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Tarantino: «No pretendo provocar ni dar lecciones, sólo dar mi visión»

Kurt Russell y Samuel L. Jackson, en una imagen de «Los odiosos ocho», todo un prodigio de buen cine y magníficas interpretaciones
Kurt Russell y Samuel L. Jackson, en una imagen de «Los odiosos ocho», todo un prodigio de buen cine y magníficas interpretacioneslarazon

Quentin Tarantino es, ante todo, inclasificable. Lo vuelve a demostrar con «Los odiosos ocho», película que hace ese mismo número en su filmografía y con la que promete de todo menos plegarse a las críticas.

Tarantino, no es exagerado decirlo, es uno de esos directores a los que se podría utilizar a modo de Wikipedia sobre su excepcional conocimiento cinematográfico. La pasión que siente le viene sin duda desde una temprana edad. Comenzó trabajando en un videoclub de nombre Video Archives, donde se empapó hasta las trancas de todo lo que caía en sus manos. Durante este tiempo escribió el guión de «True Romance»(1993) y «Asesinos natos» (1994). Debutó como director con «Reservoir Dogs» en 1992, aunque la fama internacional le vino cuando resucitó a un John Travolta en horas bajas y lo elevó hasta lo más alto en «Pulp Fiction» (1994), película que le sirvió para llevarse un Oscar al mejor guión, lo mismo que se repetiría con «Malditos bastardos» quince años después.

Carne de videoclub

Nació en 1963 en Tennesse, uno de los estados más retrógrados de EE.UU., pero se mudó a California a la temprana edad de cuatro años. Mezcla de irlandés y cherokee por parte de madre, su padre, el actor Tony Tarantino, les abandonó antes de que él viera por primera vez la luz en este mundo. Sus recuerdos siempre giran en torno al cine; de hecho, uno de los que más recuerda es a su abuela llevándole al cine a ver una película de John Wayne. Nunca le gustó ir al colegio, lo odiaba, prefería quedarse en casa leyendo cómics. Siempre le fascinaron las historias, para él eran lo más importante. Connie, su madre, aún recuerda los retorcidos relatos que le escribía por el día de la madre, donde la mataba para luego confesarle lo mal que se sentía. Al menos, eso explicó la madre de éste a la publicación «Entertainment Weekly» hace unos años. Controvertido lo ha sido siempre. Tiene la habilidad de meterse en polémicas constantemente. Sin ir más lejos, hace apenas unos días, cuando estaba recogiendo el Globo de Oro que iba a parar a Ennio Morricone produjo una sensación de incomodidad entre el público asistente al asegurar que el italiano no era un compositor sólo de películas (lo cual comparó con un «guetto»), sino un músico al nivel de Mozart, Beethoven o el mismísimo Schubert. Al mencionar la palabra prohibida, «guetto», la cámara se dirigió a la actriz de color Regina King, cuya cara de póker fue bastante delatadora. Su colega Jamie Foxx, obviamente ofendido, pronunció de nuevo la palabra mirándo al cineasta y haciendo un gesto claro de reproche.

Hace pocos meses se metió en otro berenjenal en una manifestación contra la reciente violencia policial: «Cuando veo asesinos, no me coloco de su lado. Un asesinato es un asesinato y un asesino un asesino». El comentario ocurrió justo después de que precisamente un policía fuera abatido por el delincuente al que perseguía. Definitivamente, no el momento adecuado para hacer esas declaraciones. La policía se reveló e instó a la gente a no ir a ver su película «Los odiosos ocho». Pero ya la película en sí viene rodeada de polémica. Tras el estreno hace cuatro años de «Django desencadenado», miembros de la comunidad afroamericana en EE.UU no estuvieron muy de acuerdo con el tema de la esclavitud y la violencia reflejadas en la cinta. Es momento de agarrarse los machos porque «Los odiosos ocho» viene todavía más cargadita de munición políticamente incorrecta. «No creo que deba censurarme porque haya gente que no comparta mi visión –declaraba recientemente en una entrevista en ‘‘Times’’–. Recuerdo que Brian De Palma solía quejarse en su día del mismo problema. Para mí las críticas sociales no significan nada porque lo hacen con una mentalidad de 2015. Mi película no es un ‘‘tetrabrik’’ de leche que tenga fecha de caducidad. Se va a ver dentro de veinte años, los críticos van y vienen. Mi venganza es que los que ahora me critican tendrán a sus hijos viendo mis películas en un futuro y darán clases sobre mí en la universidad».

Más que un western

A pesar de estas declaraciones, el director niega considerarse un provocador. «Si intentas provocar a la crítica, precisamente lo que estás haciendo es censurarte a ti mismo. Si soy provocador como algunos me definen, es porque me importa literalmente una mierda lo que piense la gente. No pretendo dar lecciones, te voy a mostrar simplemente mi visión», afirma convencido.

«Los odiosos ocho» es un western –si se puede hablar de un solo género en el caso de Tarantino– protagonizado por Samuel L. Jackson, actor que no se pierde prácticamente ninguno de los filmes del director, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh y Michael Madsen, entre otros. Tras la guerra civil americana ocho personas se intentan cobijar de una nevada en una cabaña; a partir de aquí la violencia y la sangre camparan a sus anchas. El filme fue anunciado por el propio director en noviembre de 2013, en enero se conocía la noticia que el guión se había filtrado en internet. Tarantino reaccionó con prontitud, declarando que tras haber hecho una lectura en vivo en United Artits decidió cambiar la historia. El rodaje comenzó en diciembre de 2014 en Telluride, Colorado y, como cada película del director, es distribuida por The Weinstein Company, cuyo presidente, Harvey Weinstein, es un auténtico experto en navegar por los caminos adecuados para recopilar premios. De momento, en taquilla es su estreno más flojo desde «Jackie Brown» (1997), aunque Weinstein le echa la culpa al «barrido» que ha hecho «La Guerra de las Galaxias» en las salas.

Si nos ceñimos a las declaraciones del director sólo le quedan dos película para llegar a la número diez, cifra que se ha marcado como tope de su carrera. Eso, o cumplir los 60 años en activo. ¿Por qué se querría retirar un director tan exitoso y con una base de seguidores tan enorme? Él es de la opinión de que la mayoría de éstos a partir de una edad o de un número determinado de películas pierden un poco la creatividad y su toque especial y distintivo y no quiere que, bajo ninguna circunstancia, esto le suceda a él mismo. Tarantino quiere dejar un currículum brillante y que el público pueda elegir cualquiera de sus filmes sin tener miedo a ver una porquería. Según se comenta, su próximo proyecto puede ser la adaptación de la novela «Forty Lashes Less One», de Elmore Leonard. Esperaremos.