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Crítica

Crítica de “El caso Villa Caprice”: el abogado del diablo ★★★☆☆

Un fotograma de "El caso de Villa Caprice"
Un fotograma de "El caso de Villa Caprice"ImdbImdb

Dirección: Bernard Stora. Guion: Pascale Robert-Diard y Bernard Stora. Intérpretes: Niels Arestrup, Patrick Bruel, Irène Jacob, Michel Bouquet. Francia-Bélgica, 2020. Duración: 103 minutos. Drama.

Libremente inspirada en el suicidio del prestigioso abogado francés Olivier Metzner, “El caso Villa Caprice” ilustra una lucha de poder en la cumbre, la que enfrenta a un letrado de altos vuelos (Arestrup), hombre hermético, solitario y con una cierta tendencia a maltratar a sus subordinados -tanto como a él lo maltrata su anciano padre-, y a su nuevo cliente (Patrick Bruel), un empresario arrogante acusado de comprar una suntuosa villa en los Alpes Marítimos a cambio de favores de dudosa legalidad.

La película de Bernard Stora tiene que lidiar con un par de obstáculos de envergadura: por un lado, su trama está estructurada como un enorme ‘macguffin’ que, al final, revelará su condición de desviado pretexto para contar el descenso a los infiernos de un hombre que se creía con el poder de controlar el universo; por otro, sus protagonistas pertenecen a la élite de los negocios, y resultan más hostiles que cercanos. Si, finalmente, el filme acaba funcionando es gracias a la excelente interpretación de Niels Arestrup, que es de esa clase de actores de carácter que tanto escasean, y que, desde un inicial desapego, y sin dulcificar nunca la ambigüedad moral del personaje que encarna, termina conmoviendo hasta el tuétano.

Lo mejor

Los que le recuerden en “Un profeta” saben de la contundencia y rotundidad del trabajo de Niels Arestrup.

Lo peor

Difícil sentir empatía por un ambiente de corruptos y misántropos.