestar social eclosiona. El movimiento de los indignados, «archaeopteryx» desesperanzado, se extiende por todo el país, contando con las simpatías de un considerable porcentaje de la población que comulga con sus protestas y exigencias. Tres años después, surge la formación política Podemos, remanente formalizado de aquel 15-M que cumple 10 años. Hablamos con Antonio Elorza, notable historiador, ensayista y columnista, autor de libros como «La formación del PSOE» (Crítica), «Tras las huellas de Sabino Arana» (Temas de hoy) o el reciente «Ilustración y liberalismo en España» (Tecnos). Catedrático de Ciencias Políticas en la UCM, militante del PC de Euskadi, fundador de Izquierda Unida y, años más tarde, testigo de la génesis del partido morado. «Podemos es, en realidad, muy anterior al 15-M» explica. «Su nombre entonces era Contrapoder y, aunque crecerá en la atmósfera del 15-M, no surge de ese movimiento, en el que ellos intentaron intervenir sin éxito».
–Julio Valdeón: ¿Dónde podemos encontrar, entonces, sus raíces?
–Habría que remontarse hasta la crisis de la izquierda a finales del siglo pasado, a la radicalización de los jóvenes comunistas en la Facultad de Políticas, a la sombra del clase contra clase sembrado por Anguita. Son jóvenes que tenían una asociación muy próxima a los grupos universitarios favorables a ETA, y ya con algunos apoyos en niveles superiores de la Facultad. La presentación tuvo lugar en el aniversario de la muerte de Tomás y Valiente, al proponer una conferencia de Karmelo Landa (ex eurodiputado y ex dirigente de HB) para denunciar el fascismo de PSOE y PP. Ante el disgusto de la asociación mayoritaria de estudiantes, recomendé que retirasen el cartel por ir sin firma. El resultado fue una amenaza de muerte anónima y en euskera. La preocupación del rector Puyol era que el episodio trascendiera al exterior. Esta situación de radicalización persistía a principios de siglo. La nueva iniciativa será encabezada por Juan Carlos Monedero, procedente del PCE y que había establecido estrecha relación con Chávez, incorporando la vertiente latinoamericanista y antidemocrática de signo populista, y por Pablo Iglesias, ex joven comunista que arranca de los movimientos antiglobalización.
–Rebeca Argudo: ¿Cómo era el clima en la universidad en aquel momento?
–Funciona el prestigio de la desestabilización lograda por ETA entre el izquierdismo, que apreciamos aún en la simpatía de Iglesias por Bildu. Un terreno abonado para grupúsculos antisistema. En ese clima surge Contrapoder, los alevines de Podemos, impulsado ante todo por Monedero, con la propuesta de un «socialismo del siglo XXI». El culto a Chávez es general en el grupo, si bien Iglesias se acerca más a un leninismo inspirado en Anguita y en Monedero, y el joven Errejón se refugia en Gramsci pasado por el filtro del populismo argentino. Por encima de las ideas, lo que cuenta es alcanzar el control permanente sobre la vida universitaria, forzando un consenso pasivo con su gestión, de sumisión a unas consignas y a su visión de la política.
–J. V.: Facultad que llegaron a controlar...
–Los sucesivos boicots de conferencias de políticos demócratas, a partir de Rosa Díez y Josep Piqué, dejaron claro quién mandaba en ese espacio. En el arranque, encontraron apoyos en el rectorado de Carlos Berzosa. Su hegemonía fue consumada al lograr por la mínima la elección al decanato del geógrafo Heriberto Cairo, de izquierda dura, hábil en la gestión del poder y promotor del ascenso académico de Iglesias y de Errejón desde la dirección de sus tesis. La pasividad general hizo el resto.
–R. A.: Podemos no nace entonces con el 15-M, sino que lo instrumentaliza.
–Efectivamente. Podemos no es el 15-M, sino la capitalización del 15-M. Pablo Iglesias lo dice de manera muy significativa: «Lo nuestro es un proyecto montado sobre el malestar». Sus referentes históricos son la revolución francesa, en su aspecto punitivo, y Lenin. Monedero habló del «leninismo amable» de Iglesias: es la opinión de un buen amigo, pero entonces, como en su reciente actuación como vicepresidente, se transparenta el odio.
–J. V.: Y exporta ese modo de funcionar en la facultad a la arena política
–Iglesias adora servirse de los medios, pero como la libertad puede contradecirle, pasa a satanizarlos en tanto que surge la expresión de las «cloacas». La suya es una ideología de descalificación contra el que piensa distinto, asentada sobre el supuesto de la buena conciencia de los verdaderos revolucionarios. Desde la fundación de Podemos hasta hoy, llenándose la boca de democracia, van a generar una suerte de centralismo cibercrático, que utiliza la apariencia de un debate amplio para dejar todas las decisiones en las manos del líder. A diferencia del movimiento 5 Estrellas italiano, las votaciones plebiscitarias prescinden de todo debate previo.
–R. A.: ¿Cómo se amalgama todo aquello?
–El producto político Podemos supo articular, mediante tácticas de enfrentamiento y captación simultáneas, la simplicidad del planteamiento de base, un ataque frontal al sistema de poder vigente y también a la democracia, con una serie de recursos, a modo de cañas de pescar dirigidas a integrar los distintos niveles del malestar social. El cansancio de la democracia se acentuaba en España por la corrupción, y la impresión general de que sin ruptura con la forma de representación vigente, la crisis económica y moral no tendría salida. La solución de Iglesias fue montar el sistema sin que «la gente» pudiera cuestionar las decisiones del vértice, salvo cuando éste decidiera buscar un aval (caso del chalé de Galapagar). La estructura circular funcionaba como piramidal: del centralismo democrático de Lenin, que no es democrático, al centralismo cibercrático.
–J. V.: Todo aliñado con grandes dosis de demagogia.
–Como todo ideario maniqueo, la movilización de sus masas requiere objetivos fáciles de entender y consignas que adquieren validez por su uso reiterado. La vocación antisistema se concentra en el más tangible republicanismo y en la designación de chivos identificatorios. Y frente al Bien de los redentores, la oposición proviene de regiones oscuras, del Mal, «de las cloacas». Como en la fórmula antifilosófica, «lejos de nosotros la funesta manía de pensar».
–R. A.: ¿Y la Prensa?
–Para ellos la Prensa es molesta. Básicamente toda comunicación suya es positiva y revolucionaria, aunque la contradigan al día siguiente. Como cambia constantemente lo que dicen, tienen que borrar las huellas. Durante varios años, por ejemplo, las primeras etapas de Podemos como Contrapoder eran fáciles de reconstruir a través de vídeos, declaraciones y artículos publicados. Pero ahora han eliminado casi todo. Incluso la ceremonia fundacional en enero de 2007, una ceremonia en Políticas de homenaje y defensa del etarra De Juana Chaos (condenado a 3.000 años de cárcel por 25 asesinatos) de nuevo en estrecha conexión con grupos estudiantiles próximos a ETA. Como los artículos sobre la necesidad de la violencia urbana de Iglesias en Kaos en la red. Y uno, quizá el más famoso, ha sido técnicamente alterado en Youtube: me refiero al segundo escrache a Rosa Díez. Todo esto resulta muy significativo, porque demuestra cómo han preferido escudarse en la ocultación de sí mismos.
–R. A.: ¿Qué diferencia existe entre el joven Iglesias y el actual?
–La estructura de comportamiento es la misma, los objetivos vitales, el triunfo y el poder personales, son los mismos. La vida pública es en Iglesias una eterna representación, como ilustra el juego de la coleta, el moño y el peinado. En el plano ideológico, es un pensador totalmente aburrido.
–R. A.: Entonces, ¿es la salida de Pablo Iglesias el final de Podemos?
–Depende de cómo se ajusten a la nueva situación en el gobierno, y si prevalece el firme pragmatismo de Yolanda Díaz. Pablo Iglesias lo ha hecho todo para seguir ahí, como cerebro detrás de las operaciones. Con la línea Díaz y los choques previsibles con Nadia Calviño, puede jugar a ese juego que tanto le gusta de mantener la alianza mientras la hace estallar en beneficio propio sobre decisiones puntuales. Pero puesto a profetizar, si Iglesias procede en su éxito público de la videocracia, pienso que a ella es adonde le gustaría volver para restaurar su perdido imperio.