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Kapoor, dueño del negro absoluto

Llegó, experimentó con él y compró los derechos del Vantablack, el negro más negro de todos los que existen. Cualquier artista que desee trabajar con este color tendrá que pagarle derechos. Las primeras voces en contra ya se han hecho oír. ¿Es ético?, se preguntan

Una obra realizada utilizando el Vantablack, el negro total
Una obra realizada utilizando el Vantablack, el negro totallarazon

Llegó, experimentó con él y compró los derechos del Vantablack, el negro más negro de todos los que existen. Cualquier artista que desee trabajar con este color tendrá que pagarle derechos.

El negro deja de ser un color cuando se habla de arte. Pasa a ser liberación, angustia, profundidad, dualismo, todo y nada. Pero, ¿qué ocurre cuando el negro se convierte en propiedad de un artista? El debate ha surgido después de que el reconocido Anish Kapoor, con título de sir, haya comprado en exclusiva los derechos de un pigmento llamado Vantablack. Se trata de la sustancia más oscura que se conoce hasta la fecha. En un principio, fue desarrollada por la firma británica NanoSystem para aplicaciones militares y equipos astronómicos. Pero el escultor de origen indio, uno de los más influyentes a ambos lados del Atlántico, lleva utilizándola para sus obras desde 2014 y ahora se ha convertido en su dueño legítimo. El Vantablack, fabricado por la empresa Nanosystems, absorbe el 99,965% de la luminosidad al estar creado por un sistema de microtubos que hace que la luz rebote entre ellos y nunca llegue a reflejarse. Los efectos que consigue en las diferentes expresiones artísticas son impactantes porque el ojo humano no puede recoger el tipo de sombras que ayudan al cerebro a interpretar la forma de un objeto. Una pieza arrugada de papel de aluminio cubierta con una capa de este pigmento parece casi completamente plana.

- Un busto plano

Los visitantes del Museo de Ciencias de Londres actualmente pueden ser testigos de este efecto inquietante al contemplar una obra que estará en exhibición hasta el próximo mes de junio. Se trata de un busto que, a simple vista, parece estar plano en vez de en tres dimensiones. Completamente desconcertante.

Kapoor ya había utilizado antes distintos tipos de negros. En su obra «Descent Into Limbo» (Descenso hacia el limbo), por ejemplo, consiguió crear todo tipo de sensaciones con un círculo pintado de este color que creaba la ilusión de un enorme agujero que llevaba al espectador al vacío. Sin embargo, con Vantablack ha alcanzado otra dimensión. En una entrevista con la BBC, el artista, de 61 años, explicó. «Es tan negro que casi no se puede ver. Tiene una especie de irrealidad y yo siempre me he sentido atraído por los materiales más exóticos por lo que llegan a hacer sentir». Y añade: «Imagine un espacio que es tan oscuro que a medida que camina en él pierde todo el sentido de lo que eres y dónde estas, así como la noción del tiempo. Es la desorientación que tiene que producirse dentro de ti para encontrar otra cosa», matiza. «He estado trabajando en esta área durante los últimos 30 años más o menos con todo tipo de materiales. Pero esto es completamente diferente», añadió.

Sin duda alguna, el prodigioso pigmento abre un nuevo mundo en el universo del arte contemporáneo. Pero por este mismo motivo, el resto de colegas han puesto el grito en el cielo tras su compra.

El artista indio Shanti Panchal asegura: «No he conocido nada tan absurdo. En el mundo creativo nadie debe tener un monopolio». Por su parte, Christian Full, el artista más joven que ha sido elegido para pintar a la reina Isabel II, denunció también al «The Daily Mail» que nunca antes había visto a un artista «monopolizara un material. Usar negro puro en una obra de arte tiene una gran tradición. Los mejores artistas siempre han mostrado predilección por este color: Turner, Manet, Goya. Este negro es dinamita en el mundo del arte». No le falta razón. El negro siempre ha sido un instrumento clave. Desde los clásicos, pasando por los expresionistas abstractos como Motherwell, Rauschenberg hasta contemporáneos como Rothko.

- El color Tiziano

¿Es ético por tanto que Kapoor se agencie del negro más negro? ¿Es moral que haga pagar a los colegas que quieran utilizarlo? Lo cierto es que los monopolios siempre han existido en el mundo del arte. En la Edad Media, se desembolsaban grandes cantidades por los raros de pigmentos que se encontraban sólo en Afganistán y que conseguían crear un azul único para los cielos de los paisajes.

En el siglo XVIII, los principales artistas, incluyendo Benjamin West y Joshua Reynolds, también pagaban por utilizar la denominada «sombra de Tiziano», una mezcla de marfil negro y azul de Prusia que se suponía era del color secreto del maestro veneciano. En realidad, fue un truco urdido por un pintor llamado Ann Provis, que se mofó de la Real Academia.

Jonathan Jones, crítico de arte para «The Guardian» y jurado en los premios Turner en la edición de 2009, asegura que «con el debido respeto a aquellos que están formando un revuelo con este asunto, Kapoor es un artista ideal para experimentar con este negro extraño». «Él ama los colores profundos, oscuros y sensuales. En algunas de sus obras más seductoras, llena los agujeros y huecos con el color para crear la ilusión del gran alcance que se está buscando en una superficie plana, hasta que se pone la mano en el espacio vacío azul. En otras obras, por el contrario, pinta el suelo de un negro tan irreflexivo que parece ser un agujero que lleva profundamente en la tierra», explica. «Este creador de efectos cromáticos sublimes es el artista adecuado para hacer del Vantablack, el nuevo negro», matiza.

Lo que aún no ha trascendido el la suma que ha tenido que pagar el escultor para apropiarse del negro absoluto. Aunque el dinero para él dejó de ser un problema hace tiempo. En 2012, «The Sunday Times» ya lo situaba en la lista de artistas británicos millonarios al calculársele una fortuna de 49 millones de euros. Aunque eso fue antes de que inaugurase su torre ArcelorMittal Orbit, la escultura más alta de Europa. La estructura de 1.400 toneladas de acero y 114,5 metros de alto se convirtió en el símbolo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

- 15 años de psicoanálisis

Atrás quedó por tanto esa infancia donde sus padres tenían grandes problemas para comprar billetes de avión para toda la familia. Su madre, judía-iraquí de padre rabino, y su padre, un hidrógrafo de la marina, siempre quisieron que sus dos hijos vieran mundo. Así que Kapoor no dudó en trasladarse a Londres para estudiar en el Hornsey College of Art y en el Chelsea School of Art. La Universidad, tal y como él mismo cuenta, fue «una liberación total». El artista pasaba por un estado de conmoción psicológica que lo aquejaba desde su adolescencia y encontró ayuda en el psicoanálisis, que prolongó durante 15 años. Terminó la terapia poco antes de que conociera a su esposa Susanne, con la que ahora tiene dos hijos y vive en una lujosa casa del exclusivo barrio de Chelsea.

Genio para muchos, «innovador de manual» para otros, el escultor ha trazado un recorrido marcado por la contraposición de lo cóncavo y convexo, el todo y la nada, lo lleno y lo vacío, en definitiva, un mundo en el que los materiales nunca son lo que parecen ser, sino meros instrumentos para crear arte, en palabras de Kapoor, «todo acerca de la ilusión y lo irreal».

Yves Klein, el artista que patentó el «azul Klein»

A pesar de su influencia en el arte conceptual –fue una de las más influyentes del neodadaísmo–, Yves Klein (1928-1962) sentía una profunda preocupación por el color. En 1956, mientras estaba de vacaciones en Niza, hizo experimentos con un aglutinante y la textura en polvo de un pigmento ultramarino en crudo todavía inestable, su patentado International Klein Blue (IKB) en 1960. En 1957 inauguró una exposición en Milán que incluía 11 pinturas monocromáticas azules sin enmarcar. A partir de este momento incorporó el IKB en todo tipo de objetos, como esponjas, globos y bustos de Venus.

El cañón que disparaba cera

Cuando dejó la escuela de arte en 1977, los artistas que vivían en Reino Unido sólo de sus obras no llegaban a la docena. A Kapoor (en la imagen) no le fue fácil, pero sus series de esculturas con pigmentos llamaron la atención de Lisson Gallery, la galería dedicada a «los nuevos escultores británicos» como Richard Deacon y Tony Cragg. La consagración de Anish Kapoor con «Marsias», tres inmensos anillos de acero unidos por PVC que invadía por completo la sala de Turbinas de la Tate, fue vista por 1,85 millones de personas y su retrospectiva en la Royal Academy of Arts en 2009, por 275.000. La máxima atracción fue «Shooting into the Corner» (Disparos en el rincón, 2008-2009), un cañón que disparaba cargas de nueve kilos de cera a 80 km por hora. Fue la muestra más visitada de un artista contemporáneo.