San Francisco

Oliva Arauna, el regreso

Reabre su galería tras 14 meses precintada. Se confiesa esperanzada, fuerte y con proyectos, entre ellos, estar en ARCO 2014

Olivia Arauna
Olivia Araunalarazon

Tiene Oliva Arauna altura. De la física y de la otra. Inauguró su galería hace 29 años y ahora, como en un segundo renacer, vuelve a abrir sus puertas el día 9 después de pasar una temporada en el dique seco, «exactamente hace un año y casi cuatro meses. La última exposición que inauguré fue en junio de 2012 y después ya no volví a abrir al público porque me precintaron», recuerda. El Ayuntamiento tomó esa decisión «por no respetar la fachada original del edificio», un inmueble de la calle Barquillo, que es uno de los puntos artísticos de referencia en el panorama nacional y a donde llegó en 2004, después de trasladar la anterior sede, en la calle Claudio Coello. El precinto sólo impedía la actividad del local como galería de arte, por lo que el negocio pudo seguir funcionando. Durante los últimos meses la galerista ha emprendido acciones legales contra el consistorio para que levantara el cierre, así como un proyecto arquitectónico nuevo para cambiar la fachada y conseguir de esa manera el permiso. Después de mucha batalla y mucha lidia, todo está listo para que los clientes vuelvan a empujar la puerta de la galería el jueves.

Arauna ha empezado el año contenta y con bastante trabajo: «Me voy a la feria de México a finales de febrero y antes está ARCO. Pensé que iba a abrir con tranquilidad, pero no ha sido así. De lo que no tengo duda es de que regreso con ganas, aunque tengo la sensación de pensar que se me olvida algo», dice quien se define como alguien «que no sabe nadar y guardar la ropa. No soy mujer de medias tintas, o todo o nada». Cuando le colocaron un precinto a su galería no se vino abajo: «Es curioso porque todo el mundo me dice lo mismo, eso de ''seguro que no te has venido abajo, seguro que no has pensado en tirar al toalla''. Y yo creo que es porque tengo una apariencia de mujer fuerte». El día 9 arrancará con «Transformación», una colectiva de artistas de la galería que han hecho obra expresamente para esta vuelta. ¿Se ha transformado también Oliva? «Sí, me he hecho más dura, aunque muchos crean que ya no es posible porque lo soy. La ilusión no me ha abandonado».

Nostalgia cero

Con el ánimo alto, cree que vienen tiempos mejores, «seguro que vamos a ir a más, tengo esa convicción. Durante la crisis de los 90, que fue tremendamente dura, aunque haya mucha gente que ya no la recuerde, yo, por ejemplo, vendí más que nunca en ARCO. Y es que existe un punto en el que los clientes se vuelven a contagiar, se dejan asesorar, sienten de nuevo y la ilusión se recupera». Cuando se le pide un balance, es clara: «¿Sabes lo que me pasa? Que no tengo la sensación de que hayan transcurrido 29 años. Me parece que empecé ayer. No soy capaz de ponerle tiempo a los años. Me río en ocasiones cuando recuerdo que cuando digo ''hace unos años'' no son unos sino muchos. Recuerdo cada exposición y cada obra que he colgado, pero no soy una mujer nostálgica. Me interesa el presente y el día a día», confiesa.

De sus colegas no puede decir una mala palabra, porque durante el tiempo de sequía y de batallas han estado ahí, «a mi lado, apoyándome y están contentos de mi regreso. Espero que sea una fiesta. Por otra parte, ese apoyo me gusta porque demuestra que dentro de este colectivo tampoco se está de acuerdo con todo».

En los momentos más duros, que los ha habido y han sido unos cuantos, los amigos, la gente que estaba más cerca y que la conoce, la animaban a marcharse a San Francisco: «''Pero si allí están todos tus nietos'', me decían. Y yo me preguntaba: sí, y los quiero mucho, los adoro, pero, ¿qué hago yo en San Francisco? Aún no veo que mi vida sea solamente eso. Espero seguir peleando y dando guerra, con energía. Y hoy la tengo».

La llamada de Carlos Urroz

La descolocó, lo dice así de claro. Oliva Arauna tenía más o menos planificado lo que iba a hacer tras la inauguración, pero se cruzó en el camino la llamada de Carlos Urroz: «Cuando supo que volvía me dijo que estuviera en ARCO. Y ahí voy a estar. Le agradezco que me pusiera las pilas. Sé que puede haber quien me critique por ir, pues estaba fuera de fecha, pero mi caso no ha sido el único que se ha dado en la historia de la feria. El año pasado no me pareció bien estar presente, con la sala cerrada, podía haberse interpretado como una provocación», explica. Una vuelta doble la de Oliva.