Museo del Prado

Velázquez y Murillo se miden

Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, será el comisario de la muestra que celebrará el centenario del pintor en Sevilla

«La Sagrada Familia del pajarito», de Murillo, es una de las obras que viajarán desde el Museo del Prado al Hospital de los Venerables en Sevilla con motivo de la exposición que se abrirá en noviembre
«La Sagrada Familia del pajarito», de Murillo, es una de las obras que viajarán desde el Museo del Prado al Hospital de los Venerables en Sevilla con motivo de la exposición que se abrirá en noviembrelarazon

Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, será el comisario de la muestra que celebrará el centenario del pintor en Sevilla

Una clase magistral es la que pronunció ayer Gabriele Finaldi en el Museo del Prado. «Es una vuelta muy feliz después de haber pasado trece años de intensa actividad aquí», asegura a través del teléfono. El ahora director de la National Gallery desde hace un año más o menos y ex director adjunto del Museo del Prado llegó a Madrid para presentar la que será una de las citas artísticas del año, la exposición de la que será comisario y que reúne en diálogo posible a dos pesos pesados de la historia del arte, Velázquez y Murillo. La muestra se enmarca dentro del Año Murillo, que está organizado el Ayuntamiento de Sevilla y cuenta con la colaboración de la pinacoteca nacional, que ha cedido cinco obras singulares de las 19 pinturas que se expondrán de ambos.

La exposición celebra así los 25 años de la Fundación Focus en el Hospital de los Venerables con un proyecto que comenzó a gestarse en 2014 de la mano de Anabel Morillo, directora de la Fundación Focus, y que siempre tuvo a Finaldi en el punto de mira. Cuando se le pregunta que encontrará el visitante que acuda a Sevilla, éste explica que «lo que se pretende es buscar las afinidades entre Velázquez, que era de una generación anterior, y Murillo. Desde muy joven tuvo que conocer la fama y se interesó por las obras públicas y por la pintura religiosa, que retoma, así como por el bodegón sevillano. Ambos llegaron a conocerse», explica y pone énfasis al asegurar que «es la primera vez que se organiza una exposición de este tipo, pues nunca antes se han expuestos sus obras conjuntamente. La tendencia ha sido separarlas sin atender a que existen gran cantidad de afinidades inspiradoras, muchas de ellas relacionadas o bien con la técnica o con ciertos aspectos estéticos. Se verán en la muestra yuxtaposiciones de obras, parejas y tríos, obras que tratan el mismo tema en un y otro autor. Aunque ahora no las tengamos en la cabeza, en el momento en que se expongan van a saltar a la vista». ¿Falta alguna obra que no haya podido venir a España? «Están todas las que tiene que estar y cuentan una historia con detalle», asegura el director de la National Gallery.

Finaldi reivindica el hecho de que Murillo no sea un pintor desconocido y brille sobradamente a pesar de tener a su lado a un genio de la altura de Velázaquez: «Él es reconocido como artista de calidad extraordinaria, un autor de enorme originalidad. Se puede medir con cualquier otro artista y mirarle de tú a tú», asegura. La muestra, que cuenta con préstamos de importantes museos internacionales y colecciones privadas, se inaugurará en Sevilla el 8 de noviembre y permanecerá abierta hasta el 28 de febrero de 2017.

- Pensar en España

Sin embargo, no será el único encargo que acercará a Finaldi de nuevo a España, pues el 22 de noviembre el Museo del Prado abrirá las puertas a José de Ribera en su vertiente de dibujante, y se hará coincidir con la presentación del catálogo razonado completo de sus dibujos, coeditado por la Fundación Focus y el Meadows Museum de Dallas. «El dibujante es un Ribera diferente que trata temas que no muestra en sus pinturas, como puede ser la vida en la Nápoles de su tiempo o sucesos que le sorprenden, como las torturas. Es un dibujante magistral formado académicamente en Roma, un observador privilegiado de lo que sucede a su alrededor, un artista de primer orden», puntualiza el experto. Mientras, en Londres, la vida continúa para Gabriele Finaldi. Le faltan horas del día, pero no se queja porque tiene la mesa llena de proyectos, «que es la única manera de seguir adelante», dice. ¿Y echa de menos España? «Si tuviera más tiempo para pensar, seguro que la echaría más de menos», dice al final de la conversación.