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Libros de la semana: de la recuperación de las novelas de Perry Mason al ingenioso diccionario literario de Mario Rossari

Por un lado, coincidiendo con la serie de HBO, se recupera la serie completa de novelas dedicadas Perry Mason, todo un clásico de la literatura, y por otro, se publica la delirante novela de Jürg Federspiel, basada en un hecho real sobre la mujer que contagió y expandió el tifus a lo largo y ancho de Manhattan

Raymond Burr como Perry Mason en la serie de los sesenta
Raymond Burr como Perry Mason en la serie de los sesentaArchivoArchivo

“El caso del gatito imprudente”: vuelve al estrado Perry Mason, el abogado impertinente

★★★★★
Por Lluís Fernández
La primera vida de Perry Mason, el abogado más célebre de la literatura de misterio, se inició en 1935 con «El caso de las garras de terciopelo». En la página 23, su autor, Erle Stanley Gardner, define al protagonista como un defensor de sus clientes: «Soy un gladiador a sueldo. Lucho por mis clientes. En su mayoría no son trigo limpio y por eso acuden a mi». Y concluye: «Tengo que ser sincero e íntegro con ellos. Aunque no siempre pueda esperar que ellos lo sean conmigo». Esta es la razón por la que en las primeras novelas, Perry Mason es similar a los detectives del «hardboiled» de Chandler y Hammett y no el abogado que investiga un caso y defiende a su cliente ante la Corte, como fue transformándose a lo largo de su carrera de más de 80 relatos, 52 de ellos novelas, y, en especial, en la primera de las series televisivas realizadas entre 1957 y 1966, interpretada por flemático Raymond Burr. Con la ayuda de su secretaria Della Street y el detective Paul Drake. No es de extrañar que en las novelas, Mason sea un actor entrometido, que bajo la etiqueta de abogado defensor actúa como un detective privado. Tan similar a Sherlock Holmes, que, como él, avanza en el relato con sus deducciones.
Un manipulador
Lo hace implicándose a fondo y manipulando de forma implacable, incluso con un impertinente sentido del humor, a cuantos personajes aparecen en cada historia. No ocurría igual en la serie televisiva, en donde se asienta el género de «intriga legal» mucho más reposado. El héroe de acción de los años 30 y 40 se fue trasmutando en un elegante abogado, impasible y parsimonioso, que acaba resolviendo el caso de asesinato en su alegato final ante el jurado y desenmascara al culpable ante el juez, dándole un rapapolvo al fiscal al desmontar su instrucción, que él ya ha vaticinado errónea.
Coincidiendo con la la serie de HBO «Perry Mason», España acaba de editar, con nuevas traducciones, los primeros títulos de Perry Mason. Hasta el momento se han publicado cinco, el primero de ellos «El caso de las garras de terciopelo» (1935), imprescindible para entender el origen del personaje, y la quinta: «El caso del gatito imprudente» (1945). El nuevo Perry Mason televisivo apenas tiene que ver con Stanley Gardner y la serie es tan c estrafalaria que nadie la asociaría con el abogado literario, tan fijado en la nostalgia con el actor Raymond Burr.

▲ Lo mejor

Es un verdadero acierto reeditar las novelas de Perry Mason con nuevas traducciones

▼ Lo peor

Constatar que alguien tan dinámico se fosilizó en la serie de televisión

“La balada de María Tifoidea”: la primera gran contagiadora de la historia

★★★★
Por Ángeles López
A principios del siglo pasado, cuando el poderío financiero de Nueva York se estaba gestando, una emigrante irlandesa, Maria Anna Caduff (Mary Mallon para la Historia), llega al puerto en 1868, a los 13 años, en un barco de inmigrantes abarrotado. Una quinta parte de los pasajeros, falleció durante la travesía. Nuestra superviviente logra encontrar trabajo como cocinera en algunas de las familias más acomodadas de la ciudad e, indefectiblemente, en todas las grandes mansiones donde cocina, sus empleadores contraen la fiebre tifoidea y mueren.
Esta «balada» es el rastreo detectivesco de quien fuera apodada María Tifoidea por la prensa sensacionalista de Hearst. La primera portadora asintomática documentada por la ciencia del bacilo del tifus, y una leyenda en la historia negra de la ciudad porque por donde quiera que ella fuera, arrastraba consigo la enfermedad. Una heroína que llega a la tierra de las posibilidades ilimitadas a través de un vendedor de almas, que es al tiempo precursora de «Alicia en el país de las maravillas» y despierta deseos prohibidos en hombres notables.
Así sabremos cómo es violada por ancianos, maltratada por jefes de cocina y explota hasta convertirse en una especie de ángel vengador, cuya arma para enfrentarse a todos es su capacidad de contagiar una enfermedad mortal. Todos a su alrededor enferman... Solo María se mantiene sana. Pese a la querencia del autor a reincidir en tics ligeros que evocan las películas de cine mudo, la narración es muy solvente.

▲ Lo mejor

Poder conocer la historia de la que fue una súpepropagadora del bacilo del tifus

▼ Lo peor

Que una obra de ese cariz sea relatada con la ligereza de una película de cine mudo


“Breve diccionario de enfermedades (y necedades) literarias”: “Maldito: escritor que se comporta como un cafre”

★★★
Por Toni Montesinos
¿Qué es la literatura? Pues un «medicamento con alevosos efectos secundarios y salvajes». Lo dice Marco Rossari en este libro tan particular que, a modo de diccionario (traducción de José Brown), nos conduce a motivos, autores y tópicos literarios con tono humorístico y transgresor. Autor de «El único buen escritor es aquel que ya ha muerto» y traductor de una buena cantidad de ingleses y norteamericanos, nos lleva a un trayecto lingüístico entre la A y la Z, desde «aforismo» («Forma de pereza desoladora y crónicamente sentenciosa») hasta «Zuckerman [trauma de]» («Psicodrama o psicomedia en el que un sujeto novela su propia vida negando con vehemencia que así sea»; sobe el personaje fetiche de Philip Roth).
En el libro encontraremos tropos literarios y nombres de escritores significativos que despertarán simpatía en un lector que, por necesidad, tendrá que afrontar estas páginas sin prejuicios y con ganas de derribar idolatrías sobre muchos tótems de la literatura. De ahí que aparezcan grandes autores vistos desde un enfoque satírico, como Joyce, Dickens, Salinger, Bukowski, Céline…
Bromas y dulzuras
Ello se mezcla con conceptos que se han convertido en géneros literarios, como «autoficción», que para Rossari sería: «Morbo de origen francés que conduce a confesar la verdad despachándola como ficticia, pero usando nombres reales para crear así un absurdo galimatías». Este estilo ingenioso se extiende a «bibliofilia» («Perversión sexual por la que el paciente obtiene placer con la acumulación de polvo sobre libros intonsos»), el «bloqueo del escritor» o la «crisis de la novela». Pero también hay definiciones bonitas, como la de «haiku» («Llanto breve, intenso y reiterado frente a la belleza del cosmos») o «Kafka [disfunción de]», que sería «Dulzura del miedo».
Nabokov estaría de acuerdo con interpretaciones como esta del psicoanálisis, al sugerir que tal disciplina constituye una «literatura inverosímil o sencillamente fantástica; psicoficción». Este tipo de golosinas léxicas conducen a la idea de que, a pesar de que la literatura es una enfermedad que suele contraerse en la infancia, también es la cura demuchas cosas. Hay además un añadido titulado «Apendicitis hispánica», donde encontraremos jugosas líneas sobre «generación», que puede muy bien desde el sarcasmo dar en el clavo: «Ansiedad del quítate tú que me pongo yo»; o en torno a «malditismo», una «enajenación del escritor que aspira a la gloria comportándose como un cafre».

▲ Lo mejor

La originalidad del formato diccionario irónico para presentar tantos asuntos literarios diferentes

▼ Lo peor

La nota previa del editor y el prefacio de Edoardo Camurri son demasiado extravagantes

“Si la adelfa sobrevive al invierno”: la guerra sin fin de Yugoslavia

★★★★
Por Diego Gándara
La historia de los Balcanes es una historia compleja y fascinante. Una historia pródiga en narraciones transhumantes que tienen que ver con la identidad y los movimientos de sus pueblos por un territorio vasto y unido, sin embargo, por sus diferencias. Es el caso de los arrumanos, un pueblo latino de los Balcanes Meridionales y disperso por toda la región y cuya lengua –una lengua balcorrumana pero con influencias griegas– pervive en el habla de una gran minoría de personas.
Stefan Popa, un joven escritor que desciende por partes iguales de holandeses y rumanos y que, como periodista independiente, es todo un especialista en los temas relacionados con los Balcanes, recupera en «Si la adelfa sobrevive al invierno» la historia del pueblo arrumano y lo hace, además, con una novela bellísima, de corte clásico y tono elegíaco y que conmueve y emociona pero sin lágrimas ni golpes bajos ni devaneos sociales o políticos.
A través de Pitu (el mismo nombre que tiene el héroe del pueblo arrumano), un hombre que está a punto de morir y que no quiere morir sin haber legado a su hija su trayectoria vital, Popa introduce al lector en la historia del personaje y, al mismo tiempo, en la historia de un pueblo que, enclavado en las montañas de Macedonia, es parte del paisaje que cinceló la silueta y la forma de los Balcanes, aunque, sin el ejercicio de la memoria, puede perderse en el olvido.

▲ Lo mejor

La capacidad del autor para combinar una historia personal con la historia de un pueblo

▼ Lo peor

La novela no tiene desperdicio. Se disfruta desde el comienzo hasta el final, gracias al tono del narrador