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Fotografía

Alberto Hidalgo: "Las fotos ayudan a mirar, después cada uno ve lo que quiere"

Está al frente de la segunda edición del encuentro de fotografía, que se celebra en Madrid desde mañana y hasta el 7 de abril.

Alberto Hidalgo: "Las fotos ayudan a mirar, después cada uno ve lo que quiere"
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Está al frente de la segunda edición del encuentro de fotografía, que se celebra en Madrid desde mañana y hasta el 7 de abril.

Al igual que el de la pintura o el de la escultura, el de la fotografía es un lenguaje universal. Que se ve, se entiende, inspira y se siente. Pues bien, desde mañana y hasta el 7 de abril los amantes de este mundo podrán disfrutar en vivo y en directo de los métodos de trabajo artístico que emplean doce grandes nombres, de reconocido prestigio, de la fotografía internacional de moda, celebrities, la naturaleza y el fotoperiodismo. Será en la segunda edición de Madrid Photo Fest, que dirige Alberto Hidalgo, un hombre con más inquietudes bajo el mar que sobre la tierra, que asegura que nuestros ojos son las mejores lentes y piensa que las fotos ayudan a mirar y que luego, cada uno ve lo que quiere.

–¿Cómo mira un fotógrafo?

–Depende de la disciplina. No es lo mismo dedicarse al fotoperiodismo que hacer fotos creativas de naturaleza o de moda.

–¿Y qué es más importante, su mirada o su relación con el mundo?

–El background, la experiencia y todo aquello que te ha marcado y definido como fotógrafo influye más que la foto que se quiera mostrar.

–¿Ellos buscan las fotos o las fotos les buscan a ellos?

–Los fotógrafos que vienen a Madrid Photo Fest buscan la foto, porque la mayoría de las que hacen son encargos.

–¿Las fotos ayudan a ver?

–Ayudan a mirar. Luego, cada uno ve lo que quiere.

–Pero algunas distorsionan la realidad...

–Totalmente. Por eso, dependiendo del enfoque, se puede interpretar la definición de una fotografía tomando como base sus propios criterios.

–¿Cuándo son nuestros ojos las mejores lentes?

–Siempre. Nuestros ojos son la única cámara integrada en el cerebro. Ellos son los que nos muestran el mundo tal y como es, sin filtros, retoques, ni ninguna clase de posproducción.

–Entonces, el ojo influye más que la cámara.

–Sin duda. La cámara no deja de ser una herramienta. Personalmente, he visto a grandes fotógrafos hacer fotos con cámaras de usar y tirar que aún tengo colgadas en el despacho. No es el medio, sino el fin.

–¿Ver es suficiente o hay que sentir?

–Si solo se ve, se muestra lo que podría reflejar cualquier persona con un teléfono móvil. Cuando se hace una foto sin sentir lo que se fotografía, solo se refleja. Tiene que haber sentimiento para pararse, pensar y disparar cuando realmente se vea la fotografía.

–¿Es el de la fotografía un lenguaje universal?

–Sí, al igual que el de la pintura o la escultura.

–A usted, personalmente, ¿qué foto le gustaría hacer?

–Pues depende de la época en la que me lo preguntes. Ahora estoy interesado en la fotografía submarina. Tengo más inquietudes bajo el mar que sobre la tierra. Esas fotos servirán para crear conciencia de cómo el maltrato de los mares nos va a afectar en el futuro. Estoy aprendiendo un montón de técnicas –que nada tienen que ver con las que estudié– para luego aplicarlas a mi mundo, el de la moda y la publicidad.

–¿Y a quién querría fotografiar?

–También depende de la época, pero me gustaría retratar a mis referentes, casi todos fotógrafos, como los que vienen a Madrid Photo Fest.

–¿Sería usted un buen pintor?

–No. He hecho mis pinitos, he estudiado pintura para ver cómo influye la luz en los grandes maestros, pero no soy bueno. Un cuadro se pinta con pintura. Una foto, con luz.

–¿Están perdiendo valor las fotografías al hacerse tantas?

–Sí, aunque las fotos que de verdad tienen ese valor y peso, como las de los grandes clásicos, lo seguirán teniendo. Cuando se dio el salto del analógico al digital empezó a perder valor el analógico. Ahora el 99% de los fotógrafos trabajan en digital y el 1% restante lo hace por romanticismo. Las redes sociales han provocado un consumo masivo de fotografías que resta interés a la calidad, y han cambiado los métodos de medición. El mundo de los «influencers» ha hecho que fotos sin valor puedan alcanzar más de cuatro millones de visualizaciones, mientras que las de un grande de la fotografía no llegan ni a una cuarta parte.

–¿En Instagram hay buenos fotógrafos?

–Claro. Y quienes no solamente viven de sus fotos en Instagram también las publican ahí, donde algunos tienen el doble de seguidores y «engagement» que cualquiera de los fotógrafos internacionales.

–¿Cómo sería su fotografía de la situación política actual?

–La de un pueblo apartando a todos sus representantes de la primera línea y cogiendo las riendas.