C.S. Macías

Carmen Navarro: «Las vacaciones son el mejor «lifting» facial»

Compartimos mesa con esta empresaria esteticista para conocer el secreto de la eterna juventud

“Los miedos nos hacen envejecer, son de las peores cosas que tenemos los seres humanos”
“Los miedos nos hacen envejecer, son de las peores cosas que tenemos los seres humanos”larazon

No hace falta preguntarle al espejito quién es la reina de la belleza inteligente. Compartimos con ella el tiempo, en el restaurante Fellina, en Madrid, en busca del secreto de la eterna juventud: «La pócima sería ausencia de estrés, alimentación sana y tener orden en todo». Practica el arte de hacer sentir bien a su interlocutor y la generosidad. Le han llamado «la Cristiano Ronaldo de la estética», le gusta la filosofía oriental y asegura que no hay que esconderse del sol sino saber tomarlo.

¿A quién metería en la máquina del tiempo?

A alguien que me impresionara, a personas que admiro para que perduren, por ejemplo Paulo Coelho, Dalai Lama... personajes que de alguna manera me han llegado por la parte espiritual.

¿Es más gurú estética o genio de la lámpara?

¿Yo?, Genio de la lámpara.

¿Qué tres deseos son los que más le piden?

La gente lo que quiere siempre es mejorar. Y no somos conscientes de los años que tenemos, porque no funciona bien la mente con nuestra edad biológica.

Dicen que la piel lo lee todo. ¿Qué ha aprendido a leer usted?

Que es el reflejo del alma y de las emociones. En una piel se ve si una persona está triste o no, si su organismo está funcionando bien, su aparato digestivo, circulatorio. Una piel es el reflejo de un órgano.

¿La política envejece?

Yo creo que sí. Los miedos nos hacen envejecer, son de las peores cosas que tenemos los seres humanos; porque el político tiene que dar soluciones a problemas, y el creer que lo hace bien o mal es lo que envejece.

¿Tenemos políticos estresados o estirados?

Yo creo que estresados, aunque también los tenemos estirados (risas). Me acuerdo de Suárez que era un hombre tan guapo, que al poco de estar en política tenía unas bolsas en los ojos que indicaban que estaba estresadísimo y cansado.

¿Las vacaciones son el nuevo «lifting» facial?

Serían el mejor lifting que hay. Porque en el momento que desconectas y disfrutas, la cara, que es el espejo del alma, lo refleja todo.

¿Qué ha pasado con lo de la arruga es bella?

Eso fue un recurso de márketing que quedó precioso. Si llevas una tela de lino se van a notar las arrugas, pero no es bella. Tenemos que asumir la edad que tenemos y que el tiempo va pasando.

¿España necesita un tratamiento anti edad, un taller anti estrés, chapa y pintura?

En general, necesitamos chapa y pintura. Las cosas han cambiado mucho.

¿Qué Don tienen sus manos?

Amor. Me gustaba tanto lo que hacía, que cuando daba un masaje transmitía pasión.

¿Hay que ser un poco reina para entrar en Carmen Navarro?

Para nada. Salís reinas. ¿Qué diferencia hay entre unos y otros cuando están en la camilla? Ninguna.

¿La belleza da poder?

Da poder. Lo primero que recibimos es la imagen. Si esa imagen no va unida a una personalidad alegre, agradable, no va a ningún lado. Si eres buena persona dejas una buena imagen personal. También hay mucho estúpido guapo. (Risas).

¿Las cremas caras nos forran arrugas y vacían bolsillos?

Hay una inversión mayor en cosmética que en farmacia. Están investigando continuamente sobre los telómeros y cómo evitar su acortamiento. Yo cuando llevo una crema buena, lo noto. Pero por ejemplo, una chica joven, con una crema de 60 euros puede tener una adecuada. Porque no es lo mismo resolver el problema que evitarlos.

¿Si el demonio entrase por su puerta, saldría siendo un ángel?

Dependería de si el demonio quisiera convertirse en ángel. Sería maravilloso.

¿Qué estaba pensando el día que se le ocurrió empezar todo esto?

No empiezas así. Yo, cuando era pequeña soñaba con ser empresaria, aunque no en el mundo de la estética. La primera crema que tuve me la regaló mi abuela, era de pepinos. Era muy presumida. De recién casada me compré un aparato secador y todo me lo hacía yo en casa. Nunca pude imaginar esto. Todo me ha llegó por casualidad.