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Yonquis de la felicidad

David Verdaguer, Ernesto Sevilla y Carlos Santos son tres profesores en paro que descubren y trafican con la pastilla del subidón perfecto.

Yonquis de la felicidad
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David Verdaguer, Ernesto Sevilla y Carlos Santos son tres profesores en paro que descubren y trafican con la pastilla del subidón perfecto.

Kevin Pollak ha descrito la icónica escena de la rueda de reconocimiento de «Sospechosos habituales» como «un feliz accidente». Gracias a la incapacidad de los cinco protagonistas –Pollak, Baldwyn, Del Toro, Byrne y Spacey– para mantenerse serios durante el rodaje, a pesar de que el director les rogó que actuaran «con estoicismo», nació una escena emblemática. A diferencia de Bryan Singer, Carlos Therón no les pidió a sus actores que mantuvieran la seriedad ni que se ciñeran estrictamente al guión de «Lo dejo cuando quiera». Al contrario, dio rienda suelta a David Verdaguer, Ernesto Sevilla y Carlos Santos para improvisar. «El rodaje fue caótico y hubo momentos muy divertidos. Hay varias secuencias en las que se corta a punto de que explote la carcajada», confiesa Therón. «Lo pasamos muy bien», confirma Ernesto Sevilla, que interpreta a Arturo, al que describe como «el más golfillo de los tres, aunque luego es el que más miedo pasa». «Carlos es un gran director de comedia. Nos dejaba improvisar bastante y había tomas en que nos decía: “Ya tengo la buena, ahora pueden hacer lo que quieran”», añade.

Como en el filme de Singer, varias de esas tomas improvisadas forman parte del montaje final de «Lo dejo cuando quiera», que narra cómo tres amigos y profesores universitarios que sí han seguido a la perfección el guión que debía llevarlos al éxito se encuentran, a pesar de ello, desempleados y sin un duro. Pero encuentran una salida accidental gracias a un complejo vitamínico que Pedro (Verdaguer) ha estado desarrollando y que parece ser la pastilla de la felicidad: les da un subidón de alegría y no produce resaca. Los amigos comienzan a venderla para lucrarse, «haciendo un Breaking Bad», como dice Therón.

La revancha

Se trata de un «remake» de una película italiana de 2014, si bien el director afirma que «la premisa de los profesores que se ponen a traficar se mantiene, pero el desarrollo es diferente y los personajes también. Sobre todo, los guionistas hicieron un buen trabajo al adaptar a los protagonistas a la realidad española. Son muy reconocibles, todo el mundo tiene algún amigo o familiar profesor que trabaja de manera precaria». En efecto, a pesar de que se trata de una comedia, también es evidente que hace una crítica a la situación de los profesores: «Le debo a mis maestros todo lo que sé, pero en general no les tratamos demasiado bien. En este caso contamos cómo los protagonistas reaccionan ante la crisis, porque ellos cumplieron su parte del trato: en lugar de pegarse fiestas cuando les tocaba, a los veinte años, estuvieron estudiando. Ahora es el momento de la revancha», afirma el director.

Él mismo hace referencia a «Braking Bad» como punto de partida, pero también asegura que en su trabajo «hay cierta influencia de las películas de Todd Phillips (“Resacón en las Vegas”), comedias muy bien rodadas con un cuidado especial por la narrativa y la fotografía», y añade que «quería irme a un terreno más gamberro y oscuro después de «Mira lo que has hecho», que es para toda la familia». Sobre los protagonistas, asegura que «la estructura del casting está concebida a partir de David, un actor que ha hecho mucha comedia, aunque que no sea conocido por eso. Una vez elegido, tratamos de equilibrarlo con alguien como Ernesto, que apenas habla te comienzas a reír y, del otro lado, con Carlos Santos, que se trabaja mucho al personaje. En una comedia todos quieren brillar por separado, pero notas que funciona el equipo cuando de repente vez que un actor le sede a otro la pelota para que remate a gol. Y eso sucedió muy pronto en esta película.