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Crítica de cine

Crítica de 'El instinto': La agorafobia es el otro enemigo ★★★

Dirección y guion: Juan Albarracín. Intérpretes: Javier Pereira, Fernando Cayo, Eva Llorach, Silvia Conesa, Pepe Villena, Rocío Bernal, Nicolás Edo. España, 2024. Duración: 92 minutos. Thriller.

Crítica de 'El instinto': La agorafobia es el otro enemigo ★★★ X

Emma Stone, Zac Efron, Kim Basinger, Woody Allen, Macaulay Culkin... Y hay más, muchos más en la nómina. Todos se dedican a esto del cine, sí, pero hay algo distinto que los une: todos, también, han sido o lo son todavía agorafóbicos, o sea, tienen adversión «a los espacios abiertos, como plazas, avenidas, campo, etc.». Así de simple despacha el término el diccionario de la RAE, aunque detrás hay un cuadro de ansiedad grave y paralizante que limita hasta extremos insospechados y penosos la vida de quienes la padecen y cuyo cuadro médico suele incluir taquicardias, mareos, angustia, desmayos y un terror paralizante nada más cruzar la puerta de casa. De esa casa que se convierte, paradójicamente, en cárcel y refugio, en salvación y puede que peligro. Un mal absolutamente terrible, créanme.

Y en la almendra de este thriller psicológico encontramos dicho trastorno mental, el que domina la existencia de Abel (Javier Pereira), un arquitecto de gran éxito y prestigio que corre el riesgo de perderlo todo cuando empieza a sufrirla. Lo que le arrastrará a dejar Barcelona y estar aislado en el campo desde hace tres años, lo que Sonia (Eva Llorach), una situación a la que su ex pareja y socia en el estudio en el que trabajan, Sonia no encuentra salida a no ser que el propio enfermo luche contra ella.

Pero hasta ahora ninguna terapia ha funcionado con Abel, quien quizá haya desarrollado dicho transtorno por un traumático pasado, aunque el espectador apenas lo vislumbra o intuye. Hasta que aparece en su vida el adiestrador de perros de caza llamado José (Fernando Cayo, aunque este estupendo actor haga papeles «de bueno», siempre resulta ambiguo, un punto siniestro), un tipo inquietante, avasallador, quien, tras matar accidentalmente al can del protagonista, decide ofrecerle un método alternativo a través de un entrenamiento que, sin embargo, nunca se usó con humanos. Interesante el debut en el largometraje de Juan Albarracín, un filme que, dividido en tres capítulos, resulta desasosegante, perturbador.

Con, prácticamente, solo dos personajes empapados en sudor durante toda la historia y muy pocas localizaciones, el relato se va tensando (José comienza a utilizar con el «alumno», al que habla y acaricia como si fuese un animal doméstico, terribles collares de castigo y le da de comer en un cuenco) hasta eclosionar en pura violencia. Probablemente, la sociedad está dividida en sendos bloques, los que marcan los castigos si no obedeces y quienes los reciben. Hasta que se rompe la correa.

Lo mejor: Es un inquietante, muy perturbador debut con dos actores totalmente entregados.

Lo peor: Se intuye lo que significan, pero los flashbacks se quedan un poco «fuera» de la historia.