Festival de Sitges: Una excelente «Musa» visita a Jaume Balagueró

Hoy vimos en el certamen dos películas clásicas y a sus autores en el escenario, «Suspiria», de Dario Argento, y «La cumbre escarlata», de Guillermo del Toro. Sube a hablar Argento, a continuación Del Toro, que le hace reverencias al italiano y más que hablar de su cinta le lanza loas diciendo que el público allí presente se ponga de pie y le ovacione. Los asistentes obedecen. Hace muchos años el director vino a Sitges cuando no existía si quiera el nuevo Auditorio que ya lleva 25 años. Argento dejó colgado al Festival y se marchó a su país enfadado porque no le garantizaban un premio. Joan Lluis Goas, entonces al frente del mismo, le dijo que hay un jurado, y también el galardón del público, etc., y que no le puede asegurar nada. ¡El «maestro» se marchó inmediatamente! Y hoy quizá alguien se de cuenta de que si le quitan la música, con excesivos decibelios, y ruidos a sus filmes («Suspiria» es un ejemplo claro) solo con el poderío de las imágenes no transmitiría nada. Este es el problema de tener memoria y haber asistido 48 años al Festival de Sitges donde ha habido muchas cosas maravillosas, algunas mediocres y un par muy feas como la reseñada anteriormente. «Science Fiction Volume One: The Osiris Child», de Shane Abbess, en la sección oficial a competición, se trata sin embargo de una magnífica película de género fantástico con ciencia ficción pura y dura, y aventuras estupendas, personajes originales y monstruos malísimos aunque alguno al final sea bueno. Como escenarios naturales, muy apropiados para la trama, seleccionaron los desiertos de Australia. Muy recomendable. Por su parte, «The endless», de Justin Benson y Aaron Moorhead, directores y a la vez intérpretes, narra la historia de una secta que la mala prensa dice que organiza suicidios colectivos y de la que dos hermanos consiguen escapar. Todo parece normal, muy tranquilo hasta que vemos a un suicida que está vivo porque se trata de una tema de repeticiones, esa especie de bucle continuo con paradojas temporales. Es una cinta floja porque este asunto lo hemos visto demasiadas veces y por recordar un título clásico, «El experimento Filadelfia», de Stewart Raffill.

«Musa», de Jaume Balagueró, fue proyectada fuera de competición, lo cual es una lástima porque se trata de una buen filme que cumple todas las reglas de un festival fantástico. Con el tema de las musas, la mentirosa, la enamorada, la cruel, etc... y una reina, la obra se desarrolla en una residencia con trasfondo poético. Filme con las suficientes sorpresas, los efectos especiales correspondientes, buenos decorados, buena ambientación y la muy adecuada interpretación de actores y actrices.