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Beatriz Carvajal: "Mis redes sociales son mi lista de amigos"

«Volvió una noche» es una comedia realista muy surrealista en la que se abordan temas serios desde una óptica tierna y divertida.

Foto: David Jar
Foto: David Jarlarazon

«Volvió una noche» es una comedia realista muy surrealista en la que se abordan temas serios desde una óptica tierna y divertida.

Desmitifica la muerte y aligera el peso del pasado en el presente mediante unos personajes muy de verdad, con los que el público se identifica fácilmente. Uno de ellos, la protagonista, regresa del más allá, como si de una aparición fantasmagórica se tratase. Ella es Beatriz Carvajal, archiconocida actriz por sus papeles en «Compañeros», «Aquí no hay quien viva», «La que se avecina» o «Los misterios de Laura». Ella se fue. Volvió una noche. Y se puso al día.

–¿Mejor volver por la noche o por el día?

–Yo procuro volver por la noche. Muchas veces he vuelto por el día, pero ahora ya no.

–Claro, todo depende de dónde se venga, ¿no?

–Efectivamente (risas).

–¿Y cuál es la sensación de regresar del más allá?

–Ojalá se pudiera, pero yo no creo en esas cosas.

–¿A Beatriz Carvajal qué le gustaría ser en su otra vida?

–No tenemos otra vida. Si la tuviéramos..., no lo sé. Quizá lo que hago, porque es lo único que sé hacer, aunque malamente.

–¿Resucitar para qué?

–Es una pregunta que nunca me he planteado. En todo caso, me gustaría hacerlo si tuviera que echar una mano a algún ser querido que lo necesitara.

–¿Hay que desmitificar la muerte?

–Por supuesto. Hay que darle otro sentido. No deja de ser un momento triste, porque se nos van seres queridos. Pero tenemos que pensar que descansan y que mientras los recordemos van a seguir vivos con nosotros.

–Sí, pero una cosa es la muerte de los otros, y otra la de uno mismo...

–Pero, ¿por qué te pones así de triste en una entrevista de este tipo? (Risas) A nadie le apetece pensar en su muerte. Cuando tenga que llegar, que llegue, pero no quiero pensar en eso.

–Hay quien teme más a la vida que a la muerte.

–(Repite la pregunta) Es que la vida es bastante más seria que la muerte.

–¿Es necesario desposeerse del pasado para vivir el presente?

–No. El pasado es nuestro bagaje, lo que hemos hecho y tenido; pero no hay que quedarse colgado ahí. Debemos vivir el presente y tirar adelante.

–¿Seremos lo que fuimos?

–Seremos lo que hayamos hecho y elegido. En función de cómo hayamos llevado nuestro pasado, seremos en el futuro.

–Ésta es una comedia para reír, ¿y algo más?

–Para que la gente piense que para alcanzar la felicidad no es necesario ser abogado, médico, arquitecto, político... Lo importante no es lo que se haga sino hacerlo bien.

–Y ahora de gira por toda España.

–Sí. A mí me gusta llevar las funciones a las provincias, porque no todo el mundo tiene la posibilidad de poder venir a Madrid a verlas. La gente lo agradece y llena los teatros.

–Dicen que ésta es una de las mejores obras de la dramaturgia contemporánea escritas en español.

–El teatro hispanoamericano se desconoce bastante, pero está muy bien. Yo, personalmente, tengo la suerte de que me ofrecen bastantes papeles. El año pasado dije que no a varias cosas. Pero me divertí mucho leyendo «Volvió una noche», y por eso acepté.

–¿Lo tradicional no combina con lo moderno?

–La obra no plantea ningún conflicto en ese sentido, sino que muestra a una persona mayor que se encuentra con cosas de la modernidad que no termina de entender y a la que le gusta más lo de antes. En la vida real, yo tengo conflictos con la tecnología, por ejemplo. No me llevo nada bien con ella.

–¿Le cae mal o le cae usted mal a ella?

–Se abusa de ella y nos estamos metiendo en terrenos que son peligrosos. Son avances que, por una parte, facilitan mucho la vida; pero que por otra también pueden cargársela. Veo a muchos jóvenes en las terrazas pegados al móvil, sin mirarse a la cara, sin hablar... Por eso yo no tengo redes sociales. Uso el teléfono para llamar, para que me llamen y, como mucho, para mandar algún whatsapp. Mis redes sociales son mi lista de amigos.

–¿Teatro o televisión?

–Me gustan todos los medios de mi profesión, pero en el teatro me siento tremendamente cómoda. De ahí parte la base de un intérprete. Cuando te subes a un escenario y se levanta el telón no hay trampas. Y resulta muy satisfactorio notar que el público está contigo. Lo que ocurre durante cada función es un milagro. La misma obra puede parecer distinta dependiendo del día en que la veas. Influyen las energías del actor, del público...

–Usted que ha sido profesora de Literatura (en la serie «Compañeros»), ¿cómo leemos en España?

–Se lee poco. Muchos no saben ni siquiera quién es Lorca. No se está enseñando a amar la literatura. En ese sentido, creo que el Teatro debería ser una asignatura obligatoria en el colegio, como Educación Física o Geografía. Además de divertir, es una forma de adentrar a la gente de lleno en la Literatura. Al mismo tiempo, ayuda a que los niños se relacionen, se desinhiban y se quiten complejos. Sería una terapia fantástica.