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Arte
El símbolo universal que se inspiró en el "El 3 de mayo en Madrid" de Goya
La obra, también conocida como "Los fusilamientos", es reconocida a nivel universal, y no sólo por su indiscutible calidad pictórica y técnica

Es un cuadro desolador. Las expresiones de sus protagonistas, la ausencia de ellas de sus enemigos, producen al espectador una sensación desgarradora, a la vez que cautiva por su calidad y simbología. La obra "El 3 de mayo en Madrid", también reconocida bajo el nombre de "Los fusilamientos", es una de las insignes del periodo oscuro de Francisco de Goya. El artista pintó sólamente dos cuadros con los hechos vividos en Madrid el dos de mayo de 1808, planteando en ellos dos temas cruciales: el violento ataque del pueblo de Madrid a las tropas de Murat durante la mañana del día 2, y la consiguiente represalia del ejército francés. Es esta última escena la que recoge la obra que nos ocupa, donde una serie de ejecuciones se llevan a cabo durante la madrugada en las afueras de Madrid. Se observa a un pelotón francés a punto de fusilar a una serie de patriotas madrileños. Entre las víctimas, Goya lleva la atención inmediata del espectador hacia uno en concreto: un campesino, con brazos levantados y camisa blanca, cuyo semblante, aterrorizado, ha pasado a la historia como algo más que un personaje de una gran obra de arte: también como símbolo de la resistencia y de la inocencia.
Este icono de la lucha contra la opresión y la violencia ha servido de inspiración en muchos aspectos. En la historia del arte, por supuesto, pero también en un plano incluso social y político. El campesino de Goya fue el ejemplo que siguió el artista Gerald Holtom para crear el universal símbolo de la paz. Creado en 1958, el creador lo quiso diseñar como un emblema para la Campaña por el Desarme Nuclear (CND, por sus siglas en inglés) en Reino Unido. Por ello, utilizó las letras "N" y "D", colocando la primera con los brazos apuintando hacia abajo y hacia afuera como un triángulo invertido, y la segunda con un brazo apuntando hacia arriba y el otro hacia abajo. Cuando estas posiciones se combinan y se rodean con un círculo, forman el diseño del símbolo. No obstante, no fue la única idea que inspiró a Holtom a crearlo de esta manera.

Al igual que a miles de espectadores por todo el mundo, al artista también le conmovió Goya. Se recoge en ciertos medios especializados que, cuando Holtom explicó el diseño de su emblema de la paz, desveló que tenía conexión con "Los fusilamientos". Aseguró que se había inspirado en el campesino, en su desesperación y en su alzamiento de brazos en señal de desesperación e injusticia. Una figura que expresa humanidad frente a la barbarie de la guerra, al igual que lo que Holtom trataba de expresar con su símbolo. Así, si se delinea al campesino con una línea principal, desde cabeza a pies, así como las dos laterales de los brazos, aparece la parte central del símbolo de la paz invertido.
La obra de Goya es, por tanto, de una universalidad absoluta. Tanto por su simbología como también, por supuesto, su calidad y técnica. Según la web oficial del Museo del Prado, el artista seguramente no vio las ejecuciones que representa en esta obra, aunque vivía cerca del lugar de una de ellas, la Puerta del Sol. Pero debió conocer los detalles, así como se tuvo que documentar con precisión, conociendo las viñetas populares que recordaban los hechos, o escuchando testimonios. Una escena compleja y oscura, en la que el pintor fue capaz de sacar el máximo brillo posible a la más primaria temeridad y, a la vez, inocencia del ser humano.
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