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Almería

No volváis sin ellos... y sin el helicóptero

Ariadna Gil protagoniza «Zona hostil», adaptación de un rescate real de las tropas españolas en Afganistán

«Zona hostil», Ariadna Gil
«Zona hostil», Ariadna Gillarazon

Ariadna Gil protagoniza «Zona hostil», adaptación de un rescate real de las tropas españolas en Afganistán

«Aquí nunca pasa nada... hasta que pasa», dice, al comienzo de «Zona hostil», Ariadna Gil, la capitán médico Varela. Estamos en Afganistán, en la base del destacamento español que sirve de apoyo al ejército aliado en la cruenta e impredecible guerra en la país asiático. Todo parece en orden hasta que llegan malas noticias un puñado de kilómetros más allá: una mina al paso de un convoy norteamericano ha dejado dos heridos en una zona cercana a los insurgentes. Asistidos por una dotación española, aguardan el rescate en un helicóptero medicalizado. Pero todo se complica cuando el vehículo vuelca en pleno aterrizaje. Los españoles tendrán que pasar la noche bajo fuego enemigo mientras un helicóptero Chinook vuela hacia la zona con la orden de traer de vuelta a los militares y enganchar la aeronave siniestrada.

Basada en un suceso real sucedido en 2012, «Zona hostil», dirigida habilmente por Adolfo Martínez (su experiencia en producciones norteamericanas se nota), es una «rara avis» en una cinematografía que nunca ha tocado la actualidad de nuestro Ejército. «Son películas difíciles de hacer si no tienes la colaboración de los militares», señala Gil. No es el caso de «Zona hostil», que ha contado con numerosos medios del Ejército para recrear, ante todo, una historia épica pero humana: «Esta cinta no habla del conflicto en sí mismo ni del punto de vista de los civiles allí, sino de las vivencias de un grupo de soldados españoles, de manera ficcionada pero fiel a la realidad», acota la actriz.

Precisamente el lado «humano» del Ejército es lo que ha descubierto el propio reparto durante los largos meses de preparación de la cinta. Esa convivencia ha sido toda una vacuna contra los prejuicios, según explica Roberto Álamo, el capitán Torres: «Dichos prejuicios caen cuando los conoces. Una cosa son los gobiernos y otra los seres humanos que hay en el Ejército. Cuando llegué aquí (a la base de Colmenar Viejo) traía mucho recelo; pensé encontrarme hombres y mujeres secos, duros, deshumanizados, y me topé con gente absolutamente normal, de todo pelaje, de derecha y de izquierda... Me fascinó conocerlos. Son personas como nosotros, con una diferencia, que ellos tienen una vocacion que es digna de poner en una película, la de salvar a la gente incluso por encima del miedo».

La capitán Varela, además de contra el miedo, tendrá que combatir el desgaste de la guerra, que ha hecho mella en sus ilusiones: «En todos los trabajos puedes experimentar ese cansancio –señala Gil–, pero allí son situaciones extremas. Lo que pasa es que entre los militares que he conocido hay una parte importante de vocación y convicción, porque si no no pones tu vida en riesgo. Hay algo que les engancha y de hecho están esperando a tener misiones, que es para lo que se preparan».

- Almería es Afganistán

«Zona hostil», que es ante todo una cinta de acción, recrea en Almería el árido paisaje de Afganistán. «Los que estuvieron en la guerra decían que era igual», apunta Gil. Allí cerca, en el destacamento de la Legión, se formó buena parte del reparto. El resto lo hizo en Colmenar y en Torrejón. «Yo hablé mucho con la capitán Montserrat Martínez Roldán (la teniente Varela «real») y estuve con los médicos del servicio sanitario militar de Torrejón, pero fue un enfermero de la legión de Almería quien me acompañó durante todo el rodaje». «Cuando leí el guión pensé: ¿cómo vamos a hacer esto? Sobre el papel parecía muy complicado, una película gigantesca», confiesa Roberto Álamo. Al final, dice, el resultado es una cinta «muy bien hecha, con medios extraordinarios». Cuando menos, es una apuesta valiente de un productor, Javier López, que vio rápidamente material para una de acción bélica «made in Spain».

De brigada a intérprete

Además de los numerosos medios técnicos que el Ejército ha aportado a la cinta (entre ellos, y quizá el más llamativo, el propio helicóptero siniestrado, que es el mismo que cayó en Afganistán), varios militares han participado en el rodaje del filme y uno en concreto, el brigada Casado, actuó en «Zona hostil» a petición de los actores.