Sección patrocinada por sección patrocinada
Literatura

Literatura

Libros de la semana: ¿Sabían que Isabel II también es la reina del crimen?

Entre las novedades literarias, en plena Feria del Libro de Madrid, también destacan el nuevo trabajo de Antonio Lucas o la primavera egipcia narrada por Alaa al Aswani

Poster del single "God Save The Queen", del grupo británico Sex Pistols, 1977, diseñado por Jamie Reid
Poster del single "God Save The Queen", del grupo británico Sex Pistols, 1977, diseñado por Jamie Reidlarazon

“El nudo Windsor”: la monarquía como figura literaria

Por Lluís FERNÁNDEZ
★★★★☆
La figura de la reina Isabel II de se ha convertido en un icono pop, primero, gracias al movimiento punk y los Sex Pistols, que la elevó a los altares del imperdible y las tachaduras con una imagen del 25 aniversario de su reinado y la canción «God Save de Queen», y ahora potenciando su imagen de nonagenaria peripuesta –sombrero, abrigo y bolso–, mito tan admirable como el último Elvis en Las Vegas.
Para rematar su ensalzamiento pop, la escritora inglesa S. J. Bennett le ha dedicado una obra en la que descubre una de las aficiones preferidas de su majestad: las novelas de intriga y misterio «cozy». La nueva reina del crimen, según la fabulación de esta autora, es, pues, Isabel II, y lo fue siempre. Desde muy joven parece que se aficionó a resolver misterios desde sus palacios de forma tan discreta que solamente ahora el gran público ha llegado a saberlo gracias a «El nudo Windsor», primera de una serie que promete ir desvelando los casos en los que ha participado Isabel II. La idea, sin embargo, es algo más atractiva que los resultados. Y no porque S. J. Bennett no escriba con gran dominio, sino porque se queda corta a la hora de plantear una intriga tan amable e interesante como las protagonizadas por Marple.

Un retrato conmovedor

El personaje de la monarca es conmovedor al mantener una absoluta discreción como figura real. Dirige desde un oscuro segundo plano las pesquisa utilizando a su secretaria personal, un personaje literario cuajado que secunda la investigación de un asesinato sucedido en Windsor tras una fiesta. Ante la ineficacia del MI5 y MI6, a la reina no le queda más remedio que investigar por su cuenta y sugerirles de forma tan anónima que apenas se percatan de que quien resuelve el caso es la misma reina de Inglaterra sin desatender sus funciones. Esa es su grandeza: su humildad. Razón por la que hasta hoy nunca se supo de esta pasión detectivesca mantenida en secreto. A la autora le gusta trufar el relato con la vida cotidiana de la familia real, sus aficiones y comportamientos. Formalmente, es una estupenda novela. Con personajes bien logrados y una débil intriga cuyo interés se pierde para que los personajes y su intimidad deslumbren más. No esperen giros ni ver a Isabel II salir de su estatus protagonizando escenas impropias de una reina de 95 años. Por eso «El nudo Windsor» resulta tan elegante como inesperada.
▲ Lo mejor
La protagonista y su secretaria, un dúo sin duda a explotar próximamente en nuevos libros
▼ Lo peor
La falta de ambición en el planteamiento de un misterio realmente intrigante

“La república era esto”: sí, a los egipcios les falta el gen revolucionario

Por Ángeles LÓPEZ
★★★★☆
La primavera árabe, y las manifestaciones en la plaza de Tahrir en un intento de derrocar el régimen de Mubarak, resultó un maravilloso sueño colectivo que no pudo llegar a ser. El autor –exilado desde 2018– recuerda aquellos días como los más hermosos de su existencia y es esa belleza la que atraviesa estas páginas, como también el miedo y la brutalidad de la contrarrevolución. La novela –censurada en los países árabes excepto en Líbano– recrea la opresión sufrida por el pueblo egipcio, los excesos de la dictadura, la expansión de la tortura, las detenciones arbitrarias y los encarcelamientos sin sentencias, así como las violaciones a mujeres.
Un cosmos de confusión y escozor social narrado de forma coral a través de una presentadora de televisión sin escrúpulos, una profesora que se niega a ponerse el velo, un actor copto adicto al hachís, el jefe de la inteligencia militar... Una galería de estereotipos sin una individualidad real que representan el conglomerado de los manifestantes de Tahrir así como sus oponentes. ¿Es posible una revolución en una sociedad así? Esta pregunta transita el libro. Para la mayoría de sus protagonistas, la respuesta es clara: los egipcios, que ya adoraban a sus gobernantes en la época de los faraones, no tienen el gen revolucionario. Unas páginas en estado de gracia que capturan la oleada de esperanza, el fracaso de las revueltas, el costo personal y un aparato estatal monolítico. Excelente... pero decir que a Al Aswani es el Victor Hugo del Nilo es una exageración.
▲ Lo mejor
El privilegio de ver los puntos de vista de los revolucionarios y de quienes defendían el antiguo régimen
▼ Lo peor
El estilo está marcado por sus orígenes y, a veces, es muy detallado y lo salpican frases innecesarias

“Ñamérica”: Hispanoamérica más allá del fútbol y el reguetón

Por Diego GÁNDARA
★★★★★
Hispanoamérica, Latinoamérica, América Latina y, ahora: Ñamérica. Un nuevo nombre para el viejo y nuevo mundo que ya tampoco se llama mundo y al que suelen referirse con un término más apropiado: región. Una región compuesta por veinte países unidos, más que por un pasado colonial y precolonial, por un presente histórico, por un futuro siempre incierto y por una lengua: el español.
Una región, en todo caso, tan vasta y tan variada que es necesario, una y otra vez, volver a descubrirla. Así lo hace el escritor argentino Martín Caparrós. En esta monumental crónica sobre el continente «latinoamericano» repasa la vida cotidiana, política, económica y cultural de millones de habitantes y ofrece una mirada distinta sobre eso que él llama Ñamérica, muy lejos de los lugares comunes y de los mitos que, de tanto repetirse, conformaron el imaginario de la región. Mitos, por ejemplo, sobre una época dorada, idílica, antes de la llegada de Cristóbal Colón.
«Es difícil tratar de pensar una región, un agregado de países y trayectorias y situaciones diferentes como si fueran uno –señala Caparrós en la primeras páginas del libro–. El desafío es encontrar lo que los relaciona: qué rasgos comunes nos permiten pensar a Ñamérica como un conjunto que se puede pensar. De eso se trata».

Drogas, comida y lengua

Caparrós se adentra de lleno en esa región nada transparente y recorre países, ciudades y pueblos. Ofrece datos, información, pequeñas historias que forman un cuadro rico y dispar en el que caben comidas, música, violencia, narcotráfico, pobreza, cultura, religión y lengua, el idioma. Porque lo que sirve de guía en esta obra es, como señala Caparrós, una pregunta tonta. Y la pregunta tonta es qué tienen en común todos los países de «Ñamérica». La lengua, dice Caparrós, una marca en el habla y en la palabra que distingue a los habitantes de una región en la que Brasil queda excluido. Brasil es, para Caparrós, «un mundo en sí mismo». Tener un idioma en común es más que una manera de relacionarse. Es una forma de ver y pronunciarse sobre el mundo. En ese sentido, ni Latinoamérica ni Hispanoamérica sirven ya, parece decir Caparrós. El concepto, ahora, es Ñamérica: la América que habla con la letra eñe, la región de los que tienen esa letra en sus existencias.
▲ Lo mejor
El estilo particular, personalísimo, de Caparrós, dueño de una prosa incisiva, atractiva y lúcida
▼ Lo peor
Poco en contra se puede decir de un libro que resulta oportuno y que es ejemplar en su reflexión

“Buena mar”: Antonio Lucas y el océano que nos hará distintos

Por Jesús FERRER
★★★★☆
Es sabido que en la Prensa anida buena parte de la mejor literatura actual. Es el punto culminante de una tradición que remite a Cháves Nogales, Julio Camba o Josep Pla. Es ahora Antonio Lucas, reconocido poeta también, quien salta a la novela con «Buena mar», una historia con fondo y contundentes vivencias. En 2018 se embarcaba en un pesquero rumbo al caladero de Gran Sol para escribir unos reportajes. Este libro es el resultado de ese periplo, donde se alterna la belleza de la mar calmada con la sombra del amenazante temporal, los momentos de camaradería marinera con la intensidad del duro faenar, y el relato épico con la catártica autoindagación. Impecable el retrato de la tripulación, que cobra vida en la tradicional descripción realista. Las sensaciones climáticas aparecen marcadas por un ensoñado lirismo: «El frío de fuera se suma al frío de dentro, de dentro de mí, y según el día pierde claridad las nubes calcan la noche. La noche abierta. La noche más allá de la noche. Nubes oscuras, densas, masticables. Debería bajar a cenar y no tengo hambre. Mañana entrará el temporal».
Se destaca asimismo la melancolía de los pescadores, su inquietud ante el improbable pero posible naufragio y el azar de un viaje que para el narrador comienza siendo una huida de la costumbre profesional y acaba siendo una emotiva lección de vida. Volverá empapado de la sencilla filosofía de la existencia, práctica y sensata, de los rudos hombres de la mar. Una intensa experiencia reflejada en un sobresaliente libro.
▲ Lo mejor
La conjunción entre la épica laboral del mar y el sensible intimismo del autor
▼ Lo peor
Sin ser una objeción, la ausencia de otras peripecias narrativas que hubiéramos gustado conocer